Edin Dzeko coloca líder de grupo a la Roma

Jonathan Moreno

Tres fogonazos bastaron a la Roma para doblegar al CSKA y asaltar el liderato del grupo. Edin Dzeko, con doblete y asistencia, comandó las huestes giallorossi. Los moscovitas merecieron algo más.

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Champions League

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Alineaciones
Roma
Robin Olsen; Florenzi, Manolas, Fazio, Santon; De Rossi (Schick, 81'), Nzonzi; Ünder (Kolarov, 73'), Lorenzo Pellegrini (Cristante, 68'), El Shaarawy; Dzeko.
CSKA
Pomazun; Mario Fernandes, Rodrigo, Chernov (Khosonov, 57'), Magnusson, Nababkin; Akhmetov, Sigurdsson; Vlasic, Chalov (Nishimura, 90'), Oblyakov (Dzagoev, 57').

Ya advirtió Di Francesco en la previa del talento ofensivo del CSKA, y poco tardaron los atacantes moscovitas en darle la razón al técnico de Pescara. Bien replegados en torno a Pomazun, los rusos hilvanaron una rápida transición culminada por Chalov con un zapatazo que obligó a Robin Olsen a meter los puños. Renunciando a la posesión de forma manifiesta, el cuadro entrenado por Viktar Hancharenka volvería a advertir con un zurdazo de Mario Fernandes. 

Nueva estirada del portero sueco para tranquilizar a la grada. Se perdía en la horizontalidad la Roma. Falto de profundidad ante una zaga bien armada. Pero los equipos grandes tienen el factor diferencial de la pegada. Acción entrabancada, Pellegrini mete la puntera para adelantarse a su par y asistir a Edin Dzeko perfectamente colocado como ariete. Pase a la red y 1-0. A la tercera, tampoco fue la vencida para el CSKA. Vlasic volvió a probar los reflejos de Olsen, con idéntico resultado. 

Dzeko, cuestionado por parte de la hinchada romanista, no perdonaría. El bosnio aprovechó un pase filtrado del egipcio El Shaarawy, muy participativo entre líneas, para cruzar el esférico y establecer el 2-0 al filo del asueto. 

La goleada estaba cantada y se plasmó a escasos minutos de la reanudación. Balón bombeado al área, Dzeko la descolgó con nieve y cedió para que Ünder fusilara a Pomazun. Jugada de manual. No cesó ni con el 3-0 el empuje moscovita. La losa era ya demasiado pesada. La Roma se enfundó su traje más italiano, sesteó y tiró de ese otro fútbol para que nada más sucediera en el Olímpico.