Tuchel en Stamford Bridge, la forja exprés de un campeón

En 124 días el entrenador transformó a un talentoso pero desdibujado equipo en el mejor de Europa

Con el alemán, el Chelsea pasó de ser la octava mejor defensa al cuadro menos goleado de la Premier

Tuchel, con el trofeo de la Liga de Campeones.

Tuchel, con el trofeo de la Liga de Campeones. / EFE

X. Serrano

Thomas Tuchel es el entrenador de moda en el fútbol mundial. La victoria de su Chelsea sobre el Manchester City en la final de la Champions, en un partido prácticamente impoluto desde el punto de vista ‘blue’, coronó la obra maestra del entrenador alemán. Desahuciado de París en diciembre tras quedarse el verano pasado a las puertas de la gloria europea, el exentrenador del Dortmund y el Mainz ha armado en cuatro meses a uno de los bloques más competitivos del continente, capaz de doblegar a cualquier rival y a la postre merecido campeón de la Champions League

El Chelsea que dejó Lampard

El 27 de enero, Tuchel debutó al mando del cuadro londinense con un 0-0 ante los Wolves en Premier League y unos cuatro meses después, el 29 de mayo, se consagraba en Do Dragao como el mejor equipo del continente. En total, 30 partidos. Sin preparación de por medio ni opción de retocar la plantilla al gusto del nuevo entrenador, una vez destituido Frank Lampard

 El que fuera capitán y leyenda ‘blue’ sobre el césped dejó a un equipo desnortado. Entretenido para el espectador neutral, pero frágil en defensa. Ese Chelsea atesoraba suficiente talento individual como para complicar en un buen día la vida a cualquiera, pero era inestable y proclive a dispararse en un pie en cualquier momento. En definitiva, no era un equipo fiable a nivel competitivo. Hablan los datos. Eliminado de la Copa de la Liga, salvado por los pelos en la fase de grupos de la Champions y noveno en la Premier League.

Y en eso llegó Tuchel

La comunión entre Tuchel y plantilla fue instantánea. Los primeros 14 duelos de esta nueva era se saldaron sin ningún tropiezo. Una revolución construida desde la solidez defensiva. De ser el octavo equipo menos goleado de la Premier en la primera vuelta (23 tantos), a la zaga más infranqueable en la segunda (13 dianas). En los 30 partidos disputados, el saldo es de 19 victorias, seis empates y cinco derrotas. Con 19 porterías a cero. 

Su Champions no es una excepción. En la competición más caprichosa, donde el menor detalle es determinante, el Chelsea de Tuchel ha sido el más regular, una roca. Sirvan dos datos más. Con el alemán, el cuadro inglés ha recibido dos goles en la competición. Y Mendy ha dejado la portería a cero en nueve de los 12 duelos que ha disputado. Lo sufrieron en sus carnes el Atlético de Madrid (0-1 y 2-0), el Oporto (0-2 y 0-1), el Real Madrid (1-1 y 2-0) y finalmente el City (0-1).

Un bloque sólido y compacto, agresivo, vertical y directo. Una máquina engrasada, rica en recursos y plagada de automatismos, cuya acelerada evolución desafía a la lógica. Mendy, fichado del Rennes este verano, aporta la seguridad que jamás ofreció Kepa. Clave ante el Madrid. Delante, un sistema de tres centrales inexpugnable en el área. Dos carrileros para abrir el campo.

En la medular, Jorginho y Kanté. Diferenciales en la presión y la recuperación, pero también a la hora de construir. El galo con sus conducciones, el italobrasileño con su buen pie. El mejor lanzador para que Pulisic, Mount, Werner o Havertz piquen en velocidad al espacio. Atacantes talentosos, la mayoría también costosos, que a su vez ejercen como la primera línea defensiva del equipo.  

La escuela alemana

El triunfo del Chelsea en la Champions consolidó el método alemán en los banquillos de los grandes clubes del Viejo Continente, con tres títulos consecutivos ganados por otros tantos entrenadores germanos. La victoria de Tuchel siguió a las de Hansi Flick y Jürgen Klopp en las ediciones anteriores.