Victoria insípida para cerrar un ciclo

El Barça cierra LaLiga tercero con una victoria insípida ante el Eibar

Una acción brillante de Griezmann en el tramo finaldecidió el encuentro

El Barça cierra LaLiga con una victoria en Eibar: el resumen del partido

Dídac Peyret

Dídac Peyret

La que hace unas semanas apuntaba a jornada de transistores para el Barça se convirtió solo en un trámite intrascendente para los azulgrana.

Eibar- FC Barcelona

Liga Santander Jornada 38

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Alineaciones
Eibar
Yoel; R.Correa (Quique 76'), P.Oliveira (Pozo 76'), A.Arbilla, R.Soares; Bryan Gil, M.Atienza, Pape Diop, Inui; Sergi Enrich (Bigas 76') y Kike García.
FC Barcelona
Neto; Dest, Araujo, De Jong (Pjanic 74'), Mingueza (Umtiti 46'), Junior (Alba, 46'), Busquets, Ilaix Moriba (Riqui Puig 55'), Trincao (Braithwaite 46'), Griezmann y Dembélé.

El Barça compareció en Ipurua sin Messi, ya de vacaciones, y con ánimo de fin de ciclo. Con una alineación indefinida, como corresponde al momento del equipo. Con futbolistas con mejor pasado que presente, fichajes que no despejan dudas y jóvenes que son el futuro.

La bajona del Barça la reconoce Koeman, que cree que tanto ruido sobre el futuro ha afectado a algunos futbolistas.

En Ipurua el contraste estuvo en el volumen. En el silencio del Barça y los gritos de guerra del Eibar. En en cada balón dividido, en cada rechace, en cada salto resonaban las voces de sus futbolistas.

El Eibar jugó como si se estuviera jugando el descenso, el Barça, consciente de la ligereza del partido.

Lo sabían los jugadores: no había nada en juego. Ni presente ni futuro. Así que el Eibar fue creciendo y el Barça fue bajando los brazos, más por inercia que por dejadez.

En 30 minutos el marcador no se movía pero las mejores ocasiones eran para los locales. Enrich con un remate alto avisó al Barça y Kike García puso en apuros a Nieto.

La secuencia no gustó a Koeman que mandó calentar a varios jugadores. El Barça jugaba en Ipurua pero el barcelonismo estaba pendiente del Atlético y el Madrid. Ambos perdían en ese momento, un guion imprevisto, como viene siendo esta Liga tan volátil y ramplona. Sin ningún equipo como gran dominador, tiesos ante un calendario asfixiante.

Una Liga que por momentos pareció que nadie quería. Ni siquiera un Barça que cogió más impulso que nadie, con una racha ilusionante, pero termina desplomado.

Con una pájara que se alargó en Ipurua, ya sin nada en juego. Con Mendilibar haciendo contorsionismo en la banda y Koeman rumiando en el banquillo.

El holandés cambió el dibujo, de vuelta al 4-3-3, en la segunda parte, incluso salió el sol en Ipurua, pero no cambió mucho el Barça.

Ni Braitwhite ni Umtiti revolucionaron el Barça. Y solo Riqui trató de agitar al Barça tras sustituir a un Ilaix que se retiró cojeando tras un partido suyo prometedor.

Pero incluso una versión menor le bastó al Barça para ganar los tres puntos y asegurarse el tercer puesto. Una acción brillante de Griezmann recató al Barça de un partido mediocre.

El francés aprovechó un balón para rematar de forma acrobática y marcar el primero con una chilena espectacular. En el primer remate entre los tres palos, solucionó el trámite el Barça.

Hay distintas formas de cerrar un ciclo. Y el barcelonismo ha terminado la temporada haciendo zapping. Desconectando del equipo, una dinámica que parecía haber cambiado esta temporada.

Durante unas semanas este equipo logró que el culé volviera a estar orgulloso de su Barça, pero acaba la temporada presa del desencanto.

También Koeman que parece más fuera que dentro, molesto con el trato del club y de Laporta, que nunca ha hablado con entusiasmo del holandés, como si no fuera su apuesta de su futuro.

Futuro esa es la palabra sobre la que se agarra el barcelonismo. Lo tiene claro el culé: el presente sigue nublado, pero duele menos con una Liga celebrada en Neptuno.