Un regalo de Ospina hunde más al Nápoles

Francesc Ripoll

No hay manera. No importa si el Nápoles (rival del Barça en la Champions) juega bien o juega mal. El final, en los últimos partidos, sigue siendo el mismo. Los partenopeos cayeron ante una Lazio enrachada por culpa de un error clamoroso del portero Ospina, que regaló el gol a Immobile -ya lleva 20- en los últimos compases de partido. 10 victorias consecutivas de los de Inzhagi, intratables. Los napolitanos, la otra cara de la moneda. Una victoria en los últimos 11 compromisos ligueros. Preocupante.

Pese a su mala situación, el Nápoles no se achantó. Salió a jugarle de tú a tú al equipo más en forma de la liga y de lo más propositivo con el balón. Los romanos, que querían seguir con su espectacular racha, presionaban la salida de balón partenopea, costándole algun susto al cuadro de Gattuso. La intensidad predominaba sobre el césped, y pese al bajage con el que venían ambos conjuntos, las fuerzas se igualaron y se vio una primera mitad de lo más interesante.

El Nápoles rozó el gol con un tiro de falta de Insigne que se envenenó y otro zapatazo de Allan, que se fue por muy poco. El arreón de la Lazio llegó justo antes del descanso, con dos intentonas de Milinkovic-Savic que a punto estuvieron de suponer el primero de la tarde.

Algo similar fue el guión tras el receso. Las aproximaciones llegaban a cuentagotas, por culpa de los entramados defensivos planteados por romanos y napolitanos. Los de Gattuso, eso si, dieron un paso al frente y optaron por monopolizar la posesión balón. Y les salió bien, pues dominaron por completo el encuentro y tuvieron dos ocasiones clarísimas para llevarse los tres puntos de Roma: un tiro al palo de Zielinski y una ocasión de Insigne que rechazó Strakosha.

Pero cuando todo parecía que el gol iba a llegar del bando visitante, Ospina se lo regaló a la Lazio. Controló el balón, pero Immobile fue más listo, le robó la cartera e hizo el tanto decisivo. Error tremendo del portero y el Nápoles que pierde otro partido en el que mereció mucho más.