Nápoles vuelve a saborear la gloria del pasado

La ciudad sureña se vuelve a vestir de gala tras proclamarse campeona de la Serie A con el empate ante el Udinese

Kvaratskhelia, Osimhen y compañía suceden a la generación que, 33 años antes y liderada por el divino Maradona, levantó el último Scudetto partenopeo

¡Espectáculo de fuegos artificiales en Nápoles tras conquistar el Scudetto!

¡Espectáculo de fuegos artificiales en Nápoles tras conquistar el Scudetto! / SPORT.es

Albert Gracia

Albert Gracia

Nápoles no es solo una ciudad, igual que la Società Sportiva Calcio Napoli no es solo un club de fútbol más. Porque en esta región sureña y en este club existe un sentimiento único, de pertenencia inquebrantable, de rebelión ante el poder italiano norteño. Un club que se divinizó y que creó un aura distinto desde la llegada de un tal Diego Armando Maradona, que elevó al club a un 'status' superior hasta codearse con los mayores.

Hoy, 33 años después de la última liga del Diego con el club partenopeo y tras declararse en bancarrota a inicios de siglo, Nápoles vuelve a engalanarse. Una ciudad que se ha echado, se echa y se echará a las calles para celebrar como se merece una Liga que los napolitanos se sienten muy suya. Porque el club es el pueblo de Nápoles. Y Nápoles tiene ganas de fiesta. Lo demostraron ante la Juventus.

Una afición entregada a sus ídolos

Después de ganar al conjunto 'bianconero' en un triunfo que prácticamente brindaba el Scudetto, los aficionados partenopeos inundaron el aeródromo de Capodichino y llevaron en volandas a su equipo por las calles de Nápoles. Más de 10.000 gargantas cantaron al unísono a sus ídolos. Los Zambo Anguissa, Kvaratskhelia y compañía, 'nuevos' en todo esto, no se lo podían creer.

Pero no fue más que un pequeño 'simulacro' de lo que está por venir en las próximas horas, donde De Laurentiiis se aventuró a decir que entre dos y tres millones de personas tomarán las calles. Porque el Nápoles ya es campeón tras empatar ante el Udinese y hacer buena la ventaja de puntos. Y es campeón tras un auténtico temporadón, solo empañado por la pronta eliminación en la Coppa Italia ante la Cremonese.

Ahora ha llegado el momento de descansar, de que Osimhen descargue su escopeta, de que Spalletti cuelgue su pizarra, de que Kvaratskhelia deje su varita en un cajón... Y de que Nápoles, que se ha ganado el derecho de que, a falta de cinco jornadas, esté ya saboreando el campeonato, salga a festejar. Lo han ganado con todas las de la ley.

El Nápoles sucede al Nápoles campeón de Maradona en 1990

El Nápoles sucede al Nápoles campeón de Maradona en 1990 / SPROT.es

Una dupla de oro

Su estilo de juego ofensivo, asociativo y distinto al resto en Italia; su fortaleza defensiva con figuras sorprendentes como el surcoreano Kim; y, sobre todo, la dupla Osimhen-Kvaratskhelia, que han sido las sensaciones de la temporada en Italia, son algunas de las claves de un cuadro partenopeo que ha arrasado de principio a fin. Nadie ha marcado más y ha encajado menos.

Además, no han fallado en los enfrentamientos directos ante sus perseguidores y esa distancia sideral no se puede explicar sin hablar de la figura de Spalletti. El ex de Roma o Inter había avisado durante la temporada pasada que su proyecto cogía forma, logrando acabar tercero en Serie A en su primera temporada al mando del banquillo napolitano. Y en esta segunda ha logrado darle una vuelta de tuerca a todo. Se marcharon Insigne y Mertens, buques insignias de lo que ha sido el Nápoles en los últimos años, pero sus recambios no han hecho más que mejorar lo que había.

La pelota como protagonista

Ha tenido claro en todo momento a qué tenía que jugar su equipo, ha puesto las bases y ha dejado que los 'buenos' hicieran el resto. Un equipo compensadísimo y equilibradísimo para potenciar a los que deben decidir. Eso sí, siempre con la pelota como protagonista.

El Nápoles ha ganado el Scudetto y ha perdido en Champions y en Coppa de Italia. Pero siempre con el balón. Un rey del pasado que vuelve a recuperar la corona un día perdida por Maradona, el más grande en territorio partenopeo. En Nápoles siempre se mira al pasado, a todo lo que rodea y rodeaba a Maradona, aunque el presente tampoco está tan mal.