El Gladbach se sienta en la mesa del Bayern

Albert Gracia

Hubo una época en la que el 'Klassiker' del fútbol alemán se jugaba entre la Renania del Norte-Westfalia y Baviera. Fueron tiempos de gran rivalidad, en la que Bayern y Borussia Mönchengladbach se alternaban la corona al más puro turno pacífico que imperó en España durante la Restauración borbónica.

En la década de los 70, los dos gigantes del fútbol alemán se fueron repartiendo las ligas con una superioridad aplastante. Pero esos años de grandeza se fueron apagando poco a poco para los 'potros', que llegó al ostracismo con su descenso a finales del siglo XX. Ahí apareció otro Borussia, el Dortmund, para establecer el nuevo clásico en Alemania. Así, hoy volvían a verse las caras esos viejos 'amigos' en condiciones muy parecidas a las de aquellos tiempos. 

El Gladbach volvía a parecerse a lo que fue y demostró que puede volver a comer en la mesa del Bayern tras una remontada de liderato. El cuadro bávaro fue mejor durante casi todo el partido pero se despistó al final y tomó de su propia medicina. Una derrota que señala a Flick, un técnico interino que pende de un hilo. 

A veces, parece mentira que a un equipo con la pegada del Bayern le cueste tanto hacer un solo gol. La primera mitad de los bávaros fue un escándalo mayúsculo, gozando de una docena de ocasiones claras que nunca llegaron a buen puerto. El Gladbach presionó arriba como un lobo pero el Bayern logró escurrirse bien y tuvo un latifundio para poder hacer daño. Aun así, entre que arriba no andan finos y Sommer, no hubo opción para adelantarse en el marcador. Bien lo merecieron, sobre todo tras la entrada de Perisic por Tolisso. El Bayern no estaba demasiado cómodo con la posesión pero llegaba sobrado arriba. 

Un Bayern empequeñecido

En la reanudación,  el Bayern logró hacer lo que no había hecho en toda la primera parte. Perisic se sacó una excelente volea de la manga y sorprendió a Sommer, que la palmeó pero no logró sacarla. Con el 0-1, el Bayern dio uno, dos y hasta tres pasos hacia atrás y no lo pudo pagar más caro. El Gladbach no tardó en hacerse con las riendas del partido y asediar y de qué manera la meta de Neuer, que nada pudo hacer en el cabezazo inapelable de Bensebaini a la salida de un córner.

Lejos de quedarse en el 1-1, el Borussia siguió con su hoja de ruta ante un Bayern que, si bien es cierto pudo volver a ponerse por delante, no hizo demasiado como para ganar el partido. Así, los 'potros' se aferraron a la magia de Stindl, Embolo, Thuram y compañía y lograron la remontada apelando a la épica. El hijo de Lilian, que estaba muerto, se echó un poco de gasolina extra y forzó una pena máxima clamorosa cometida por javi Martínez y que transformó Bensebaini para convertirse en el héroe del partido.