Kameni analiza a los porteros del clásico: ter Stegen - Navas, dos estilos opuestos

Ter Stegen y Keylor Navas representan dos modelos de porteros diferentes. El estilo del alemán nada tiene que ver con el del costarricense. Sin embargo, una cosa les une: defienden la portería de un equipo grande y están acostumbrados a disputar partidos en los que a veces si tienen que intervenir cuatro o cinco veces.

Ese es un detalle que puede pasar desapercibido, pero que en el fondo es muy importante. Jugadores de la talla de Ter Stegen tienen que acostumbrarse a permanecer minutos sin apenas entrar en juego, y cuando se les reclama puede ser por culpa de una clara ocasión de gol. Y eso exige una mentalidad fuerte, sobria, como la que ha mostrado.

Por supuesto, se da por descontado que Barça y Real Madrid siempre tienen a dos grandes metas defendiendo su portería. Cada uno a su manera, pero siempre de talla internacional.

Ambos llegan al clásico tras vivir una temporada ‘movidita’. Ter Stegen se ha consolidado como titular tras el adiós de Claudio Bravo mientras que Keylor ha sufrido una lesión que le ha mantenido varias semanas fuera de los terrenos de juego. Pero uno y otro son incontestables en sus respectivos equipos.

A priori, Keylor puede partir con algo de ventaja. El Madrid parece estar un poco mejor y su defensa anda muy segura. En cambio, el Barça no anda tan fino como en otras temporadas, el equipo ha encajado más goles y la defensa ha sufrido muchas bajas por lesionados. Pero eso poco cuenta en partidos como el del clásico. Son enfrentamientos que se pueden decidir por detalles, y ahí los porteros son clave.

Ter Stegen: Maestro con los pies

En primer lugar, lo que más impacta es su facilidad para mover el balón con los pies. Ter Stegen demuestra una seguridad que se ve muy pocas veces en un portero. Posee un golpeo con precisión que ya quisiera algún que otro jugador de campo, y además con ambas piernas.

La segunda gran virtud que sobresale es su uno contra uno. Sabe aguantar al rival hasta el último momento, dejándose caer muchas veces cuando el atacante ya ha hecho el gesto y Ter Stegen puede intuir hacia dónde enviará el balón. Ese segundo de más o de menos marca la diferencia, sirve para que el rival se pueda poner nervioso y cada vez empiece a ver la portería más pequeña y al portero más grande.

Bajo palos es lo que se dice un portero sobrio, de esos que hace lo justo para parar, sin grandes adornos. En cuanto a reflejos no podríamos decir que es un superdotado. No se trata de un felino con una capacidad de reacción brutal y con una agilidad que puede sacar manos y pies sin que nadie lo espere. Es muy correcto en todas estas facetas.

Bajo mi punto de vista, la asignatura pendiente es el juego aéreo. Ter Stegen no domina el juego aéreo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en la actualidad, teniendo en cuenta la envergadura de los defensas, muy pocos son los porteros que mandan en los centros laterales o frontales.

Keylor Navas: Grandes reflejos

En contra del modelo de Ter Stegen, Keylor sí es un portero dotado de unos grandes reflejos. Ha demostrado una enorme agilidad bajo palos, siendo capaz de reaccionar en situaciones extremas. Se trata de uno de esos metas que en cualquier momento te puede rechazar un disparo con cualquier parte del cuerpo.

En el caso de Keylor también acostumbra a estar bien colocado. Ya se sabe que pocos equipos se atreven o tienen la oportunidad de pisar el área del Real Madrid, en muchos de estos casos prueban suerte con el disparo lejano. Ni en acciones de jugada ni en lanzamientos de falta es fácil hacerle un gol al portero del Real Madrid.

Al igual que Ter Stegen, también presenta algún problema en el juego aéreo. El hecho de que el Madrid tenga a centrales del tipo Sergio Ramos, Pepe o Varane provocado que el portero salga muy pocas veces. En el Madrid me atrevería a decir que ni tan siquiera Keylor ataca algunos centros que van al área pequeña.

Keylor no se maneja tan bien con la salida del balón desde atrás. No es un portero que cometa grandes errores, imprecisiones en el pase, pero no anda tan bien como el alemán y prefiere quitarse el balón en largo antes que asumir riesgos innecesarios.