La historia de los Clásicos de Copa

Entre pitos, botellas, Guruceta y butifarras

Es la decimoctava ocasión en que se vive un Clásico Barça-Madrid en la Copa. En las diecisiete anteriores hubo de todo. Aquí van algunos detalles

Lluís Payarols

BARÇA, 9 - REAL MADRID, 8

No. No es el resultado de uno de estos enfrentamientos. Es el balance de los 17 antecedentes, teniendo en cuenta qué club pasó ronda o se llevó el título. El primer Barça-Madrid en este torneo fue en las semifinales de la edición de 1916 y el último hasta ahora, en los cuartos de final de la pasada temporada. En 6 de las 17 ocasiones se encontraron en finales, con un balance de tres victorias para cada club.

SOLO DOS CONFRONTACIONES EN INVIERNO

No es nada habitual que Barça y Real Madrid rivalicen en la Copa en invierno. En parte, porque durante muchos años el torneo se disputaba al acabar la Liga. Por ello, ésta será la tercera vez que se jueguen la continuidad en la Copa en esta estación. La temporada 96-97 coincidieron en los octavos de final, mientras que la pasada campaña se enfrentaron en cuartos. En ambos casos, el FC Barcelona fue el vencedor de la eliminatoria contra los blancos... y también del torneo.

DOS DESEMPATES... Y RETIRADA

La primera confrontación fue la más larga de la historia. Se resolvió tras dos desempates y con polémica. Eran las semifinales de la Copa de 1916. En la ida, disputada en Barcelona, el Barça ganó por 2-1. Una semana más tarde, en Madrid, los blancos vencieron por 4-1. Al darse una victoria por bando y no tenerse en cuenta la diferencia de goles, debía disputarse un partido de desempate, curiosamente también en Madrid. Ese choque, tras una prórroga, acabó 6-6, con un gol de penalti en los últimos minutos del entonces jugador madridista Santiago Bernabéu. Dos días después, segundo desempate. También llegó a la prórroga y cuando los blancos marcaron el 4-2, los jugadores del Barça se retiraron del campo en protesta por la actuación arbitral.

UNA GOLEADA CON 'ACOMPAÑAMIENTO'

La rivalidad entre Barça y Real Madrid no era tanta en los primeros años del siglo XX y fue aumentando con el tiempo. Uno de los episodios que tensó la cuerda fue el vivido en 1943. El bombo emparejó en semifinales a ambos clubes. En la ida, el Barça se impuso en Les Corts por 3-0. Sin embargo, el ambiente se caldeó por parte de dos periodistas madrileños de la época, apodados Juan Deportista y Rienzi, que llamaron a los madridistas a vengar una 'afrenta' que nunca existió. Tal fue la campaña montada que hasta el propio director general de Seguridad entró en el vestuario del Barça en Chamartín a 'arengar' a los Miró, Curta, Escolá y compañía. Se distribuyeron pitos entre los espectadores de aquel partido para increpar a los visitantes, el Barça apenas plantó cara en el campo y perdió por... ¡11 a 1!

BOTELLA VIENE, BOTELLA VA

Actualmente, en los campos de fútbol de Primera División ya no se puede consumir alcohol por decreto. En otros tiempos, no solo se podía sino que también se podían introducir los botellines de vidrio para disfrutar de la cerveza o el refresco correspondiente. Eso pasaba el 11 de julio de 1968, cuando Barça y Real Madrid se encontraron en la final de la entonces llamada Copa del Generalísimo. Fue en el Santiago Bernabéu como terreno neutral. Los barcelonistas se adelantaron con un gol de Zunzunegui en propia puerta. Sin embargo, la mayoritaria afición madridista fue mostrando su disconformidad con el árbitro del partido, el balear Rigo, hasta el punto de que se lanzaron centenares de botellas al terreno de juego, con el evidente riesgo para todos. Ese triste espectáculo pasó a la historia como 'la final de las botellas'.

"¡GURUCETA, GURUCETA, GURUCETA!"

¿Recuerdan este grito? Era la forma que tenían los aficionados barcelonistas de protestar por una actuación arbitral que consideraban incorrecta. El origen de esta expresión tuvo que ver con un Barça-Real Madrid de Copa. El 6 de junio de 1970, en los cuartos de final del torneo, el Camp Nou acogía el choque de vuelta después de que en la ida los blancos ganaran por 2-0. Al descanso, el conjunto blaugrana vencía por 1-0 gracias a un gol de Rexach. Sin embargo, a los 6 minutos de la segunda parte estalló el escándalo. El madridista Velázquez avanzaba por el centro y fue empujado por Rifé antes de llegar al área. El árbitro de aquel partido, el donostiarra Emilio Carlos Guruceta Muro, pitó penalti ante el asombro de todos. Bronca monumental, expulsión del defensa barcelonista Eladio por aplaudir irónicamente la decisión y gol del empate. El choque se suspendió a cinco minutos del final por invasión del terreno de juego. Guruceta, fallecido años después en un accidente de tráfico, fue recusado y nunca más volvió a pitar al Barça.

LA VENGANZA DEL 0-5... SIN EXTRANJEROS

La temporada 73-74, el FC Barcelona conquistó un título de Liga que llevaba catorce años sin levantar. Fue la temporada de la llegada de Johan Cruyff al club y recordada sobre todo por un marcador: el 0-5 del 17 de febrero de 1974 en el Santiago Bernabéu. Esa 'manita' escoció mucho en el club madridista, en una temporada para olvidar hasta entonces por los blancos. Sin embargo, en la Copa cambiarían las cosas. El Barça se plantó en la final tras eliminar al Real Oviedo, Espanyol y Atlético de Madrid. Su rival en el Vicente Calderón fue... el Real Madrid. La historia fue diferente a la de la Liga. Los madridistas se impusieron por 4-0 a un Barça en el que no podían jugar Cruyff y Sotil. En aquella época, los jugadores extranjeros no podían jugar la Copa. Cosas del reglamento.

SCHUSTER Y SU 'BOTIFARRA'

Nueve años más tarde, ya con la denominación de Copa del Rey, el torneo del KO volvía a acoger un Barça-Real Madrid en una final. El 4 de junio de 1983, el estadio de La Romareda de Zaragoza era el escenario de un duelo entre dos equipos que habían visto cómo el Athletic de Clemente les dejaba sin Liga. Era el Barça de Menotti y Maradona, con un temperamental Bernd Schuster en el centro del campo. Víctor Muñoz adelantó a los barcelonistas pero Santillana, de cabeza, empató. Y cuando ya se acercaba la prórroga, un centro desde la banda izquierda fue rematado acrobáticamente por Marcos Alonso a la red de Miguel Angel. Era el gol del triunfo y Schuster, en plena euforia, lanzó al aire de Zaragoza un espectacular corte de mangas dedicado al que años más tarde sería su equipo. Por cierto, semanas después el Barça volvió a derrotar al Madrid en otra final: la de la desaparecida Copa de la Liga.

LA RABIETA DE CHENDO

En 1990, los eternos rivales volvieron a encontrarse en otra final de Copa. Johan Cruyff estaba en el banquillo del Barça y muchos decían que se jugaba el puesto si aquella temporada no conquistaba ningún título. En Mestalla -aún denominado Luis Casanova-, el FC Barcelona se impuso por 2-0, con goles de Guillermo Amor y Julio Salinas. Algunos jugadores madridistas, como el actual delegado Miguel Porlán 'Chendo', no digirieron nada bien la derrota. El de Totana estalló cuando le entrevistaron al final del partido: "Han ganado unos que no son españoles". Otros expresaron su ira de forma diferente aquel día, como el energúmeno que lanzó un objeto a la cabeza de Zubizarreta desde el sector de aficionados blancos cuando el Barça daba la vuelta de honor. El ahora director deportivo del club acabó con una brecha.

LA ÚLTIMA SEMIFINAL, ANTES DE 'TENERIFE 2'

La última vez que Barça y Madrid coincidieron en semifinales de Copa fue la temporada 92-93. En la ida, disputada en el Bernabéu, se registró un empate a un gol. En el Camp Nou, el conjunto blanco se ganó el pasaporte a la final pese a jugar gran parte del encuentro con 10 jugadores por la expulsión de Rocha. Un gol de Míchel desde el punto de penalti y otro de Zamorano decantaron la eliminatoria. El tanto del entonces blaugrana Michael Laudrup resultó insuficiente para el conjunto de Johan Cruyff, que vio cómo los madridistas  festejaban su pase a la final en el mismísimo coliseo blaugrana. Cuatro días después, en ese mismo escenario, la afición del Barça cambiaba la tristeza por la euforia: el Barça derrotaba a la Real Sociedad y el Madrid se dejaba la segunda Liga consecutiva en el campo del Tenerife.