ITALIA

La durísima infancia de Arkadiusz Milik, el nuevo rey del Nápoles

Abandonado a los 6 años por su padre, Milik tuvo una dura infancia en la que fumó, robó... pero Mogilan se cruzó en su camino y lo hizo futbolista

Milik reina en San Paolo

Milik reina en San Paolo / sport

Mar Bianchi

A pesar de su dura infancia, Milik se ha ganado el respeto de San Paolo en solo cinco partidos. Arkadiusz Milik aterrizó este verano en el sur de Italia con un reto de grandísima dificultad: llenar el vació que dejó Gonzalo Higuaín con su marcha a la Juventus, tanto en el terreno futbolístico como en el emocional.

Pero la historia de este delantero polaco de solo 22 años encierra algo más que entrenamientos y goles. El 28 de febrero de 1994, en Tychy, una ciudad del sur de Polonia situada a 20 kilómetros de Katowice, nació Arkadiusz Milik. No tendría una infancia fácil, ya que siendo solo un niño, su padre lo abandonó y a la edad de seis años empezó a robar en pequeñas tiendas cercanas. Además, adoptó la mala costumbre de fumar. Con estos inicios, nadie apostaría por que el chico llegase a convertirse en un futbolista profesional de primer nivel. Hasta que Slawek Mogilan se cruzó en su camino.

Mogilan, el entrenador del Rozwoj Katowice, club en el que jugaba Milik, actuó de padre y encarriló el futuro del futbolista, que con dieciséis años comenzaba a destacar. A esa edad debutó en Tercera división y llamó la atención de varios ojeadores, alguno de la Premier. Milik rechazó todas las ofertas para seguir formándose cerca de casa.

Así recaló en el Gornik Zabrze a las órdenes de Adam Nawalka, que desde el primer momento tuvo claro el talento que residía en el joven. Allí, Milik explotó y dio el paso para salir de su país natal. El propio Nawalka es ahora el seleccionador de Polonia y cuenta con el futbolista de Tychy. Ahora, junto a Lewandowski en el combinado polaco, Milik no duda en hacerse responsable del ataque de su selección cuando el delantero del Bayern de Múnich tiene momentos de flaqueza. 

Nueva era El delantero se acabó decantando por el Bayer Leverkusen, aunque con poca fortuna. Con Ralf Mingue como técnico solo fue titular en cinco ocasiones y anotó cinco goles. Para no frenar su progresión, el Leverkusen lo cedió al Augsburg. Tampoco tuvo muchos minutos allí y terminó en el Ajax. también cedido. En Ámsterdam, Milik tuvo que competir por lograr un puesto en el once titular y en su primera temporada se convirtió en el máximo anotador del Ajax, con 11 dianas, por delante de Kolbeinn Sigthorsson. 

En el club holandés y con la salida del islandés al Nantes, Milik pasó a ser el dueño de la delantera del Ajax. En dos temporadas, el polaco anotó 47 goles, 24 de ellos en la última campaña. Un pasaporte directo a las mejores ligas de Europa. Las ofertas no tardarían demasiado en llamar a su puerta y la mejor fue la del Nápoles.

Después de Cavani y el 'innombrable' Higuaín, en solo cinco partidos oficiales el polaco se ha convertido en el nuevo rey de San Paolo, el nuevo crack de la era de Aurelio De Laurentiis. El presidente del club partenopeo pagó 32 millones, bonus incluidos, por la compra del delantero después de haber vendido al Pipa por 90.

La sombra de Higuaín es alargada, pero Milik ha comenzado su etapa de 'azzurro' de la mejor manera. Aquel chaval que pasaba horas fumando o robando pequeños comercios se ha convertido en el alma de un estadio tan caliente como San Paolo, en la esperanza de la afición del Vesubio.