Lomachenko, nuevo campeón del peso ligero

Lomachenko acabó con el venezolano Jorge Linares

Lomachenko acabó con el venezolano Jorge Linares / AFP

efe

El púgil ucraniano Vasyl Lomachenko se proclamó esta noche nuevo campeón del peso ligero, versión Asociación Mundial de Boxeo (AMB) al vencer por nocáut técnico en el décimo asalto al exmonarca, el venezolano Jorge Linares.

Un portentoso y demoledor gancho al hígado cuando se llevaban 2:08 minutos de pelea en el 10 asalto, de la pactada a 12, fue lo que hizo que acabase un combate plagado de magia y de unas acciones que ya forman parte de la historia positiva del deporte del boxeo.

Linares, de 32 años, a pesar de haber perdido mostró toda la clase y valentía que posee, lo que le hace merecedor a que se de una pelea de revancha entre ambos púgiles.

De hecho, antes que llegase el golpe demoledor de Lomachenko, la pelea estaba empatada con un juez que tenía al nuevo campeón por delante, otro a Linares y un tercero que daba combate nulo.

Para entonces la pelea, celebrada en el legendario Madison Square Garden de Nueva York, había sido ya mágica y brillante por toda la acción y los golpes que ambos púgiles se habían intercambiado.

Cierto que Lomachenko reivindicó su condición de nueva figura del boxeo mundial, pero Linares hizo honor a su condición de campeón defensor y mandó a la lona al púgil ucraniano en el sexto asalto que hizo que la pelea cayese de su lado.

"Creo que cuando lo derribe todo cambió a mi favor, dado que se dio cuenta que podía volver a caer y entonces comenzó a retroceder", declaró Linares al concluir la pelea, que reconoció que podía haber ganado. "Me alcanzó muy bien con el gancho al cuerpo, pero pienso que tenía recursos para seguir la pelea aunque reconozco que me incorporé un poco tarde".

Lomachenko sorprendió a Linares con el misil al hígado, que como bien reconoció el púgil venezolano, no se lo esperaba, y aunque hizo el esfuerzo por levantarse, al final, el dolor del impacto no se lo permitió antes de los ocho segundos de la cuenta de protección.

"Pienso que por la manera como se dio la pelea, me merezco la de revancha", comentó Linares. "De cualquier manera estoy muy agradecido a Lomachenko por permitir que ambos tuviésemos este duelo".

Ahora Lomachenko, de 30 años, ya ha conseguido el título mundial en tres categorías diferentes después de hacerlo primero en el peso pluma, luego en el superpluma y ahora como campeón dentro de los ligeros, y todos coronas logradas en apenas 12 peleas realizadas como profesional, algo que nadie antes otro púgil había conseguido.

"Ha sido la pelea más difícil que he tenido, Linares fue un gran rival y demostró que también pudo haber conseguido la victoria", declaró Lomachenko, que se mostró interesado y no tener problemas en realizar una revancha. "Siempre peleo ante los mejores y Linares lo es".

La victoria dejó a Lomachenko con marca de 11-1 y nueve triunfos conseguidos por la vía del nocáut, incluidos ocho que ha logrado de manera consecutiva.

Mientras que Linares, que no perdía desde marzo del 2012 la bajó a 44-4 y 27 triunfos por la vía rápida.

Linares hizo una pelea plena de valentía y técnica, pues en la primera parte de la misma fue arrasado por la velocidad y ángulos del nuevo campeón ucraniano.

Hasta que logró dar el golpe demoledor en el sexto asalto con una recta corta, pero muy peligrosa, que mandó a la lona de manera inesperada al Lomachenko, algo que no se esperaba el púgil ucraniano, pero que le metió el miedo en el cuerpo.

Linares le robó la confianza a Lomachenko, que entendió que estaba de verdad ante un gran campeón, un púgil excepcional y que podía ganarle con su boxeo y pegada.

El púgil venezolano, como se esperaba, fue de menos a más y comenzó a soltar sus largas combinaciones para emparejar poco a poco la batalla en espera de un cierre frenético y lleno de suspense y emoción.

De hecho, la pelea estaba en el punto donde Linares la quería, como había anticipado en las ruedas de prensa previas a la misma, pues sabía que, mientras más la alargase, su oportunidad de ganar también se incrementaba.

Sin embargo, se encontró con un púgil pleno de recursos y sobre todo de una gran confianza que puede superar cualquier adversidad y también encontrar el camino de conseguir la victoria como los grandes campeones.

Lomachenko estaba dispuesto a dejar escapar la victoria y comenzó a recuperarse y a colocar más golpes, para que en el octavo asalto, logró cortar el ojo izquierdo a Linares y en el noveno también tuvo la capacidad de aguantar el castigo que el púgil venezolano le aplicó.

En el décimo llegó el desenlace para una de las mejores peleas del año, después que Linares y Lomachenko estaban en un intercambio frenético de golpes hasta que salió el misil de mano izquierda del púgil ucraniano al hígado del venezolano que acabó con la pelea.

Elevó la adrenalina al máximo y dio un cierre tan inesperado como explosivo a una noche especial en la ciudad de los rascacielos, que vivió una pelea histórica.