La primera gesta de Messi: un hat trick al Madrid

Ese día Messi vivió su primera gran noche de gloria en el Camp Nou

Ese día Messi vivió su primera gran noche de gloria en el Camp Nou / MARC CASANOVAS.

David Salinas

David Salinas

El FC Barcelona afrontó el 77º clásico en feudo blaugrana con depresión. El equipo de Rijkaard venía de quedar apeado de la Champions en octavos contra el Liverpool pese a ganar 0-1 en Anfield. La reacción, en Liga y contra el Real Madrid, no podía esperar. Sin embargo, las cosas empezaron mal y fueron empeorando. Solo Messi, que se vistió de superhéroe, mantuvo al equipo con vida.

Hasta en tres ocasiones se adelantó el Madrid en el Camp Nou y, en otras tantas, el argentino niveló la contienda. La última en tiempo agregado. “¡Messi, Messi, Messi!” coreó la afición al final del partido. 

El Madrid, dirigido por Fabio Capello, llegó al clásico exigido. Iba cinco puntos por debajo del Barça y no podía fallar. Pero se encontró con un Messi imperial y un Valdés que en la segunda mitad, jugando el Barça en inferioridad numérica por expulsión de Oleguer en el minuto 45, fue un muro. El partido tuvo de todo: mosaico, tensión, emoción, goles, una expulsión, nervios, un espontáneo, polémica…

así fue el clásico que encumbró a messi

Van Nistelrooy abrió el marcador a los 4 minutos después de aprovechar un despeje defectuoso de Thuram a centro de Higuaín. Respondió Messi a los 10 tras una asistencia de Eto’o. Sin embargo, dos minutos más tarde, Oleguer cometió penalti sobre Guti Van Nistelrooy dio otra vez ventaja al Madrid (1-2). Hasta que volvió a aparecer Messi en el minuto 27 para ‘fusilar’ a Casillas tras un despeje a disparo de Ronaldinho. El primer tiempo acabó con la expulsión de Oleguer por acumulación de cartulinas amarillas.

Las cosas no pintaban muy bien para el líder tras la reanudación. Y menos tras el tendencioso arbitraje de Undiano. Emergió entonces la figura de Valdés, clave entre el minuto 64 y el 68. El meta azulgrana evitó hasta tres goles en este periodo. Y todos llevaban la firma del Van Nistelrooy. Primero sacó al holandés una mano salvadora, después le ganó un uno contra uno y, luego, con los pies, alejó un balón que se dirigía a la red.

Solo Sergio Ramos, en el minuto 72, fue capaz de sorprender nuevamente a Valdés. Lo hizo rematando con la coronilla, de espaldas al marco, una falta lanzada por Guti. Todo parecía perdido. El desgaste local, con uno menos, pasaba factura y las llegadas a los dominios de Casillas brillaban por su ausencia. Sin embargo, volvió a aparecer Leo para rescatar al Barça ya en tiempo añadido. El rosarino anotó tras una asistencia de Ronaldinho y celebró el gol con toda su alma. El Camp Nou enloqueció.

Messi, que jugó su primer clásico en el coliseo barcelonista, no pudo tener un mejor estreno. Había jugado dos en el Bernabéu, pero no había podido anotar, de ahí que asegurara al final del choque que “tenía una cuenta pendiente -marcar- y la he resuelto”. Lo hizo por partida triple, como los grandes. A partir de ahí, tras abrir la lata, no paró de castigar al enemigo número uno del barcelonismo hasta convertir 21 goles y encumbrarse como el máximo realizador de la historia del clásico.

El técnico blaugrana Frank Rijkaard, por su parte, reconoció que “el empate es un buen resultado, sobre todo desde el punto de vista moral al igualar ante un rival con uno más. Antes del partido no lo hubiéramos firmado, pero ahora se puede considerar un éxito”. 

El Barça, que mantuvo la diferencia de cinco puntos con el Madrid, acabaría perdiendo la Liga por el famoso ‘tamudazo’ del 9 de junio de 2007 en el Camp Nou (2-2).