Real Madrid, 4 - Galatasaray, 1

Un Madrid en inferioridad abusa del Galatasaray

El Real Madrid firmó su clasificación a octavos de final como primero de grupo, imponiéndose a la baja de Cristiano Ronaldo y la inferioridad numérica durante 64 minutos por la expulsión de Sergio Ramos, para tumbar a un Galatasaray falto de ambición

EFE

Con la clasificación a octavos sellada, al Real Madrid sólo le faltaba un paso para asegurar el liderato. Provocó que de inicio rebajase su tensión competitiva. Faltaba el futbolista que siempre quiere más. El insaciable. Cristiano Ronaldo paraba y su equipo lo acusó hasta que tiró de casta en una notable segunda parte.

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Champions League

4
1
Alineaciones
Real Madrid
Casillas; Arbeloa, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo (Carvajal, m.74); Casemiro (Xabi Alonso, m.59), Illarramendi; Bale, Isco, Di María; y Jesé (Nacho, m.27).
Galatasaray
Eray Iscan; Eboué, Gökhan Zan, Chedjou, Nounkeu; Felipe Melo (Gülselam, m.88), Inan; Bruma (Sneijder, m.64), Umut Bulut, Amrabat (Riera, m.67); y Drogba.

Le faltaban a Carlo Ancelotti dos piezas claves de su columna vertebral, Cristiano Xabi Alonso, al que comenzó dando descanso. Y perdió al tercero por un error de concentración. Sergio Ramos dejó al Real Madrid en inferioridad numérica cuando el duelo transcurría por el minuto 26, con más bostezos que ánimos de una grada disfrazada de Cristiano.

Hacía falta un líder sobre el césped. Las miradas apuntaban a Gareth Bale. Sus minutos más brillantes fueron los mejores de un Real Madrid que añoró de inicio al mejor Di María, perjudicado de golpe en su ritmo por su desaparición de los 'onces'. Con Jesé jugando de nueve en una oportunidad que se apagó de golpe por la expulsión de Ramos. Y hasta Arbeloa tiró de galones en el momento decisivo.

Dominaba el Real Madrid pero jugaba con lentitud. Toque sin profundidad entremezclado con balones en largo de Ramos a la espalda de la defensa turca, a la velocidad de Bale o la búsqueda de espacios de Isco. Nadie inquietaba la portería rival. Casemiro se reivindicaba en la medular. Mucha presencia, con criterio con el balón y calidad en el pase cuando se descolgó en ataque. Descaro sin acusar el tiempo en la sombra. Lo poco brillante de blanco.

Excesivamente respetuoso era el Galatasaray. Creció su respeto cuando a los cuatro minutos, su defensa adelantada vio cómo Bale se aprovechaba de un fuera de juego no señalado para cruzar su disparo en el mano a mano y rozar el poste. Jesé estaba solo para empujarla. en la cabeza de los turcos estaban los seis tantos de Estambul.

Marcelo, que regresaba para solventar los problemas en el lateral izquierdo, dejaba algún detalle de altos quilates, túnel en el área rival, pero Jesé no encontraba el remate. Bale chutaba arriba partiendo desde la derecha. Lo normal era su regreso a la izquierda sin CristianoAncelotti se niega de inicio. Lo quiere a pierna cambiada, pero acabó cediendo e incluso le ubicó de nueve.

Se estiraba el Galatasaray cuando se encontró la expulsión de Ramos. Un balón largo, despiste y un ligero toque en carrera para que Umut Bulut se dejase caer y encontraba el premio buscado. Los defensas no pueden relajarse ni un segundo. Lo comprobó también Pepe en el tanto del empate. Antes llegó el golazo de falta de Bale.

Apenas ha chutado el galés faltas. Sólo cuando Cristiano las cede. Era su día y pese a estar a 35 metros, soltó un zurdazo que cogió una parábola imparable. No ayudó que Iscan estuviese descolocado en el arco y cuando quiso reaccionar fue tarde.

Lo hizo mejor el resto de su equipo, que sí reaccionó con rapidez. Solo un minuto después Drogba, veterano de guerra, inventaba un pase al espacio que cogió a Pepe desubicado y a su espalda apareció Bulut que definió bien abajo.

Nació la segunda parte con igualdad. Ancelotti inventó y salió ganando. Situó un 4-3-2, con Isco Bale como referencias arriba, y tras un par de sustos en subidas con centros peligrosos sin rematador de Eboué, apareció un protagonista inesperado: Arbeloa. Es un portento físico y su esfuerzo hizo que no se notase la inferioridad numérica. Apareció en defensa, lanzó contragolpes y se descolgó en ataque.

Desniveló el encuentro, con un remate de izquierda abajo a pase medido de Di María. Rematando el lateral derecho en la zona del nueve. Tanta alegría para Arbeloa como para su inseparable Alonso, que celebró el tanto en la banda como si de una final se tratase. Poco después saltó al césped y fue el remate final a una segunda parte en la que el Galatasaray se hundió cuando debía ir por el partido.

De nuevo Arbeloa se incorporó con criterio al ataque para pedir un penalti, derribado dentro del área cuando recortó hacia dentro, y hasta pudo hacer doblete. Su disparo con el exterior del pie rozó el poste a la hora de partido. Fue la antesala de la sentencia. Dos goles con mensaje de dos jugadores que quieren más. Di María e Isco. Calidad en la definición.

Con la victoria en el bolsillo Casillas se ganó aplausos con una de sus paradas salvadoras, volando a mano cambiada a testarazo de Drogba, y silbidos por sus errores con el balón en los pies. Ya eran anécdota. El Real Madrid firma una impecable fase de grupos y el Galatasaray se jugará en un duelo a vida o muerte en la última jornada, la segunda plaza con la Juve.