El VAR salvó al árbitro Sánchez Martínez en el clásico

Albert Rogé

Albert Rogé

Sánchez Martínez tenía una gran papeleta por delante. El primer clásico entre el Fútbol Club Barcelona y el Real Madrid en que entraba en funcionamiento el VAR. A los mandos de la tecnología estaba el colegiado Hernández Hernández. Y como no podía ser de otra forma, el VAR fue protagonista en su estreno.

Tras un pase, Suárez va a por el balón cerca del área pequeña de Courtois. El delantero uruguayo recibe la zancadilla de Varane. Penalti clarísimo. Y Sánchez Martínez estaba bien colocado. Sin embargo, no lo vio. Pero allí estaba el VAR y Hernández Hernández para evitar que fuera la comidilla durante toda la semana. La tecnología apareció. Reviso el vídeo. Corrigió su decisión y señaló el punto de penalti.

Ese sería el único punto negativo del colegiado del encuentro. En su segundo clásico tras pitar la vuelta de la Supercopa de España 2017-18, acertó en el resto de decisiones que tomó. Igual que sus asistentes. No era un partido plácido pero nunca dejó que le superara. Supo calmar el juego. Estuvo muy pendiente de los jugadores y interactuaba con ellos para evitar tumultos a su alrededor. Solo en una ocasión por equipo le rodearon pero supo salir bien de la situación.

En el apartado de las tarjetas también estuvo correcto. Sacó la primera a poco para terminar la primera parte en un agarrón claro de Rakitic. Después le costó menos sacarla pero en ninguna ocasión se pasó de frenada. Además, tuvo que intervenir para frenar a un Valverde que se mostraba enfadado tras una de sus decisiones. Tras un cruce de palabras, el entrenador reculaba y volvía a su posición.

En lo que va relacionado al juego, siempre dejó jugar y concedió muchas veces la ley de la ventaja. Así que sale reconfortado del clásico. Entre los colegiados siempre se dice que en el clásico tienes mucho que perder y poco que ganar. Pero Sanchez Martínez sale sin ser protagonista. Y el VAR, una vez más, demuestra que le hace un bien al fútbol. Bienvenido sea.

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