Xavi-Ancelotti: Duelo de estilos

Xavi encuentra soluciones en el método 'cruyffista'; Ancelotti es mucho más camaleónico

El talón de Aquiles del azulgrana está siendo Europa, mientras que al italiano se le atragantan los torneos de la regularidad

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El conjunto azulgrana sigue preparando el partido de Copa del Rey en el Santiago Bernabéu / FCB

Xavi Torres

Xavi Torres

Tras la eliminación europea y la decepción del domingo el reto de la Copa es para el Barça una gran oportunidad para la reinvindicación. El partido de semifinales ante el Real Madrid situará también cara a cara a dos entrenadores como Carlo Ancelotti y Xavi Hernández. El duelo de estilos es apasionante.

Diferentes edades

Lo primero que hay que señalar es que Ancelotti tiene 63 años y Xavi, 43. ¿Y eso es importante? ¡Mucho! Estamos hablando de 20 años de experiencia que en cualquier ámbito es fundamental. El entrenador del Real Madrid acumula 1.265 partidos a sus espaldas mientras que el del Barcelona, apenas 175. Como consecuencia de esto y con el debido respeto podríamos concluir, así de entrada, que mientras que el técnico italiano es catedrático en la materia Xavi está yendo todavía a la Universidad.

Los números, en este sentido, sitúan a Ancelotti en el top-10 de los entrenadores con más títulos, 25, y con dos registros únicos en el mundo: ha levantado cuatro Ligas de Campeones -con el Milan (2003 y 2007) y con el Real Madrid (2014 y 2022)- y ha ganado las cinco Ligas más potentes de Europa -Alemania (Bayern), España (Real Madrid), Francia (PSG), Inglaterra (Chelsea) e Italia (Milan)-. Xavi, de momento, acumula una Supercopa de España con el Barça y, eso sí, siete títulos en Qatar.

El control de los egos

Johan Cruyff, grande entre los grandes, le dijo un día a Xavi que el trabajo del entrenador del Barcelona o del Real Madrid no era nada fácil. Le explicó, con su peculiar gracia, que lo más importante de su labor no era saber de fútbol sino tener el carácter suficiente para controlar la junta directiva, el vestuario y el entorno.

El técnico de Terrassa ha demostrado, a pesar de su juventud, su capacidad para gobernar las complicadas cuatro paredes de su vestuario. En este sentido, acumula una experiencia de 17 años como futbolista del Barcelona y 14, de la selección española. A su lado ha tenido a los mejores jugadores del mundo y ha convivido con compañeros egoístas, estrellas egocéntricas y caracteres imposibles. También, por supuesto, con otros que han representado el lado opuesto de la moneda, llenos de generosidad y compañerismo.

De todo eso, tras más de 1.000 partidos jugados, de haber sumado 32 títulos en su carrera -entre ellos, nueve Ligas y cuatro Champions-, tres Balones de bronce, cuatro Mundiales y el reconocimiento como uno de los mejores centrocampistas de la historia, Xavi está demostrando desde el principio que es capaz de controlar el vestuario del Barça, incluso en la difícil labor de gestionar el final de las carreras de amigos como Piqué -ya retirado-, Alba, Sergi Roberto o Sergio.

En este sentido, a Ancelotti le ha sucedido lo mismo porque él también jugó siempre rodeado de estrellas. Como jugador del Parma, Roma y, sobre todo, Milan, ganó ocho títulos en Italia y seis, en Europa, con dos Copas de Europa incluidas. También jugó dos Mundiales. Pero además, no hay nadie en el mundo que haya tenido la oportunidad como entrenador de dirigir a tantas super-estrellas como Beckham, Cristiano Ronaldo, Drogba, Henry, Ibrahimovic, Lahm, Lampard, Lewandowski, Maldini, Modric, Neuer, Ramos, Ribéry, Rivaldo, Ronaldinho, Ronaldo o Zidane. Y tras todo ello, ¡sigue animado para seguir entrenando!

Los éxitos

A Ancelotti hay que valorarle porque su carrera es extraordinaria. En su primera experiencia con 37 años, tras abandonar la práctica, subió a la Reggiana de Segunda a Primera División, hito que le valió su fichaje por el Parma. En su estreno como técnico de la Serie A logró el subcampeonato de Liga, todavía hoy la mejor clasificación en la historia del club.

En el Milan logró su primera Copa de Europa -ante la Juventus, en los penaltis- en su segunda temporada, la 2002-2003, y repitió éxito cuatro temporadas después -2-1, ante el Liverpool-. También entró con buen pie en el Chelsea ya que en su primera sesión levantó un triplete de Liga, Copa y Supercopa de Inglaterra.

En su primera etapa en el Real Madrid -2013-2014- ganó un póquer de títulos, con la Champions incluida, y en la segunda -la temporada pasada- se superó con un repóquer -solo le faltó la Copa-. Entre medio de sus años de blanco también hay que destacar la segunda posición del Nápoles en la sesión 2018-2019.

Es verdad que siempre ha contado con grandes plantillas pero también lo es que los dirigentes de estos grandes clubes han apostado por el técnico de Reggiolo porque su trayectoria demuestra que garantiza éxitos.

Con Xavi Hernández habrá que esperar. Solamente el tiempo dirá si su época como entrenador será tan gloriosa como la de jugador. De momento, tras la revolución que ha sufrido el club, Xavi ha vivido 11 fichajes -de los que solamente ocho continuan en el club- y 19 bajas. Empezar casi de cero no le está resultando fácil aunque el equipo está demostrando una solvencia inesperada en las competiciones domésticas, con la Supercopa como primer título en su etapa azulgrana, clasificado para las semifinales de la Copa y líder indiscutible, en la Liga.

Los fracasos

Ningún entrenador vive siempre en el éxito y más aún en el alto nivel que nos ocupa. Ancelotti, por ejemplo, ya ha vivido dos destituciones, en 2018 como técnico del Bayern y dos temporadas después, del Nápoles. Pero además, en 27 temporadas en la élite solo ha ganado... ¡cinco ligas! Sorprendente, ¿verdad? Entrenando a buena parte de los mejores clubes de Europa a Carletto, a menudo, se le han atragantado los campeonatos de la regularidad y, en cambio, se le han dado muy bien los torneos por eliminatorias, con 11 trofeos, o los que se deciden a un partido como por ejemplo, las nueve Supercopas que cuenta en su haber.

Sorprende ver como con la gran Juve de Zidane y Del Piero solo pudo levantar una Copa Intertoto -1999- en dos temporadas y media; o una sola Liga -2004- en ocho años de Milan y también solamente una -2022-, en cuatro en el Real Madrid. Y no vamos a considerar como fracasos sus experiencias en el Everton, Nápoles o en el PSG pre-desembarco catarí, donde no sumó ningún éxito.

Por lo que se refiere a Xavi Hernández, su piedra en el zapato se llama Europa. En 15 meses, el Barcelona ha sido eliminado cuatro veces de las competiciones europeas, dos en la Champions y dos más, en la Europa League. Alguien podría buscar excusas -sorteos desafortunados, lesiones, arbitrajes, etc.- pero no parece muy sensato hacerlo cuando uno representa a una institución tan grande como el Barcelona y acumula cuatro expulsiones europeas. La solución pasa por mejorar en el juego -responsabilidad de Xavi y los futbolistas- y por aumentar el talento en la plantilla -objetivo del club-.

Funcionamientos distintos

Como a Ancelotti nunca le ha importado el 'cómo' su plan de trabajo se basa en la gestión de las personas imponiendo su autoridad desde la tranquilidad, admirando, dando confianza y respetando a sus futbolistas, seguramente, replicando al tipo de entrenador que a él le gustaba cuando era jugador. Trata de utilizar la persuasión para convencer porque no cree en la mano de hierro. A cambio de este liderazgo tranquilo exige al grupo fidelidad y ambición para la victoria. Y aunque pueda parecer lo contrario su puesta en escena en épocas de vacas flacas no es el de un técnico débil sino todo lo contrario.

En el Bayern, por ejemplo, fue destituido tras enfrentarse a algunas de las vacas sagradas del equipo alemán -Müller, Ribéry, Robben o Hummels- que se quejaban porque rotaban demasiado. Eso sí, después de que Karl-Heinz Rummenigge, ilustre exfutbolista y CEO del Bayern, le comunicara la decisión del club Ancelotti hizo de Ancelotti: “Nunca más serás mi jefe pero siempre seguirás siendo mi amigo”. Cuentan que Rummenigge abandonó la reunión llorando...

En Nápoles, quien le echó fue el presidente. Tras un empate a uno contra el Salzburg, Aurelio de Laurentis exigió una concentración militar post-partido como castigo. Ancelotti no quiso tragar. Al paro. Genaro Gattuso le sustituyó, eso sí, cobrando una cuarta parte. Quizás en el adiós de Carlo había otras motivaciones.

El método Xavi

Xavi vive el fútbol desde la pasión, seguramente, porque es un enamorado de este deporte. Su mejor maestro, Guardiola, es una referencia no solo en el contenido sino también en el continente. El actual entrenador del Barcelona es un gran ganador y solo desde esta ambición se explica su carrera como futbolista. Pep se refirió una vez a él y a Iniesta -ambos, tipos tranquilos- “como dos putos asesinos que cuando olían la sangre destrozaban al rival”. Esa mentalidad no cambia como entrenador aunque ahora la ejecución no dependa tanto de él como de sus jugadores.

En la gestión, exige comportamientos corales y mucha familia pero el vestuario del Camp Noy ya ha comprobado en más de una ocasión la mala leche de su entrenador, capaz de negociar entrenos a base de objetivos pero, a la vez, de alzar la voz cuando la ocasión lo requiere. Esta semana, tras lo visto el domingo, lo volverán a comprobar con toda seguridad.

Futbolísticamente, Xavi es muy transparente. Le interesa el 'cómo' y por eso acepta la crítica del fútbol de su equipo cuando ve que éste no está a la altura de sus expectativas. Como entiende que las soluciones a los problemas que plantea el juego están en el método cruyffista su objetivo es que sus jugadores lo entiendan y se adapten a sus ideas, una diferencia esencial con la manera de hacer de Ancelotti, siempre camaleónico.

Su trabajo en el día a día va dirigido a mejorar estos mecanismos, con mucha repetición e insistencia en sus mensajes con la intención de que sus futbolistas sean capaces de leer el fútbol que pretende, que es el que practicó, el que le gusta y sobre el que va a basar su proyecto pase lo que pase con los resultados.

Su trayecto de 16 meses ha generado debate entre los que se sienten cómodos por su apuesta futbolística y los que anhelan un cambio de dirección y, también, por los que están dispuestos a tener paciencia con sus decisiones y los que no aceptan la inocencia de un técnico novato en el banquillo del Barcelona. El palo de Almería, sobre todo por el como -sin alma y sin fútbol-, alimenta a los críticos ya que la evolución del equipo no está siendo ni la deseada ni la necesaria. Habrá que esperar a final de temporada para poner las notas ya que los resultados en la Liga y en la Copa van a medir, definitivamente, la confianza del barcelonismo hacia su entrenador.