Historia SPORT

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Guillaume Martin, un ciclista entre Sócrates y Nietzsche

El corredor del Cofidis, licenciado en Filosofía, publica ‘Sócrates en bicicleta’, un Tour imaginado con los grandes filósofos de la historia como corredores

"Dediqué mi trabajo de fin de máster a la filosofía de Nietzsche: traté de presentarlo como una especie de padre oculto del deporte moderno", explica a SPORT

Martin es el autor de 'Sócrates en bicicleta' (Libros de Ruta)

Martin es el autor de 'Sócrates en bicicleta' (Libros de Ruta) / Cofidis-Libros de Ruta

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Que un ciclista profesional publique un libro es algo poco frecuente. Si además se trata de un libro sobre filosofía, el asunto se convierte en una aventura fascinante: su protagonista es el francés Guillaume Martin (París, 1993), corredor del Cofidis y licenciado en Filosofía, autor de ‘Sócrates en bicicleta’, recién editado por Libros de Ruta. 

Duodécimo en el Tour del año pasado y ganador del Premio de la Montaña en la Vuelta 2020, Martin es un escalador que no se limita a sufrir sobre la bicicleta: quiere saber si ese sufrimiento tiene algún sentido. Quiere descubrir qué hay más allá, qué sentido tienen tantas horas de entrenamiento y competición.

En el libro, que lleva el subtítulo ‘El Tour de Francia de los filósofos’, Martin plantea una carrera ciclista en la que participan los grandes filósofos de la historia repartidos por nacionalidades: Sócrates, Platón y Aristóteles lideran el equipo griego, Marx, Nietzsche y Heidegger integran el equipo alemán, Pascal brilla en el conjunto francés, pero también aparecen Spinoza, Maquiavelo o Erasmo, entre otros.

“Cuando era joven me decían que tendría que escoger entre la Filosofía y el ciclismo”, explica Martin a SPORT después de su participación en la Vuelta al País Vasco, “pero fui testarudo compaginando deporte y estudios. Y jamás me encontré con ese famoso muro del que todo el mundo me advertía: obtuve un máster en Filosofía y el mismo año conseguí mi primer contrato profesional. ‘Sócrates en bicicleta’ es una bonita respuesta a aquellas personas que dicen que no se puede practicar con rigor y pasión dos actividades distintas en la vida”.

'Discípulo' de Nietzsche

Además de imaginar a los filósofos pedaleando en el Tour, Martin comparte un buen puñado de ideas interesantes. Por ejemplo, admite sentirse “más cerca del individualismo asumido de Nietzsche que de esa máscara de altruismo tan en boga hoy en día” porque al fin y al cabo, “la esencia de la competición no es unir, sino oponer”.

Puede sonar políticamente incorrecto, pero Martin lo explica con claridad: "Nietzsche es un filósofo al que siento próximo. De hecho, consagré mi trabajo de fin de máster a su filosofía, en la que trataba de presentarlo como una especie de padre oculto del deporte moderno. El deportista es ante todo egoísta, en un sentido profundo, lo que la ideología olímpica heredada de Coubertin intenta esconder".

“Obviamente, hay una parte de provocación en esta tesis. Y seguro que es políticamente incorrecta. Sin embargo creo que es justa y que no hay deshonra en esto: el deporte es precisamente el lugar en el que podemos expresar libremente nuestras pulsiones individuales e incluso nuestra violencia interior, ya que estamos siempre bajo la supervisión de una institución, unas reglas, un árbitro, garantes del hecho de que esta violencia esté limitada al tiempo de la competición”.

Martin se reconoce en Nietzsche, pero también en el pesimismo de Camus y en el existencialismo de Sartre, al que por cierto dibuja como director deportivo del equipo francés en su Tour imaginario.  

"Me planteo el sufrimiento que puedo sentir durante la carrera o los entrenos como una puesta en práctica del concepto ‘nietzscheano’ del Eterno Retorno. Nietzsche nos dice: ‘imagina que cada placer y cada pena de esta existencia, cada alegría pero también cada tristeza, tengas que vivirlos y revivirlos en un número infinito de veces. Este pensamiento no solo tienes que aceptarlo sino también quererlo”.

Sufrir, ¿por qué y para qué?

“Con la práctica deportiva aplico este imperativo. Hay algunas carreras, algunos esfuerzos, que son tan difíciles que una vez terminados y en caliente, la tentación es decirse ‘esto, nunca más’. Pero hay que ser capaz de volver a ellos, a veces al día siguiente, y volver a experimentar ese dolor. Conseguirlo es una bella prueba de afirmación de la vida, a pesar de su sinsentido”.

En el libro también hay sitio para los estoicos: Martin acude a ellos cuando tiene que entrenar bajo la lluvia y recuerda uno de los principios de la escuela estoica, el que aconseja preocuparnos solo de lo que depende de nosotros mismos y no de los factores externos, como la lluvia, en este caso.

"Es innegable que la filosofía estoica requiere práctica. Dicho esto, ¡no siempre es fácil de aplicar! Por mucho que sepamos que no podemos hacer nada sobre lo que no depende de nosotros, no significa que deje de atormentarnos", cuenta.  

El inesperado ganador del Tour de los filósofos

Aunque es Sócrates el filósofo elegido para el título, y Nietzsche el pensador con el que más comulga, Martin convierte en ganador de su Tour imaginario a otro filósofo, un holandés cuyo nombre queda reservado para los lectores del libro.

"Sócrates es un personaje central del libro, y de la historia de la Filosofía. Pero habría sido demasiado fácil convertirle en ganador. Tengo una afinidad especial con Nietzsche, pero no quería que se notara demasiado. Así que escogí como vencedor a otro filósofo que aprecio. Una de sus citas más célebres es 'el deseo es la esencia misma del hombre'. ¿Y qué desea un ciclista si no el maillot amarillo?".

Martin, que este año tiene previsto competir en el Tour, la Vuelta y los Juegos Olímpicos, no es un bicho raro en el pelotón. "Hay corredores con los que puedo hablar del libro o de Filosofía. Pero en general soy discreto sobre este tema: ¡no quiero aburrir a todo el mundo con esto! Por otra parte, se trata ante todo de una experiencia solitaria. Dicho esto, me divirtió que el año pasado durante la Vuelta algunos corredores del Jumbo –Paul Martens y George Bennett– se me acercaran durante una etapa, en un momento en el que rodábamos muy rápido, para decirme que les había gustado mi libro".