El Atlético se atasca y pierde una ocasión de oro

Albert Gracia

Da igual que hayas sacado 16 córners, que hayas rematado 21 veces y que hayas tenido el 60% de la posesión, con fases de mucho dominio. Todo eso da igual si la pelota, la dichosa pelotita no entra. El Atlético hizo todo lo que tuvo en su mano para ganar el partido, pero la pegada fue, como pasó en Rusia, el gran enemigo.

Los rojiblancos tuvieron ocasiones para aburrir, sobre todo en la primera hora de partido, y terminaron angustiados y muertos ante un rival que les minó la moral. Todos atrás y ya vendrás. Volvió a caer en la trampa el Atlético, que ahora ve como el calendario se complica. Una victoria les metía casi en octavos; ahora deberán sudar para clasificarse. Segundos todavía pero deben visitar Salzburgo y recibir al todopoderoso Bayern. Ay pelotita... Qué mala eres cuando quieres. 

Contra el equipo de los ferrocarriles, Simeone respondió con un AVE. Un AVE potente, dinámico, siempre un segundo más rápido que el rival, preciso y con pegada. Un AVE que debía llevar al Atlético casi a octavos, pero que quiso dar vueltas de más. Tantas que terminó perdido. Otra vez la decimonónica propuesta del Lokomotiv de encerrarse atrás salió bien. Y no porque fuera una masterclass de ‘catenaccio’, sino porque el Atlético volvió a estar poco fino en la definición. 

El Atlético fue de más a menos

Mejoró el cuadro de Simeone en el juego posicional en una media hora espectacular de dominio y ocasiones. Faltaron manos para contabilizar las llegadas rojiblancas. La primera la tuvo Joao Félix en un preciso centro de Marcos Llorente, que volvió a ser un puñal en el sector diestro. Habría que patentar ese pase al hueco de Trippier para el centro de Llorente.

Hiriente el cuadro rojiblanco por la derecha, Carrasco también lo intentó por la izquierda. Su uno contra uno fue clave para abrir a la nutrida zaga rival, que tuvo en Guilherme al mejor jugador del partido. El meta sacó todo lo que llegó el Atlético en una primera mitad que, si no pasa nada raro, hubiera acabado con un resultado abultado. 

El Lokomotiv llegó una sola vez, con un balón que quedó en el área pero que no pudo rematar Ignatjev por un resbalón. La tormenta de juego rojiblanca se vino a menos con la llegada de la lluvia y con los primeros síntomas de desesperación. El juego posicional empezaba a atascarse. Poco de Joao Félix, acorralado en la telaraña rusa. El equipo le necesitaba. Y a Suárez también. Se le echa de menos por el Metropolitano.

Las fuerzas empiezan a flaquear

En la reanudación, guión idéntico, aunque las fuerzas empezaron a flaquear. Faltaron piernas en el cuadro rojiblanco, muerto tras la batalla ante el Barcelona en Liga. Lo quiso aprovechar el Lokomotiv, más entero, pero cuando te tiras todo el partido sacando agua luego es complicado cambiar el chip. Sin piernas pero sin con garra y destellos, el Atlético hizo todo lo que pudo para abrir la lata. Lo logró con un tanto de Koke tras un rechace, pero el VAR lo invalidó por fuera de juego.

Poco de Joao Félix en la segunda mitad, menos de Correa, Llorente y compañía y un Lokomotiv que superó con nota lo que se planteaba en el partido. Giménez la tuvo en una de las últimas acciones del partido aprovechando la estrategia, pero su remate de cabeza se marchó por milímetros. Sin gol, en esto del fútbol, no hay paraíso.