¿Qué dicen los neurólogos sobre la enfermedad del beso y la esclerosis múltiple?

¿Qué dicen los neurólogos sobre la enfermedad del beso y la esclerosis múltiple?

¿Qué dicen los neurólogos sobre la enfermedad del beso y la esclerosis múltiple?

La pasada semana la revista Science publicaba un estudio que señalaba la relación existente entre la mononucleosis infecciosa provocada por el virus de Epstein-Barr y la esclerosis múltiple (EM).

Los investigadores extraían esta conclusión tras analizar una muestra de 10 millones de adultos jóvenes en servicio activo en el ejército de los EE. UU., 955 de los cuales fueron diagnosticados con esclerosis múltiple durante su período de servicio.

Según el artículo, el riesgo de padecer esta enfermedad degenerativa «aumentó 32 veces después de la infección por virus de Epstein-Barr (EBV), pero no aumentó después de la infección con otros virus, incluido el citomegalovirus transmitido de manera similar».

Qué es la mononucleosis

La mononucleosis infecciosa, conocida popularmente por enfermedad del beso, es una patología infecciosa provocada en su mayoría por el virus Epstein-Barr, un virus tipo herpes, según explica la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).

Debe su popular nombre a la forma de transmisión a través de la saliva y sus principales síntomas son:

  • Cansancio.
  • Dolor de garganta.
  • Fiebre.
  • Inflamación de los ganglios del cuello y axilas.
  • Inflamación de las amígdalas.
  • Dolor de cabeza.
  • Inflamación del bazo.

En general se trata de una patología que remite a las 2 semanas del inicio de los síntomas. Aunque puede complicarse, si la inflamación del bazo es muy grande, y además, puede afectar al hígado.

No hay tratamiento para esta enfermedad. Los médicos prescribirán lo necesario para aliviar las molestias y recomendarán reposo.

¿Qué dicen los neurólogos sobre el estudio?

Ante las expectativas que, lógicamente, ha creado esta noticia, desde la Sociedad Española de Neurología (SEN), quieren aclarar algunas cuestiones para no crear ni miedos ni falsas esperanzas.

Así, el neurólogo Miguel Ángel Llaneza, Coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Desmielinizantes de la SEN aclara varias cuestiones:

  • Los estudios de prevalencia más recientes indican que la frecuencia de la esclerosis múltiple ha aumentado en el mundo en las últimas décadas. Y que dicho incremento de la prevalencia ocurre fundamentalmente a expensas de un mayor número de casos de mujeres con formas recurrentes-remitentes.
  • En el momento actual se estima que hay aproximadamente entre 2,5 y 3 millones de pacientes en todo el mundo, unos 55.000 en España. La enfermedad es típica de mujeres (3 casos por cada caso masculino) y habitualmente comienza entre los 20 y los 40 años.
  • En la actualidad se desconoce la causa que produce la esclerosis múltiple. La mayor parte de los estudios realizados apoyan la existencia de factores ambientales que, actuando sobre individuos genéticamente predispuestos, desencadenan el fenómeno autoinmune a través del cual se desarrollan los procesos inflamatorios y degenerativos en el sistema nervioso central.

Como señala el doctor Llaneza, la influencia de estos factores ambientales parece crucial durante la niñez, tal como demuestran estudios realizados en poblaciones que migran de áreas de baja frecuencia de la enfermedad a otras de alto riesgo, o a la inversa,

«Pueden modificar la susceptibilidad de padecer la enfermedad, de modo que las dos primeras décadas de vida parecen fundamentales para el establecimiento del riesgo de padecer esclerosis múltiple».

  • La enfermedad no sigue un patrón de herencia convencional, es decir, asociado a un único gen. Y es que se han identificado más de 200 genes que parecen conferir al individuo un mayor riesgo de desarrollarla cuando se expone a los referidos factores ambientales.
  • Son muchos los estudios realizados para tratar de identificar cuál, o cuáles, son los factores ambientales directamente relacionados con el desarrollo de la enfermedad sin que hasta ahora haya podido establecerse una relación definitivamente consistente con ninguno de ellos.
  • Entre estos factores ambientales se han estudiado los niveles de vitamina D, en relación directa con la exposición a la radiación ultravioleta de la luz solar, el hábito tabáquico, el consumo de sal, la obesidad en la adolescencia y la exposición a diferentes agentes infecciosos como el virus de Epstein Barr (VEB).
  • Durante muchos años se ha propuesto la existencia de agentes infecciosos que aumentarían el riesgo de esclerosis múltiple si se adquiriesen en la adolescencia, pero no si el primer contacto con ellos se produjera durante la infancia.
  • Si bien varios estudios proporcionan pruebas sólidas de que la mononucleosis infecciosa es un factor de riesgo importante para desarrollar esclerosis múltiple, también es cierto que la altísima prevalencia de seropositividad al VEB en la población general (95%) y la frecuencia relativamente baja de incidencia de esclerosis múltiple plantea un gran desafío para probar la causalidad directa entre el riesgo de desarrollar la enfermedad y la infección viral previa.
  • En resumen, la infección por el virus Epstein-Barr antes de los 15 años podría influir en el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple y esta dependencia de la edad podría deberse a respuestas inmunitarias alteradas tras el contacto con el virus en la adolescencia y la edad adulta temprana.
  • Pero el hecho de que una persona haya desarrollado una infección por este virus no implica que necesariamente vaya a desarrollar esclerosis múltiple ya que, como señalábamos previamente, la enfermedad es multifactorial.

A pesar del estudio recientemente publicado en la revista ‘Science’, en el que, de nuevo, parece haberse encontrado una posible asociación entre el virus de Epstein-Barr y la esclerosis múltiple, no está claro por qué la esclerosis múltiple se manifiesta en algunas personas y en otras no.

Así pues, reiteramos que las investigaciones siguen apuntando a una combinación de factores genéticos con otros ambientales y no solamente a un único factor.