Bayern de Munich, 6 - Oporto, 1

El Bayern de Pep Guardiola ha vuelto

Intenso desde el primer minuto y sin dar el más mínimo respiro al Oporto, el Bayern solo necesitó la mitad del primer tiempo para remontar el 3-1 con que los dragoes le retrataron en la ida

Josep Coves

Con su versión más reconocible de toque y presión, el equipo de Guardiola regaló a su técnico una actuación coral superlativa para endulzarle sus primeros cien partidos al frente del equipo bávaro, a los que llegaba con algunas dudas y al que aspira ahora a llevar al triplete. Tras la estrepitosa derrota en Do Dragao, provocada en gran medida por los errores individuales, el Bayern afrontó el choque de ayer con el orgullo herido. Se esperaba una reacción mayúscula de los bávaros y su entrenador había advertido que él solo ha ganado cuando su equipo ha jugado bien.

Jugando bien es cuando el Bayern ha sido un equipo sin rival, engranaje sinfisuras y ha conseguido borrar del campo a quien se le pusiera en frente, lo mismo que lo fue el Barça cuando Guardiola se sentó en el banquillo del Camp Nou.

A través del juego de toque y combinación, de las diagonales y los desmarques y la precisión quirúrgica en el remate el Bayern de las bajas actuó como un reloj de precisión. Como los trileros que esconden la bola bajo el caparzón ante la mirada atónita de sus víctimas, los defensas oportistas no supieron nunca por dónde iba a correr el balón.

Thiago, plenamente recuperado de su lesión y con ganas de vindicarse este final de temporada tras un año parado, se adivina como una pieza clave en el mediocampo del Bayern. El exblaugrana da el ritmo a su equipo, introduce la pausa si cabe y combina con los delanteros con exquisita sencillez. Marcó en Oporto el gol que al Bayern maquilló su peor partido de la temporada y repitió ayer para abrir el camino de una remontada que fue mucho más fácil de lo que muchos creían.

Al gol de Thiago le siguieron otros cuatro antes del descanso. Boateng, redimiéndose de su calamitosa actuación en la ida, Lewandowski por dos veces y Müller colocaron un contundente 5-0 en el marcador antes del descanso. Un resultado fiel a lo que fueron los primeros 45 minutos y que hizo que Thiago dejara el campo consolando a Quaresma, que en nada se pareció al del partido de ida.

Con la clasificación en el bolsillo, el equipo de Guardiola salió a cumplir el trámite en la segunda parte. Mientras Lopetegui se desgañitaba en la banda en busca de la reacción de sus hombres, el Bayern sesteó mientras el crono iba desgajando los minutos.

Fue así como el Oporto logró un falso equilibrio de fuerzas y Jackson Martínez marcó un gol y estuvo a punto de hacer otro en una de esas pájaras inexplicables que tiene el Bayern en ocasiones. A excepción del gol de Xabi Alonso, el segundo tiempo dejó mal sabor de boca a la afición local, que además vio como Rafinha se tuvo que retirar con una lesión en los abductores.