Xoel López: "Los culés os quejáis de vicio"

Xoel López presentará su disco 'Sueños y Pan' el 24 de marzo en la sala Razzmatazz de Barcelona

Xoel López presentará su disco 'Sueños y Pan' el 24 de marzo en la sala Razzmatazz de Barcelona / LOGA GARCÍA

Dídac Peyret

Dídac Peyret

A otro lado del teléfono Xoel López nos atiende des de A Coruña en un estado de bonheur. Es amable, se le ve feliz y parece haber dejado atrás ese poso de afectación de sus inicios. Hace tiempo que dejó de ser una de las grandes promesas del indie patrio con Deluxe para abrazar el gran público.

Desde hace tiempo vive en Madrid, y aunque le puso los cuernos con Buenos Aires una buena temporada, en estas fechas toca estar cerca de la familia y de ese Depor que le acompaña desde pequeño. Estos días se encuentra promocionando su último disco Sueños y pan. 

En Barcelona todos tenemos muy claro el que sigue siendo el estereotipo del aficionado culé; un tipo apesadumbrado y derrotista hasta la llegada de Cruyff, ¿cómo ve un deportivista como tú a los culés?

 [Sonríe]. Mira te doy un titular cortito y claro: os quejáis de vicio, culés.  

¿Es muy distinto el seguidor deportivista? 

Mira, hay un cántico que a mi mujer, que es porteña [de Buenos Aires] le hace mucha gracia y que dice: ‘ser de los que ganan es muy fácil, ser del Deportivo nos parece mejor’ [risas]. O sea que también una idea como de loser, como de hacernos fuertes en el fracaso. Pero eso nos pasa a casi todos los equipos que no estamos en los puestos de arriba. Hay que conformarse un poco con eso y eso genera un poso melancólico. En nuestro caso, esos momentos gloriosos, casi pesan más porque ya quedan como muy lejanos. Y eso genera más melancolía todavía:el hecho de haber estado en ese punto y perderlo.  

"En la época del Superdepor se decía que A Coruña era un pequeño Río de Janeiro"

¿Aún hay nostalgia del Superdepor? 

Es que es algo que tiene que ver incluso más con la mentalidad gallega. El gallego es muy morriñento, digamos, tiene morriña ya de por sí. Y esa saudade o melancolía en este caso es doble por toda aquella época. Pero también te digo que el verdadero deportivista, y yo me siento así, mira el presente. Y sigue al equipo en Segunda o donde haga falta. Piensa que yo fui de los que vio al Depor casi bajar a Segunda B, que no salvó un gol de Vicente. Y claro, para mí, ver al equipo en Primera ya es un lujo. Como crecí con el Depor en Segunda todo lo que pasó después, sobre todo en los noventa y 2000, para mí  era algo que no había ni soñado.

Uno de los momentos más álgidos del Depor culmina con uno de los más tristes con el famoso penalti de Djukic, ¿qué recuerdos guardas de aquello? 

Estaba en mi casa. Detrás del sofá. Es decir, no estaba sentado, estaba de pie porque no me pude quedar sentado [risas]. Es curioso, no recuerdo nada del partido. Solo ese momento. Y bueno digamos que me desencanté del fútbol por completo durante un tiempo después de aquello. Lo pasé tan mal que recuerdo que pensé: joder, esto no merece la pena. Imagínate.  

En ese momento supongo que lo más doloroso era pensar que no habría otra oportunidad parecida…

Fue muy duro. Un mazazo. Una película de terror. Luego ganamos la Liga otro año y hubo una segunda parte. Pero eso quedó ahí como uno de los momentos más dramáticos de nuestra historia. Y ahí también te das cuenta de que el fútbol es puro sentimiento porque tú no puedes hacer nada. No eres el que está en el campo ni el que tira el penalti. Realmente no depende de ti, pero lo vives como si hubieras fallado tú el penalti.

¿Qué pensaste cuando viste que no lo tiraba Bebeto? 

Hay un momento, sobre todo, que Djukic resopla y mueve los hombros. Y es ahí que se ve claramente que ese penalti no va a entrar. Porque hay algo que te está diciendo que le está superando la situación. Lo cual me parece lo más sensato dadas las circunstancias. Jamás culparía a un jugador de un fallo así. Pero claro pensando en la película, la película termina mal. Además había ese sentimiento de que un equipo humilde ganase esa Liga. Pero bueno nos hizo más fuertes y nos puso en el mapa esa Liga porque dio la vuelta al mundo.

¿Con qué jugador de la historia del Depor te quedas? 

Bebeto, porque cuando vino realmente no sabíamos que iba a ser tan tremendo. En esa época había mucho de querer creer. No teníamos ni idea de cómo eran los jugadores, no veíamos sus jugadas en el youtube, no había internet. Muchas veces cuando llegaba un jugador de fuera querías pensar que era el nuevo Pelé, luego a veces los bajones eran considerables [risas]. Era en plan: ‘¡joder, menudo bluf!’. Pero en general me quedo con los brasileños. Djalminha también me parece una bestia. Era un tipo conflictivo con sus cosas, pero aportaba mucha belleza en el campo. Y esa tradición todavía sigue, aún hay mucho brasileño en el Depor. Se decía que A Coruña era un pequeño Río de Janeiro. Con esa mentira piadosa se trajo a mucho carioca al club [risas].