Bittencourt, Pavlenka y el VAR alivian al Bremen

Janik Haberer, Kevin Vogt y Maximilian Eggestein en un lance del encuentro

Janik Haberer, Kevin Vogt y Maximilian Eggestein en un lance del encuentro / AFP

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Un solitario tanto de Bittencourt en la recta inicial del encuentro sirvió al Werder Bremen para volverse a meter de lleno en la pelea por la salvación y poner, de paso, punto y final a una racha de siete derrotas y un empate en las últimas ocho jornadas ligueras que le habían metido de lleno en el pozo de la clasificación. 

Tras caer goleada en la 'rentrée' liguera ante el Bayer Leverkusen (1-4) buscaba el Werder Bremen la redención a domicilio a costa de un Friburgo que venía de dar la campanada en el regreso de la Bundesliga en campo del Leipzig, donde los 'brasileños de Brisgovia' consiguieron rebañar un valioso e inesperado empate.  

Y en cierto modo, la consiguió en la primera parte, cuando Bittencourt perforó la portería de Schwolow y volvió a meter a su equipo en la lucha por la permanencia. Porque recordemos, el Bremen empezó la jornada a 9 puntos de la salvación y a cinco del puesto de promoción de descenso. Con un partido disputado menos (el aplazado ante el Eintracht de Frankfurt), eso sí, que el resto de sus rivales más directos.

El tanto verdiblanco llegó al borde de los veinte primero minutos de juego y al más puro estilo alemán. Klaassen se quitó el balón en banda de encima con un pelotazo a campo contrario y sin pretenderlo dejó a Bittencourt mano a mano con el portero del Friburgo. La resolución del delantero fue de manual con un golpeo seco de primeras al palo largo que hizo inútil la estirada de Schwolow.

LESIÓN Y SUSTO FINAL

La lesión de Vogt al filo del descanso obligó a Florian Kohfeldt a cambiar de planes. Y sufrieron los 'isleños del río' a partir de ahí. Sobre todo en la segunda parte, cuando sólo dos prodigiosas intervenciones de Pavlenka evitaron el tanto del empate del Friburgo. El espigado cancerbero checo se sacó de la chistera dos manos preciosas a disparos de Sallai Hofler para salvar los muebles de su equipo. 

Como los salvó el VAR ya casi con el tiempo cumplido, cuando evitó que subiera al marcador un tanto al que el árbitro dio validez pero fue anulado por fuera de juego de Gulde. Un castigo excesivamente severo para un Friburgo que a todas luces había merecido la igualada tras el asueto. La suerte, ya se sabe, va por barrios. Y hoy estuvo del lado del Werder Bremen, al que tantas veces le había sido negada esta temporada.