La vacuna aumenta casi 700 veces los anticuerpos de quienes han pasado la Covid-19

La vacuna aumenta casi 700 veces los anticuerpos de quienes han pasado la Covid-19

La vacuna aumenta casi 700 veces los anticuerpos de quienes han pasado la Covid-19

Un estudio en personas de más de 80 años, realizado por el Instituto de Inmunología e Inmunoterapia de la Universidad de Birmingham y encabezado por la científica Helen Marie Parry, compara la acción de las vacunas de Pfizer y de Oxford AstraZeneca tanto en la respuesta de anticuerpos como en la generación de linfocitos T, claves para la protección a largo plazo.

El resultado de la investigación, que acaba de ser publicado en la revista The Lancet, asegura la altísima eficacia de las dos vacunas, aunque una saca una pequeña ventaja en la «eficacia a corto», y la otra, se presenta como más “eficaz a largo”.

Concretamente han comprobado que un 93% de las personas que han recibido la primera dosis de la vacuna de Pfizer BioNTech desarrollan una gran respuesta protectora contra la proteína de pico del SARS-CoV-2, entre la quinta y la sexta semana después del primer pinchazo.

En el caso de los vacunados con Oxford AstraZeneca la cifra es pareja, pero se queda en el 87% después de haber recibido sólo la primera dosis.

El estudio, que se ha realizado durante los últimos meses en el Reino Unido, es el primer comparativo entre ambas vacunas y en él han participado investigadores del Consorcio de Inmunología de Coronavirus, que incluye a científicos de 20 centros diferentes.

Las primeras cifras sobre la inmunidad después de la primera dosis vienen a confirmar los buenos datos que hemos ido conociendo tras diferentes estudios.

La eficacia de los linfocitos T

El resultado más novedoso de esta investigación es la diferencia que han encontrado en la respuesta celular provocada por las vacunas para la generación de linfocitos T, encargados de combatir el virus.

Se trata de células que circulan en la sangre, forman parte del sistema inmunológico y su función es atacar directamente a los invasores extraños para destruir las células infectadas.

Desde un principio hubo esperanzas de que estas células proporcionasen inmunidad frente a la COVID-19 incluso cuando los anticuerpos parezcan volverse menos efectivos para combatir la enfermedad, con el paso del tiempo.

Pues bien, en este estudio encontraron que la vacuna de AstraZeneca tuvo un efecto mayor, en más del doble, que la vacuna de Pfizer, ambas tras administrar la primera dosis.

Y mientras se han comprobado que el 31% de los vacunados con AstraZeneca desarrollaron células T, en el caso de Pfizer se quedaron en el 12%.

La importancia de esta investigación puede ser muy importante a la hora de plantearse los beneficios de la estrategia de vacunación que se está realizando con la vacuna de Oxford, al retrasar la segunda dosis a las doce semanas.

Y aunque se requieren más investigaciones, aparentemente es una fórmula bastante segura, al menos en este grupo de edad más vulnerable pero que desarrolla una fuerte respuesta de anticuerpos.

Tal y como declara Paul Moss, profesor de hematología en la Universidad de Birmingham e investigador principal del consorcio, «los hallazgos son tranquilizadores para los muchos países que han optado por retrasar la administración de segundas dosis».

Incluso podría hacer que otros países se planteasen la misma estrategia para proteger a más personas mucho más deprisa, aunque sea un poquito menos.

Pero, añadió, «es importante comprender cómo la respuesta inmune generada por estas vacunas varía con la edad, el tiempo que transcurre entre las dosis y el tipo de vacuna administrada».

Otro dato importante que han obtenido en esta investigación es que personas que ya habían dado positivo en Covid-19 tuvieron una respuesta inmune muy fuerte después de la primera dosis de la vacuna. Tanto como un aumento de casi 700 veces en anticuerpos y cuatro veces en células T.

Tal y como explica la doctora Parry, profesora clínica académica de la Universidad de Birmingham y primera autora del artículo, “la infección natural previa mejora las respuestas inmunitarias a la vacuna” y añade: «pero todos los pacientes deben recibir las dos dosis».

¿Anticuerpos o células T?

Según ha explicado el profesor Moss, y como a estas alturas probablemente ya sepamos todos, las respuestas de los anticuerpos son muy importantes para evitar la infección y la reinfección con SARS-CoV-2, «pero la respuesta celular es más sutil».

Y es que se cree que las células T pueden proteger contra la gravedad de la enfermedad, pero también pueden tener una duración mayor en el tiempo que los anticuerpos, y hasta se cree que pueden aportar mayor inmunidad frente a las nuevas variantes.

Así lo explica el profesor, asegurando que «la respuesta de los anticuerpos puede perder mucha más eficacia con el paso del tiempo y ante las nuevas variantes, que la respuesta celular, que se estima que sólo perdería entre el 10% y el 20%. Porque es así como funciona el sistema inmunológico».

¿Combinar las vacunas?

Otra de las cuestiones importantes que se pueden derivar de este estudio, aunque sea necesaria más investigación, es la posibilidad de combinar las dosis de distintas vacunas para obtener una eficacia mayor o para adaptarse a diferentes circunstancias.

Visto que en este primer estudio podemos observar una vacuna con una respuesta celular más fuerte (Oxford) y otra con una mayor producción de anticuerpos, se abre al futuro la posibilidad de que las vacunas pueda mezclarse y combinarse en busca de lo más necesario en cada momento.

Tan es así que se ha iniciado un estudio en el que se incluiría también a Moderna y Novavax.

Y ya que citamos la vacuna de Novavax, aunque no tenga todavía las aprobaciones necesarias es importante saber que tiene un acuerdo de fabricación con la farmacéutica gallega Zendal para producir su antígeno en O Porriño, Pontevedra.