Lucas Paquetá y el incendio en Milán

Casi no ha empezado la temporada y el Milan ya tiene que apagar el primer incendio. Todo ocurrió tras el encuentro ante el Verona en el que los ‘rossoneri’ lograron ganarle al Hellas tras una pena máxima de Piatek (0-1). 

En ese encuentro, Lucas Paquetá tan solo disputó la primera mitad y cuajó unos minutos más que discretos. Por él entró un Rebic que sí logró revitalizar al equipo. Tras el duelo, Giampaolo, el técnico milanista, aseguró que Lucas Paquetá era demasiado brasileño, refiriéndose a su anarquía para jugar en una de las posiciones fijas del ataque.

Su clara vocación de mediapunta le deja en tierra de nadie en un 4-3-3 y su técnico no dudó en tirar con bala: “Debe aprender a jugar como un delantero”. Esas palabras no gustaron para nada a un Paquetá que decidió responder a través de su perfil oficial de Instagram. 

El jugador brasileño también decidió atacar: “Orgulloso de ser brasileño”. El mediapunta acompañó el mensaje con una imagen del encuentro ante el Hellas Verona, donde el técnico decidió sustituirle ante su nula aportación ofensiva. Según apuntan desde Italia, las posturas entre jugador y entrenador están bastante distanciadas, pese a que el agente aseguró que estaba todo “OK”, y veremos lo que sucede en las próximas horas.

Recordemos que el Milan se mide al Inter este próximo fin de semana en el ‘Derbi della Madonnina’, uno de los partidos más especiales en el calendario milanista teniendo en cuenta la rivalidad histórica entre ambas entidades. 

Posible multa al jugador

Así, el club debe buscar una solución a la mayor brevedad posible para acabar con un incendio que podría ser catastrófico. Según aseguran en Italia, el Milan incluso estaría barajando la posibilidad de multar al jugador por su mensaje y cortar de raíz un problema que ya veremos cómo acaba.

Paquetá cuajó una buena segunda vuelta la temporada pasada y en esta se esperaba que su aportación fuera a más teniendo en cuenta la juventud y el talento del brasileño. Aun así, este suceso podría cortar la carrera meteórica del mediapunta y condenarle al banquillo. Giampaolo tiene la última palabra: perdonar al jugador y volver a confiar en él o castigarle. Veremos.