El Werder Bremen se queda sin premio

Empate a cero en un duelo con mucho ritmo y muchas alternativas

Empate a cero en un duelo con mucho ritmo y muchas alternativas / EFE

Francesc Ripoll

Pocos empates a cero pueden resultar tan emocionantes. Werder Bremen y Borussia Monchengladbach se fueron si ver puerta en un duelo muy completo, donde los verdiblancos hicieron más méritos para llevarse los tres puntos y salir del descenso. No obstante, la falta de puntería local y los aciertos de Sommer permiten a los potros seguir en 'zona Champions'. 

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Bundesliga

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Alineaciones
Werder Bremen
Pavlenka; Cebre, Velkjovic, Moisander, Friedl; Effestein, Gross, Klaassen; Osako (Bittencourt, 62'), Sargent (Selke, 74'), Rashica (Bartels, 86').
Borussia M'Gladbach
Sommer; Lainer, Jantschke (Bensebaini, 71'), Ginter, Elvedi, Wendt; Kramer (Benes, 82'), Neuhaus; Stindl (Hofmann, 71'), Plea, Thuram (Herrmann, 82').

Los dos equipos saltaron al césped con una sola idea en la cabeza: la victoria. El Werder Bremen y el Gladbach necesitaban ganar para acercarse a sus objetivos: la permanencia y la Champions. Los potros, sabedores de la derrota del Dortmund en el 'Klassiker', salieron con motivación extra y no tardó en tomar las riendas del duelo. Neuhaus, muy activo durante todo el encuentro, avisó en los primeros compases tras una llegada desde segunda línea.

Ahí, el Werder Bremen despertó. Lejos de amedrentarse, sacó su mejor versión, la misma que derrotó al Friburgo la semana pasada y luchándole de tu a tu a uno de los cuadros más temibles de la competición. Los verdiblancos lograron calmar las aguas y poco a poco empezaron a gozar de más posesión, hilando jugadas con mucha paciencia aunque faltos de aguijón en los últimos metros. No obstante, la seriedad de los dos conjuntos enfrió un partido donde las aproximaciones llegaban a cuentagotas, pues solo el mismo Neuhaus logró inquietar a Pavlenka con dos tímidos disparos desde la frontal. La segunda mitad iba a dictar sentencia.

Tras el descanso se confirmó que el buen primer tiempo del Bremen no fue casualidad. Ese equipo ha cambiado. Y es que los locales salieron todavía más sueltos, dando un paso más en el aspecto ofensivo. En menos de 15 minutos rozaron el gol hasta en tres ocasiones. Una doble intervención de Sommer y los peligrosos tiros de Rashica y Klaassen dejaban entrever que el gol verdiblanco no iba a tardar en llegar.

Pero la prudencia, imperante sobre el césped, no dejaba a nadie tomar riesgos, y eso que un fallo de Sommer a punto estuvo de costarle un buen susto al Gladbach. Aunque con el cronómetro corriendo, ambos equipos se estiraron. Se expusieron un poco más. Y ahí emergió el peligro. Se abrio el grifo y las ocasiones empezaron a caer. Sargent, Bittencourt y Klaassen, omnipresente, se lamentaban tras errar sus respectivas intentonas. Los potros, con Plea y Thuram como estandartes ofensivos, solo veían como Neuhaus se quedaba cerca -otra vez- de abrir la lata tras un latigazo buscando la colocación. 

El final del partido fue de lo más frenético. Selke, recién ingresado al terreno de juego, perdonó dos ocasiones clarísimas para dejar los tres puntos en Bremen, con un mano a mano incluido. El fútbol no hizo justicia con los verdiblancos, pero se pueden ir satisfechos, pues su mejoría es evidente. Jugando así, tienen muchos números de salvarse.