Las elevadas exigencias económicas de Ibra al Nápoles

El Nápoles podría ser el nuevo destino de Ibrahimovic

El Nápoles podría ser el nuevo destino de Ibrahimovic / AFP

Alex Muñoz

"Algún día quiero jugar aquí". Nápoles tiene algo especial, un aroma a historia futbolística de nivel, mucho nivel, que tras muchos años sigue aún recorriendo San Paolo y erizando la piel de los más grandes. Diego Armando Maradona. Su leyenda quedó grabada para siempre en la cabeza de muchos. Una fuerza de atracción capaz de seducir a mortales y dioses. O, al menos, a jugadores que se elevan a la categoría de divinidad. Ibrahimovic fue el autor de la frase con qué iniciamos, y hoy, más que nunca, el sueco está cerca de llegar.

Aurelio de Laurentiis, presidente de los napolitanos, ha confirmado que el delantero es "un deseo", y que la decisión "depende de él". Se manejan cifras, lo cual es ya indicativo de que algo se cuece. La oferta del Nápoles es de un año y medio, razonable considerando la edad (38 años) del sueco. En cuanto al sueldo, el tema que siempre quema incluso a los más cautos, el mandatario no va a tirar la casa por la ventana, sino que ofrecerá, máximo, 4 millones por temporada. Una cifra alta pero razonable, aunque bastante inferior a los 7,2 millones de dólares que Ibra cobra en los L.A Galaxy. 

"Sería fantástico repetir lo que hizo Diego. La decisión final dependerá de varios factores, pero me entusiasma". Esa sombra alargada, el ídolo de tantas y tantas generaciones que empezaron a amar el balón por 'El Pelusa'. Para Ibra alguien a admirar, más incluso que a si mismo. "Si estuviera yo San Paolo se llenaría todos los domingos". Como no, un dios que se ve Dios. "También está Ancelotti, un grande". Definido por él mismo como el mejor entrenador que ha tenido. 

El sueco no necesita más motivos para ir a San Paolo a peregrinar y que los demás peregrinen por verlo, aunque incluso cuando se trata de ídolos la economía logra imponerse. Cifras, rumores, fichaje. Pase lo que pase, que algo será, la mente de Ibrahimovic siempre dejará unos segundos de estar en él para recordar un partido de homenaje, a Ciro Ferrara, que le hizo pronunciar el "algún día quiero jugar aquí".