Vingegaard, Pogacar y el nuevo estilo de contrarreloj por equipos, espectaculares

El Jumbo gana y el vencedor del Tour cuenta ahora con 11 segundos de ventaja sobre su contrincante esloveno, que se exhibió con una llegada soberbia

Ahora comienza la montaña, con la primera llegada en alto de la prueba

El Jumbo no da tregua en la crono

El Jumbo no da tregua en la crono

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Ni decepcionó el nuevo sistema de cómputo de tiempos en la contrarreloj por equipos, donde cuenta la marca individual y no la del bloque -se verá si se aplica en un futuro al resto de carreras-, ni tampoco lo hicieron Jonas Vingegaard, al frente de un Jumbo campeador, y un espectacular Tadej Pogacar, en una ‘crono’ sin vencedores ni vencidos, con el astro danés recortando la diferencia a su rival esloveno y donde todo ha quedado abierto de cara a la primera llegada en alto de la París-Niza, este miércoles en la Loge des Gardes.

Si a partir de ahora se aprueba el 'método París-Niza' en las contrarrelojes por equipos del futuro -no está previsto en el estreno de la Vuelta en Barcelona y en el Tour no hay etapa de estas características- el aficionado al ciclismo se puede encontrar con jornadas espectaculares cuando todos los corredores de una misma escuadra rueden juntos. Y porque si era el día en el que más valía el trabajo en bloque, a partir de ahora se recorta ese esfuerzo y se recompensa a la estrella, la que llega sola y esprintando, tal como hizo Pogacar, para salvar un día que, de tomarse el tiempo con el quinto ciclista del equipo como se hacía hasta ahora, el astro esloveno habría quedado mucho más penalizado ante un conjunto rival netamente superior en esta especialidad como era el Jumbo.

Pogacar estuvo tan activo en las dos primeras etapas de la París-Niza, donde luchó hasta por la mínima bonificación, porque quería llegar con ventaja de tiempo a la ‘crono’ por equipos donde sabía que, sí o sí, el conjunto neerlandés de Vingegaard era absolutamente superior. Pero él, solito y con un esprint final espectacular, fue capaz de contrarrestar hasta la mínima expresión una pérdida de tiempo que le habría podido poner la clasificación general muy cuesta arriba.

Ganó el Jumbo porque Vingegaard también apretó de lo lindo en los metros finales. Pero, con bonificaciones y con un Pogacar más rápido en las llegadas, en el supuesto de que siempre vayan juntos de aquí al final, los 11 segundos que tiene ahora Vingegaard de ventaja sobre Pogacar se intuyen como insuficientes. Y, sobre todo, para bendición del espectador, el ganador del Tour está obligado a atacar, o por lo menos intentarlo, ante su contrincante esloveno.

Otro danés, Magnus Cort Nielsen, se colocó al frente de la general, porque su equipo, el EF, también realizó una ‘crono’ de maravilla. Queda ahora toda la montaña: dos llegadas en alto, otra meta tras un descenso, la jornada de aparente calma del jueves y la sentencia final del domingo en los montes que rodean Niza. Pero que la nueva experiencia de la contrarreloj por equipos se repita en un futuro por el bien del espectáculo y del ciclismo.