El Barça, a encarrilar la eliminatoria ante la Roma en el Camp Nou

Toni Frieros

Toni Frieros

Llegó la hora. Este miércoles empieza el primer día del resto de la vida del Barça en la Champions League 2017-2018. Si quiere estar en la final de Kiev el 26 de mayo ha de hacer bueno el camino transitado hasta haber llegado a estos cuartos de final. De nada habría servido si ahora el equipo baja su rendimiento y pierde su fiabilidad.

Valores y virtudes que le han sido inherentes esta temporada, fantástica hasta el día de hoy. 

Pero Europa es otra y el rival, a priori, también. La Roma sabe competir, poner las cosas difíciles y jugará con la austicia de quien sabe que le queda un cartucho: el del partido de vuelta en el Olímpico de la capital italiana.

El FC Barcelona deberá tener una paciencia infinita para superar el orden y la disciplina táctica de un oponente que recibe pocos goles y que sabe hacer daño en cuanto tiene el balón con transiciones rápidas.

¿Qué Barça veremos entonces? Salvo sorpresa mayúscula, algo improbable en Valverde, que no suele hacer inventos, veremos sobre el césped del Camp Nou al mismo equipo que derrotó y eliminó al Chelsea en octavos de final. Tampoco tiene muchas más alternativas si analizamos como suele gestionar los grandes partidos.

A lo sumo, podría estar dudando en si sale con un 4-4-2 con Paulinho reforzando el centro del campo o bien por un 4-3-3 con Dembélé por banda derecha. Esta fue la última opción que tomó frente al Chelsea. Y le salió a pedir de boca porque el equipo inglés fue noqueado y el delantero francés, por fin, vio puerta.

Jugando en casa, teniendo la obligación de intentar ir a Roma con el mejor resultado posible, el sentido común indica que hay que salir con el equipo más ofensivo posible.

El duelo, desde luego, tendrá un protagonista muy claro. Además del de siempre, por supuesto. Me refiero a Sergio Busquets, que regresa al once después de su lesión ósea en el dedo meñique del pie derecho contra el Chelsea.

Con Busquets el Barça tiene más equilibrio, eso es evidente. Y con equilibrio, el equipo rinde más y juega mejor. Se encuentra más a gusto. Y cuando eso es así la aportación de Leo Messi es todavía mayor, porque tiene más libertad y menos responsabilidades defensivas.

Con el guía del equipo anclado en la medular, Iniesta y Rakitic, ambos en un gran momento de forma, serán sus compañeros de fatigas.

Con Messi merodeando el área romana, Luis Suárez volverá a ser su fiel escudero, esperando a que rompa de una vez por todas su aciaga racha ya que todavía no ha visto puerta esta temporada en Champions League.

Atrás los de siempre. Se pueden recitar de memoria: Ter Stegen, Sergi Roberto, Piqué, Umtiti y Alba. Son intocables. Imprescindibles.

Noventa minutos por delante para intentar poner tierra de por medio ante la Roma y acariciar las semifinales, algo que ya han hecho, prácticamente, Bayern Munich y Real Madrid.