Arthur, el cortocircuito del metrónomo del clásico

Arthur Melo, jugador del Barcelona

Arthur Melo, jugador del Barcelona / sport

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Estaba en boca de todos en la previa, cómo lo viene estando toda la temporada, porque nadie se imagina la mejor versión del Barça sin Arthur. Se confirmó en el Bernabéu durante 50 minutos: si está con el depósito lleno  el partido se juega a su ritmo. O lo que es lo mismo: si está en el campo es más fácil que el partido se juega al ritmo que le interesa al Barça.

Así ocurrió durante 55 minutos  donde fue el metrónomo del partido. Así ocurrió mientras le acompañó el físico, que una vez más no dio para los noventa minutos. Viendo su incidencia en el equipo resulta sorprendente que, una vez recuperado, no sea un fijo en el once. En un Barça que tiende a descomponerse en los partidos de ida y vuelta, el brasileño parece un bálsamo irrenunciable. 

Lo sufrió el Madrid, que cayó  en el ritmo envolvente del brasileño durante muchos minutos. Una cadencia suave, de amagos y juego en corto. Un fastidio para los rivales, que resoplan cada vez que hace la pelopina, ese giro tan característico de Xavi, que desarmaba las marcas y reseteaba las jugadas. 

Pero perdonó el Barça, creció el Madrid y se le apagaron las luces a un Barça con el depósito vacío. Lo sabe Setién; este equipo tiene una intensidad reducida. Y así ocurrió en el Bernabéu, el Barça terminó fundido y derrotado. Antes, el brasileño dio control y seguridad al equipo. Y estuvo muy cómodo al lado de Busquets, en un 4-4-2, en el que casi formó un doble pivote al lado del de Badía. De Jong y Arturo completaron un centro del campo ordenado, que encontraba en Griezmann y Messi un apoyo constante entre líneas. 

Incluso Arthur tuvo una ocasión de gol. Una jugada en la que superó por velocidad a Kroos, pero se encontró con Courtois. Arthur conducía el balón pero cuando se encontró a Courtois anunció la dirección del balón con su cuerpo y el belga acertó.

La jugada sorprendió porque no acostumbra a formar parte del catálago de un jugador con tendencia a soltar rápido el balón y en comenzar las jugadas más que acabarlas. 

El encuentro fue un duelo de espejos, con dos equipos con el mismo dibujo. Pero el Madrid tuvo más veneno y acierto. Arthur acabó sustituido y la entrada de delanteros como Ansu y Braithwaite terminó descosiendo un Barça con dos caras.