Historia SPORT

Historia SPORT

Los Klitschko, a la guerra

Los hermanos Klitschko reinaron en los rings entre 1998 y 2015

Ahora son dos de los símbolos de los ucranianos en la resistencia ante los rusos

Los hermanos Klitschko, tras un combate

Los hermanos Klitschko, tras un combate / AFP

Josep González

Josep González

Mientras Kiev es asediada estos días por las tropas rusas, entre sus combatientes dos ilustres exboxeadores de la década de los 2000 empuñan ahora un AK-42. Los hermanos Vitali y Vladimir Klitschko, dos de los pesos pesados más temibles de su generación, no han dudado en coger las armas, poner en riesgo sus vidas y unirse a los habitantes de la capital de Ucrania para hacer frente a la paranoia belicista de Vladimir Putin.

EL BOXEADOR-ALCALDE

Vitali, tras compaginar durante un tiempo los cuadriláteros y la política, colgó los guantes en 2012 para poco después proclamarse alcalde de Kiev, cargo que aún ostenta mientras se ha consumado la invasión soviética. Con sus 2,01 metros de altura y 112 kilos era una fuerza de la naturaleza sobre el ring y sus puños destrozaban uno tras otro a los oponentes. Puso punto final a su carrera boxística con un impresionante récord de 41 KO en 47 combates y solo perdió dos peleas, ambas por lesión cuando las iba ganando a los puntos.

Ahora, a sus 50 años, la vida le ha llevado a su contienda más dura, a luchar desde la trinchera. Ucrania y el mundo viven unos momentos funestos, de zozobra, y Vitali Klitschko ha dejado su ‘cómodo’ sillón de la alcaldía para ponerse al frente de sus conciudadanos. Sus mensajes en las últimas horas, como no podía ser de otra manera, están impregnados de ansiedad ante la incertidumbre de cuánto tiempo y en qué condiciones podrán resistir el cerco ruso. “Esto ya es una guerra sangrienta. Todas las calles están bloqueadas, en estos momentos estamos rodeados, resistiendo”, sentencia.

TRAS EL MÍTICO LOUIS

Vladimir es el hermano pequeño (45 años). Si la trayectoria de su hermano Vitali fue espectacular, la suya, incluso, la superó. Reinó los rings entre 2006 y 2015, logrando 23 defensas del título mundial, proclamándose el segundo campeón del mundo del peso pesado por detrás del mítico Joe Louis, además de conquistar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96. Se retiró a los 40 años en 2017 tras 64 victorias (53 por KO) y 5 derrotas.

Algo más bajo que su hermano (1,98 metros), Vladimir tenía un gran jab que unido a su envergadura le permitía marcar las distancias con sus rivales y llevar la pelea a su terreno. Su movilidad era notable pese a su estatura y era un excelente pegador con un porcentaje superior al 85% de victorias antes del límite.

El expúgil, doctorado en ciencias deportivas y colaborador activo de UNESCO, ha tomado ahora de forma decidida una postura proactiva ante la ofensiva militar rusa. Además de tomar las armas, no cesa de utilizar las redes sociales para denunciar la actitud rusa. “Putin deja claro que quiere destruir al Estado ucraniano y la soberanía de su pueblo. A las palabras les siguen los misiles y los tanques. La destrucción y la muerte vienen sobre nosotros... Nos defenderemos con todas nuestras fuerzas y lucharemos por la libertad y la democracia”, es uno de sus muchos mensajes de denuncia.

EN EL 'PUNTO DE MIRA'

La actitud y compromiso de los hermanos Klitschko, ya mucho tiempo antes de que Rusia invadiera Ucrania, les ha conllevado, según ha revelado ‘The Times’, que sus nombres aparezcan en una ‘lista negra rusa’ de objetivos que también incluye al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky. Se asegura que mercenarios rusos están operando en Kiev, bajo las órdenes del Kremlin, para asesinar al presidente y a todos los integrantes de la lista.

Vladimir y Vitali parecen dispuestos a llevar hasta donde haga falta su defensa de Ucrania, atendiendo a los principios que les inculcó su padre, Vladimir Rodomich Klitscho, oficial de la fuerza área soviética que murió como consecuencia de la contaminación ambiental que sufrió en sus tareas en Chernobyl. Ahora, sus hijos, a los que vio proclamarse campeones en los cuadriláteros, luchan, sin guantes, contra el rival más potente y mortífero al que nunca se han enfrentado.