Crack 'Made in Germany'

1980

1980 / SPORT.es

Juan Manuel Díaz

- Schuster, el mejor centrocampista organizador de su tiempo a los veinte años, se vistió de blaugrana

- Bernd lideró un trío de fichajes de lujo para el Barça junto al ‘Brujo’ Quini y Alexanko

La llegada de Bernd Schuster al FC Barcelona en el verano de 1980 fue una inyección de ilusión y juventud tras otra temporada para olvidar. Antes, a principios de año, Helenio Herrera regresó para sustituir a Quim Rifé como entrenador y SPORT adelantó la noticia con una segunda edición de madrugada. “Más viejo es Breznev (líder entonces de la extinta Unión Soviética) y mira la que ha liado en Afganistán”, bromeó H.H. cuando le preguntaron por su primera repesca de 1980, aunque admitía que esta vez, sí que tendrían que bajar del autocar.

Ni el ‘Mago’ pudo arreglar una campaña 1979-80 frustrante. Eliminados en los cuartos de final de la Recopa ante el Valencia; vencidos por el Nottingham Forest en la Supercopa de Europa; y cuartos en la Liga a 15 puntos del Real Madrid que además, firmó un doblete. La clasificación para la Copa de la UEFA fue el único consuelo.

El presidente Josep Lluís Núñez buscaba un vuelco en la temporada 1980-81 y contrató para el banquillo a Ladislao Kubala, el mito azulgrana que había dirigido a la selección española hasta la Eurocopa 1980. También fichó una estrella por línea. José Ramón Alexanko, defensa central del Athletic Club y la selección, estableciendo un récord en el traspaso de un futbolista español: 100 millones de pesetas (600.000 euros). Enrique Castro ‘Quini’ (Sporting de Gijón), el mejor cazagoles español. Y un joven centrocampista alemán, Bernd Schuster, que a sus 20 años había liderado con maestría a la Alemania flamante campeona de Europa. Unos meses más tarde, lograría el Balón de Plata por detrás de su compatriota Karl-Heinz Rummenigge. Núñez pagó 175 millones de pesetas al FC Colonia. 

Un plan inmejorable sobre el papel, que el 5 de noviembre se diluyó: Ese día el Colonia, el antiguo equipo de Schuster, eliminó al Barça en los dieciseisavos de la Copa de la UEFA remontando el 0-1 de la ida con un sonrojante 0-4 en el Camp Nou. En la Liga, comandada por el Atlético con 16 puntos, los blaugranas ocupaban la undécima posición con 8 puntos. Laszy Kubala dejó el cargo y de nuevo H.H. entró en el vestuario del Camp Nou, una vez más, para aplicar terapia de choque. El equipo cerró el año con un triunfo ante el Sevilla (3-1) que lo situaba tercero de la tabla con 21 puntos, a seis del Atlético.

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¿QUÉ FUE DE ÉL?

Schuster fue el mejor centrocampista organizador de su época. Jugó en el Barça hasta 1988, con episodios gloriosos como la Liga 1984-85, y momentos oscuros como la lesión sufrida en 1982 tras una durísima entrada de Andoni Goikoetxea en San Mamés, o la ‘espantada’ en la final de la Copa de Europa de 1986 perdida ante el Steaua en la tanda de penaltis.

Firmó por el Real Madrid de la ‘Quinta del Buitre’ y en 1990, por el Atlético. Aún jugó en el Leverkusen y el CUN mexicano antes de entrenar (Colonia, Xerez, Shakthar, Levante, Getafe, Real Madrid...) y ejerció brevemente de coordinador del fútbol base blaugrana. Su última experiencia fue el Dalian Yifang chino y ahora es comentarista deportivo.

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SEVE GANA EL MASTERS DE AUGUSTA

El pasado 7 de mayo de 2019 se cumplieron ocho años del fallecimiento de Severiano Ballesteros, mito y leyenda en vida; amado, admirado e idolatrado por igual en España y en el resto del mundo, especialmente en los países anglosajones, tan amantes del golf. Seve, como era conocido mundialmente, acercó su deporte a una sociedad española que lo tenía por un juego elitista, reservado a unos cuantos privilegiados. Su sueño era que cualquier aficionado pudiera compartir la pasión de su vida y a ese fin dedicó buena parte de sus esfuerzos ganándose el cariño de todos.

El cántabro, desde los prados de su Pedreña natal (9 de abril de 1957), protagonizó la historia del niño prodigio que llega a la cima con una mezcla de talento innato y perseverancia. Desde los nueve años era ‘caddie’ del campo de su localidad, en donde su padre ejercía de jardinero. A los diez recibió su primer palo, un hierro 5, obsequio de su hermano Manolo. 

A los 23 años, el 13 de abril, se enfundó la chaqueta verde que le acreditaba como el campeón más joven de la historia del Masters de Augusta. El cántabro repetiría esta hazaña en 1983 y completaría su palmarés con tres British Open (1979, 1984 y 1988) y cinco Ryder Cup (1985, 1987, 1989, 1995 y 1997) llegando a ser capitán del equipo europeo. Sumó 96 títulos, incluidos dos Copa Mundial de Golf y seis Órdenes del mérito del European Tour.

Más allá de su impresionante palmarés, de galardones como el Príncipe de Asturias y la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo o su entrada en el Salón de la Fama, el principal legado de Severiano es su amor por el golf, su vitalidad y aquella bonhomía que hicieron que sus amigos y seguidores sufrieran con él la lucha de tres años contra un tumor cerebral y lloraran en el día de su adiós.