La voracidad de Luis Suárez liquida al Eibar

Luis Suárez abrió el marcador ante el Eibar

 El delantero puso el primer tanto en el marcador tras una gran jugada con Coutinho / LaLiga

Javier Giraldo

Javier Giraldo

El Barça tramitó el partido ante el Eibar gracias a la interminable ambición de Luis Suárez, protagonista del partido por su doblete, por su asistencia a Messi en el 400º gol del argentino en la Liga y por ser el líder anímico del equipo frente a un Eibar muy bien armado en el Camp Nou.

118058

LaLiga Santander

3
0
Alineaciones
FC Barcelona
Ter Stegen; Sergi Roberto (Semedo, min. 82), Piqué, Lenglet, Jordi Alba; Busquets (Arturo Vidal, min. 65) Rakitic, Arthur (Dembélé, min. 70); Messi (c), Coutinho y Luis Suárez.
SD Eibar
Riesgo (c); Peña, Arbilla, Bigas, Cote; Escalante (Kike García, min. 76), Diop; Orellana, Jordán, Cucurella (De Blasis, min. 63) y Sergi Enrich (Marc Cardona, min. 82).

Fue una victoria trabajada y meritoria: no es fácil superar al Eibar de Mendilibar, un equipo de ideas muy claras y fiel a una filosofía plenamente consolidada, que se defiende con orden y ataca con soltura, pero el Barça tuvo paciencia en la primera parte y ritmo en la segunda. Así forjó el equipo de Valverde una victoria que refuerza su liderato.

Por encima de todos se elevó la figura de Luis Suárez, uno de esos futbolistas de compromiso indestructible. El uruguayo no distingue rivales. Juega siempre como si fuera el último partido de su carrera, y ante el Eibar su voracidad fue fundamental para que el Barça sacara adelante el partido.

Empezó el Barça más bien lento, obligado a jugar en campo propio por la presión alta del Eibar, incómodo sobre el césped, incapaz de encontrar la mejor versión de Messi. Al argentino le costó ubicarse, siempre rodeado de rivales, bien tapado por las ayudas defensivas del Eibar. 

El panorama no invitaba a demasiadas florituras: era un partido de trabajo, más que de frac, y algunos jugadores del Barça lo leyeron a la perfección. Fue el caso de Piqué, que no dudó en sacar el balón en largo, apostando por los cambios de orientación. También Suárez, que se movió más que nunca, intentando que los centrales del Eibar perdieran su referencia. 

Suárez y Coutinho, una combinación de lujo

El Barça abrió el marcador poco después del primer cuarto de hora gracias a una extraordinaria combinación al primer toque: frente al hormigón del Eibar, el equipo azulgrana apostó por una circulación muy rápida, imposible para los defensas de Mendilibar, que poco pudieron hacer cuando Busquets y Arthur iniciaron la jugada en la zona de tres cuartos, y menos aún cuando Suárez y Coutinho combinaron en la frontal del área.

El brasileño interpretó a la perfección el desmarque de Suárez, que previamente le había dejado el balón de tacón, y el 'nueve' del Barça remató la faena picando el balón por encima de la salida de Asier Riesgo. No era un remate fácil, pero el uruguayo supo acomodar el cuerpo para poner la pelota en la red en el momento preciso

Un inicio frenético tras el descanso

El Barça aceleró en el arranque de la segunda parte: tanto, que en los diez primeros minutos de la reanudación, el partido quedó sentenciado. Primero marcó Messi su gol 400 en la Liga, tras otra rápida combinación en la que primero participó Coutinho y luego Luis Suárez. Messi encontró el hueco justo entre la defensa del Eibar para batir a Riesgo con un disparo raso y cruzado. La jugada, por cierto, nació en una recuperación de Suárez en una zona teóricamente neutra y sin demasiado peligro.

El segundo gol del Barça minó la moral del Eibar, que se resignó a la derrota. Aprovechó esa sensación el Barça, que se lanzó a por el partido con decisión, intensidad y ritmo. Con más espacio a la defensa de los defensas del Eibar, el equipo azulgrana supo tocar la tecla más adecuada.

Sobre todo, Luis Suárez, cuya ambición no conoce límites: acompañó el uruguayo un contragolpe de Sergi Roberto, que tuvo el acierto de sacar de banda sin demora, con el Eibar intentando replegarse. Sin marca, Suárez enfiló el área del Eibar y aunque parecía no tener ángulo, se inventó un fantástico remate con el exterior del pie derecho para batir al meta rival.

la prueba del 4-4-2

El tercer gol permitió a Valverde repartir descansos y experimentar con la pizarra: probó un 4-4-2, con Arturo Vidal y Rakitic como pivotes, acompañados en las alas por Coutinho y Dembélé. En punta quedaron Suárez y Messi.

No parece que el dibujo tenga demasiado recorrido porque Valverde prefiere el equilibrio antes que la verticalidad, pero el Barça disfrutó de unos minutos plácidos. Los jugadores disfrutaron con el partido más abierto, en unos minutos que sirvieron para comprobar que en determinados momentos, Coutinho y Dembélé son compatibles, aunque de momento, solo con el marcador resuelto y a ser posible, en el Camp Nou.

El partido llegó al tramo final sin novedades: entró a última hora Semedo para refrescar a Sergi Roberto y Dembélé tuvo tiempo y espacio para cabalgar buscando la portería de Riesgo, pero le falló el remate y el último pase. Coutinho, por su parte, también buscó el gol: no lo encontró, pero el brasileño se fue satisfecho porque volvió a jugar un partido completo y con una actuación notable

Consolida su liderato el Barça: a pesar de que no fue el partido más brillante del equipo, y tampoco de Messi (su partido se recordará básicamente por su efeméride goleadora), avanza firme el conjunto azulgrana al frente de la Liga tras disfrutar nuevamente de un partido relativamente tranquilo en el Estadi.