Clásicos en el Metropolitano

La construcción del nuevo Chamartín llevó dos Madrid-Barça al feudo rojiblanco

El Barça de Samitier perdió en 1946 (2-1) y el de Enrique Fernández, empató en 1947 (1-1)

El madridista Corona momentos antes de ejecutar el penalti durante el primer clásico jugado en el estadio Metropolitano, en diciembre de 1946

El madridista Corona momentos antes de ejecutar el penalti durante el primer clásico jugado en el estadio Metropolitano, en diciembre de 1946 / FILMOTECA ESPAÑOLA (RTVE)

David Salinas

David Salinas

El Real Madrid-FC Barcelona de Liga de esta noche se jugará en el estadio Alfredo Di Stéfano, en la Ciudad Deportiva que el equipo blanco tiene en Valdebebas, por la reestructuración del Santiago Bernabéu (ampliación y revestimiento mediante cubierta retráctil, entre otras acciones). No será la primera vez que el clásico se aleja del campo de Chamartín, el viejo y el nuevo, desde 1955 bautizado con el nombre de Santiago Bernabéu en honor al que fuera presidente e impulsor del campo. Las temporadas 1946-47 y 1947-48 el duelo se celebró en el estadio Metropolitano, sede del Atlético de Madrid (entonces Atlético Aviación), por la construcción del nuevo terreno de juego del conjunto merengue.

El primitivo campo de Chamartín fue inaugurado el 17 de mayo de 1924 en un partido contra el Newcastle. Se levantó en una finca que había acogido el hipódromo madrileño, propiedad de Manuel Palacio, y fue diseñado por el arquitecto José María Castell, ex jugador del club. Las obras se iniciaron el 18 de diciembre de 1923 y, cinco meses y un día después, el campo, con capacidad para 20.000 espectadores, abrió las puertas.

Con el auge y la popularidad del fútbol Chamartín quedó pequeño pese a prologarse los fondos en 1930 para dar cabida a otros 4.000 espectadores. En 1940 se proyectó otra remodelación para llegar a las 38.000 almas, pero los dirigentes entendieron que la solución pasaba por la construcción de un nuevo escenario.

El nuevo Chamartín se erigió prácticamente en paralelo al viejo después de que la junta directiva, presidida por Santiago Bernabéu, adquiriera los terrenos colindantes. De todas formas, las obras se demoraron por la falta de líquido en las arcas blancas (entre 6 y 8 millones de pesetas era la cantidad que se precisaba). Así lo confesó el propio presidente madridista en la prensa de la época (Marca): “El dinero que nos hace falta para la construcción no lo tiene el Madrid, y alguien lo ha de dar, tiene la obligación moral y ciudadana de darlo”.

Las obras empezaron el 27 de octubre de 1944 con la bendición del terreno por parte del padre José María Bulart y el primer y simbólico golpe de pico por parte de Santiago Bernabéu para iniciar el vaciado y explanación de las tierras. Los plazos para levantar el nuevo campo no se cumplieron por la escasez de materiales de construcción y las dificultades para conseguirlos. Así, el viejo Chamartín siguió estando operativo hasta el final de la temporada 1945-46, jugándose el último duelo oficial el 12 de mayo de 1946, un Real Madrid-Alcoyano (2-0) de Copa (cuartos).

El nuevo Chamartín se inauguró el 14 de diciembre de 1947, en un partido contra el Belenenses portugués (3-1) que dio inicio a las 15.30 horas. La prensa definió el momento como “un día solemne para el fútbol madrileño”. El nuevo Chamartín tenía unas medidas de 105 x 72 m y una capacidad para 74.400 espectadores (50.000 localidades de a pie, 20.000 asientos descubiertos y 4.400 cubiertos).

Dos partidos

El primer clásico que se jugó en el estadio Metropolitano (2-1) tuvo lugar el 1 de diciembre de 1946 y estuvo marcado por las ausencias barcelonistas en ataque. Josep Samitier, el entrenador, no pudo contar con Josep Escolà ni Mariano Martín (lesionados) ni Josep Valle (enfermo). La delantera la formaron Canal, Seguer, César, Amorós y Navarro. El Madrid abrió el marcador de penalti (por mediación de Corona), igualó Seguer y Molowny, debutante, anotó el gol de la victoria blanca.

Samitier, muy contrariado, sacó a debate el tema del penalti… “¿Y el pitarnos ese penalti? Lo justo hubiera sido un empate a uno. De no habernos tocado el castigo, que sigo diciendo creo injusto, el partido hubiera tomado otro cariz en la segunda parte. ¡Pero estaría así escrito!”. La indignación fue ‘in crescendo’, siendo el meta Velasco uno de los más beligerantes (“Si el Madrid no marca tan pronto, de qué nos ganan”). También aseguró que si el Barça había cometido quinientos penaltis, ellos cometieron seiscientos. Samitier tuvo que mediar para que sus pupilos no siguieran encendiéndose...

El clásico de la siguiente temporada (1946-47) también lo albergó el estadio Metropolitano el 12 de octubre de 1947 y, como el primero, con un lleno absoluto. El equipo azulgrana, entonces bajo la dirección técnica del uruguayo Enrique Fernández, arrancó un empate a uno. Se avanzó en el marcador el Barça gracias a un autogol de Clemente Fernández en el primer tiempo y empató Sabino Barinaga en el segundo. El Real Madrid jugó los cinco primeros partidos como local en el Metropolitano para volver a su nueva casa, de forma oficial, el 18 de diciembre de 1947 a lo grande: goleó 5-1 al Athletic.