Vitoria, nieve, aplazamiento y... 1-3

El árbitro y los representantes del Deportivo Alavés y del FC Barcelona reunidos sobre la nieve tomando la decisión de aplazar el partido del domingo 26 de febrero de 1956 al martes 28

El árbitro y los representantes del Deportivo Alavés y del FC Barcelona reunidos sobre la nieve tomando la decisión de aplazar el partido del domingo 26 de febrero de 1956 al martes 28 / VIDA DEPORTIVA

David Salinas

David Salinas

El quinto Deportivo Alavés-FC Barcelona de Liga jugado en Mendizorroza fue accidentado: una copiosa nevada en la madrugada del viernes 24 de febrero de 1956 dejó Vitoria cubierta por el frío y blanco armiño. El partido, fijado para el domingo 26, se suspendió y fue aplazado al martes 28. Ya sin nieve, pero con lodo por todo el terreno de juego, el Barça ganó 1-3 y mantuvo el codo a codo con el Athletic en lo más alto de la tabla.

Hacía semanas que una ola de frío se había instalado en la Península y en la mayor parte de Europa. La prensa alemana aseguró que el mal tiempo se había originado como consecuencia de unas explosiones atómicas provocadas por la URSS en la Antártida. En cualquier caso, Vitoria sufrió la quinta nevada consecutiva y, como dos semanas atrás, por la misma razón, el Glorioso ya había aplazado su partido contra el Deportivo de La Coruña, que también se jugó 48 horas después.

30 centímetros de nieve

La expedición azulgrana llegó a Vitoria a última hora del viernes y se acomodó en el renombrado Hotel Frontón, en la calle San Prudencio. El equipo tenía la intención de ejercitarse el sábado en Mendizorroza, pero fue imposible. El campo, con 30 centímetros de nieve, estaba impracticable. La suspensión planeaba en el ambiente y se concretó el domingo, después de una reunión que dio inicio a las 11 horas sobre el terreno de juego entre el árbitro, Manuel Asensi, y representantes de ambos equipos. Por el FC Barcelona intervinieron el delegado de la Junta, Antoni Palés; el secretario técnico, Josep Samitier, y el doctor Mestres.

Las partes acordaron la suspensión por la gran cantidad de nieve que se había acumulado sobre Mendizorroza y, también, jugar 48 horas después, es decir, el martes 28 de febrero a las 16.30 horas, conforme a lo que establecía el Reglamento de Partidos y Competiciones de la RFEF. El martes, de todas formas, se procedió nuevamente a la inspección del campo, ahora también con un directivo del Comité de Competición, llegado ese mismo día desde Madrid.

El Barça, encabezado entonces por los directivos Pere Salvat Manuel Trepat, que habían tomado el relevo de Palés, que requerido por su profesión tuvo que regresar a Barcelona la noche del lunes, entendió que tampoco se podía jugar, ahora por el barro, un elemento que también ponía en peligro la integridad física de los jugadores. Sin embargo, la presión del directivo de la RFEF –“en el Norte se han jugado partidos en peores condiciones”, dijo – y del árbitro, así como del Alavés, que se jugaba una suculenta taquilla al declarar el partido “Día del Club”, dejaron al Barça sin alternativa.

El partido tenía una importancia capital para ambos equipos. El Barça se jugaba el liderato, que le había arrebatado el domingo el Athletic con una victoria en San Mamés ante la Cultural Leonesa, y el Alavés necesitaba los puntos para alejarse del “fantasma promocional”. El martes 28 amaneció soleado y Mendizorroza congregó a una multitud de aficionados, entre ellos el entrenador del Athletic, el exazulgrana Ferdinand Daucik, al que acompañaron varios de sus ‘leones’ en la grada.

El duelo fue intenso y, como se esperaba, muy trabado debido a las pésimas condiciones del campo. El equipo del legendario Ferenc Plattkó, sin embargo, con goles de Mandi Villaverde (firmó un doblete), cumplió los pronósticos y venció 1-3 a un batallador Glorioso que tuvo fuelle hasta el pitido final. El Barça alineó a Ramallets; Segarra, Biosca, Gràcia; Bosch, Seguer; Flotats, Villaverde, Sampedro, Kubala y Mandi. Mendizorroza la tomó con Kubala, abucheado por su juego ‘cuerpo a cuerpo’, reposado pero preciso y altamente efectivo.

Otros dos aplazamientos

Además del Alavés-Barça, en aquella 22ª jornada de la Liga 1955-56, la nevada también obligó a suspender el Sevilla-Deportivo de La Coruña y el Celta-Real Sociedad. El equipo coruñés no pudo seguir su viaje al sur por quedar incomunicado en La Bañeza y el cuadro donostiarra quedó atrapado en Palencia. Los dos partidos se jugaron, como el del Barça, el martes 28.

El Barça, pese a la victoria, acabó perdiendo la Liga 1955-56 en la antepenúltima jornada (28ª) al caer 1-0 en San Mamés. En los dos últimos partidos, con un punto menos que el Athletic, quedó a expensas del conjunto rojiblanco. Pero ni unos ni otros fallaron y la Liga se escapó por una sola unidad. El Alavés, por su parte, tampoco evitó la promoción, que lo acabó condenando al descenso.