'Sarrivederci', Chelsea

Jonathan Moreno

La estancia de Maurizio Sarri en el lujoso distrito londinense de Hammersmith y Fulham ha sido efímera. Apenas un curso. Una temporada en la que siempre ha transitado en el alero, envuelto en la polémica. Ninguneado. Como el desplante protagonizado por Kepa en la final de la Carabao Cup, cuando se negó a ser cambiado.

No se ha adaptado a la ‘City’ y en Stamford Bridge tampoco se han adaptado a él. Quizás fuera su peculiar percha del sur de Italia. Ese aire de actor de película de Tinto Brass, de Luis Aragonés partenopeo. Nadie se creyó sus ideas. Les deja una clasificación para Champions y un título de Europa League en herencia.

El retorno de ‘Míster 33’

Un hombre de chapa antigua con un ‘libreto’ futbolístico muy moderno. Elogiado incluso por Pep Guardiola, que alabó su llegada al Chelsea el verano pasado. “Ver jugar a su Nápoles era un espectáculo” decía el técnico de Santpedor. 

‘Míster 33’ regresa a Italia, así le apodaron sus futbolistas en el Empoli por las numerosas variantes tácticas que barajaba en las acciones a pelota parada. Y lo hace por motivos sentimentales. A sus 60 años de edad, Sarri quiere estar cerca de sus ancianos progenitores. Aunque sea a costa de traicionar sus ideales, de entrenar a la Juventus. Nacido en Nápoles y crecido en la Toscana, Maurizio es -o era- todo un ídolo en San Paolo. La afición ‘azzurra’ nunca le perdonará su fichaje por el eterno rival. Si no que se lo pregunten a Gonzalo Higuaín.

Maurizio Sarri se compromete con la hegemónica ‘Vecchia Signora’ para las próximas tres campañas. En Turín intentará implantar su sello personal, exigente, de presión alta, con ‘gallitos’ como Cristiano Ronaldo, Dybala o Pjanic. Veremos.