La Roma se atrinchera en puestos de Champions

Zaniolo celebra su golazo ante el Nápoles

Zaniolo celebra su golazo ante el Nápoles / AFP

Jonathan Moreno

Afianza la Roma su posición en la zona noble, doblegando al Nápoles, rival directo en su pugna por un puesto entre los cuatro de cabeza. Espectacular encuentro en el Olímpico capitalino, sólo teñido por el asqueroso racismo. La afición romanista dedicó improperios a Koulibaly. Gianluca Rocchi reclamó cordura y amenazó con suspender el partido. La sangre no llegó al río. Pero este sinsentido de los insultos de tintes racistas debe cesar. Los estamentos futbolísticos deben arremangarse y atajar este cáncer deportivo de una vez por todas. 

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Serie A

2
1
Alineaciones
Roma
Pau López; Spinazzola, Cetin, Smalling, Kolarov; Mancini, Veretour; Zaniolo (Ünder, 81'), Pastore (Santon, 89'), Kluivert (Perotti, 77'); Dzeko.
Nápoles
Meret; Di Lorenzo, Manolas, Koulibaly, Rui; Callejón (Lozano, 58'), Zielinski, Fabián, Insigne (Younes, 83'); Mertens (Llorente, 67'), Milik.

Inicio trepidante. Sí, en la Serie A. En el fútbol italiano. Ese de sal de frutas y difícil digestión. Ni la entidad de los equipos es sinónimo de espectáculo. Pero esta vez sí. Roma y Nápoles estuvieron a la altura de dos conjuntos Champions.

Zaniolo golpeó primero para los capitalinos. Spinazzola cedió atrás desde el flanco derecho y la joven promesa romanista paró el tiempo en el área para clavarla de zurda en la escuadra. Pudieron sentenciar los 'giallorossi' en dos acciones consecutivas, ambas en la zurda de Kolarov. Primero en un lanzamiento que se marchó excesivamente cruzado. Acto seguido, en un penalti. Gianluca Rocchi acudió al VAR y vio unas sutiles manos de Callejón. El motrileño controló con el brazo ante Smalling. Once metros. El serbio perfiló su cuerpo demasiado y Meret le leyó la mente. Estirada a ras de suelo y acción abortada.

Sonó el despertador. Los partenopeos entraron en erupción. En los últimos quince minutos acumularon hasta cinco ocasiones que no acabaron en gol de puro milagro. Smalling bajo palos estiró la pierna para amargar a Di Lorenzo. Corría el 29'. Insigne cogió el relevo con una doble acción. La falta de puntería y una manopla de Pau López aparecieron en su camino. Las dos más claras llegarían concatenadas. Cabezazo de Milik al travesaño tras un caramelo de Fabián desde la izquierda. El rechace le cayó a Zielinski que deslizó con suavidad el balón sobre el césped hasta que el palo cortó su trayectoria. Achuchaban los de Ancelotti, con la ceja más arqueada que nunca comprobando la mala fortuna de los suyos. 

Sin pestañear

La lluvia hizo acto de presencia. Y con ella, se perdieron las lágrimas romanistas. Aprendió el equipo de Fonseca que retomó la iniciativa a través del balón. Sin prisa, pero sin pausa. Así llegaría el 2-0. Pastore pisó área y estrelló el cuero en las manos de Mário Rui. No le hizo falta acudir a la pantalla a Rocchi. Cambio de ejecutor. Veretour no engañó a Meret, pero sí le superó. Justin Kluivert rozó la sentencia. El neerlandés estrelló contra el travesaño un disparo desde el balcón del área.

Y apareció la lacra del racismo. Gesto de Koulibaly a Rocchi y el trencilla sensamente detuvo el partido. El central senegalés volvía a ser el centro de los cánticos despectivos e inaceptables de la afición romanista. Dzeko pedía calma a la hinchada. Y, en medio de la polémica, el Nápoles aprovechó para meterse en el partido. Lozano cabalgó por banda derecha y el mexicano puso un centro que, previo error pueril de Cetin, lo acarició Milik al fondo de la red. Restaba un cuarto de hora y el duelo estaba francamente abierto. Pastore y Zielinski acariciaron el gol. Oda al fútbol en el Olímpico.