Ilaix Moriba, el ciclón blaugrana

En el último cuarto de hora del clásico remató en tres ocasiones y empujó al Barça hacia adelante

No se dejó intimidar por Casemiro y en su primer Madrid - Barcelona dejó huella por su gran coraje

Ilaix Moriba celebra su 18 cumpleaños y habla sobre sus objetivos e ilusiones con el FC Barcelona

Ilaix Moriba fue entrevistado con motivo de su 18 cumpleaños /

Jordi Gil

Jordi Gil

El Barça ha encontrado un tesoro en Ilaix Moriba. El canterano, de solo 18 años, dio otro paso adelante en el clásico del Alfredo di Stéfano y demostró que puede jugar un papel fundamental en estas últimas ocho jornadas que restan de Liga, así como en la final de la Copa del Rey del próximo sábado en La Cartuja de Sevilla.

Ilaix entiende el juego del Barça y tiene una gran capacidad técnica para interpretarlo, pero además cuenta con un plus que lo convierte en un futbolista plenamente competitivo. El centrocampista juega con el corazón y le sobra personalidad. Su carácter se puso de manifiesto ni más ni menos que ante el Real Madrid y frente a futbolistas poco acostumbrados a que les planten cara.

Por ejemplo, Casemiro no podía salir de su asombro cuando Ilaix se le encaró reprochándole una de sus faltas marca de la casa. El brasileño vio que el jugador del Barça no estaba para bromas y que no se arrugaba lo más mínimo por su edad.

El palo de Ilaix en el Clásico en el minuto 94

Con casta hasta el final

El concepto de miedo escénico que tradicionalmente se asocia a los rivales del Madrid ni se le pasó por la cabeza a Moriba. Se lanzó con todas sus fuerzas a campo contrario buscando el gol que permitiera salvar un punto en el clásico. No le importaba quien se pudiera llevar por delante.

Ilaix subió con decisión y en el úlitmo cuarto de hora probó tres remates. El primero de cabeza a entrando desde atrás y, ya en el tiempo de descuento, disparó desde la frontal desviado y el larguero evitó su gol en la última acción del encuentro. Un trallazo desde el punto de penalti que ya había superado a Courtois, pero que la madera escupió.

Fue un remate con toda el alma y Moriba quedó tendido en el suelo después de quince minutos corriendo y batallando hasta la extenuación. Su consuelo puede llegar en una semana si puede levantar su primer título como jugador del primer equipo del FC Barcelona en la final de la Copa del Rey ante el Atheltic en Sevilla.