Un Icardi 'messiánico' impulsa al Inter

Mauro Icardi celebrando su póker vs la Sampdoria

Mauro Icardi celebrando su póker vs la Sampdoria / AFP

Alba López

Regresó el mejor Mauro Icardi de siempre para impulsar al Inter en la pugna de los neroazzurri con Lazio y Roma por la cuarta plaza del Calcio. El argentino se disfrazó de Messi en el Luigi Ferraris firmando un póker de goles antológico en los apenas 66 minutos que permaneció en el campo antes de ser sustituido por Éder. Todo el trabajo ya estaba hecho y la mayor parte lo había hecho el excanterano barcelonista, que pide a gritos un sitio en el once de Argentina en vistas al Mundial. 

109993

Calcio

0
5
Alineaciones
Sampdoria
Viviano; Bereszynski (Verre, 33'), Silvestre, Ferrari, Murru; Barreto (Regini, 54'), Torreira, Praet; Ramírez (Caprari, 50'); Quagliarella, Zapata.
Inter
Handanovic; Cancelo, Skriniar, Miranda, D'Ambrosio; Gagliardini, Brozovic; Candreva (Vecino, 78'), Rafinha (Valero, 80'), Perisic; Icardi (Éder, 66').

Fue Perisic, pese a todo, quien allanó el camino en Génova al conjunto dirigido por Luciano SpallettiCancelo colgó un balón desde la derecha al corazón del área y ahí el croata se elevó por encima de toda la defensa de la Sampdoria para conectar un cabezazo a la red.

El tanto dio alas a los neroazurri, quienes en un minuto eléctrico iban a dejar el partido visto para sentencia. Sería justo después de que se rebasara la media hora de juego, pistoletazo de salida del festival de Icardi. El argentino hurgó en la herida blucerchiati desde los once metros tras un inocente penalti cometido por los de Marco Giampaolo y segundo después volvió a mojar definiendo de espaldas y de tacón ante Viviano. Al filo del descanso, firmaba su triplete aprovechando un rechace del meta de la 'Samp'.

La segunda parte ya estuvo de más, pero la aprovechó Icardi para ampliar su cuenta goleadora con una volea en semifallo que se envenenó y sirvió para rubricar el póker de tantos del rosarino, que brilló con luz propia antes de ser sustituido y dejar a su equipo sin alma. La prueba es que el marcador ya no se volvió a mover.