Valverde se hace suyo a Malcom

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Sin rechistar, sin levantar la voz. Lo máximo que se ha permitido Malcom durante su travesía en el desierto es cantar en Instagram para esconder su frustración por quedarse fuera de la lista ante el Rayo y, un mes antes, echar mano de la Biblia para lanzar un mensaje de autoayuda: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno porque tú estarás conmigo”, escribió. Por “valle de sombra de muerte” se entiende no entrar en las convocatorias, no jugar ni un minuto, ser invisible para Valverde y sentir que lo del Barça va a costar más de lo previsto pese a que han pagado 41 millones por ti.

Pero ya se sabe que los apóstoles le dieron un punto de intensidad a la Biblia algo exagerado. Como los brasileños (no todos) siguen a rajatabla la Biblia y comparten ese punto de intensidad, Malcom vive su aventura blaugrana con pasión: de la cita bíblica a la música y de la alegría desbordada por marcar en Milán al llanto incontrolado que pone al descubierto todo lo que ha sufrido. Gerard Piqué le dio un abrazo casi paternal y Jordi Alba, uno de esos que se dan al amigo que hace años que no ves. Sus compañeros han compartido su pena y también quisieron compartir su alegría.

un fichaje de todos

Ernesto Valverde observaba satisfecho la escena desde la banda. Él es el culpable de todo: de lo malo y de lo bueno. Suya es la responsabilidad de gestionar la plantilla y no tiene minutos para todos, muy a su pesar. Porque cada vez que entra alguien nuevo le complica un poco más la vida: lo hizo Arthur, lo hizo Rafinha, también Aleñá en la Copa y ahora le ha tocado a Malcom. Todos responden a su llamada. Y lo han hecho como le gusta al técnico, trabajando en silencio (de ahí su monumental enfado con Arturo Vidal en su día). El brasileño ha demostrado a su entrenador, que negó la autoría de su fichaje en rueda de prensa, que puede contar con él. Y ahora la pelota está en el tejado de Valverde.

El Txingurri ha ganado un soldado más para la causa y acepta el reto: Malcom ya es oficialmente “uno de los nuestros” para el técnico, como si ahora ya sí pudiera reclamar la autoría del fichaje. Se lo ha hecho suyo. Le ha costado darle una oportunidad de esas que hay que aprovechar y el brasileño no ha fallado. Con el 14 a la espalda. Poca broma.

A Ernesto, también sigiloso, le ha gustado la actitud de Malcom en cada entrenamiento, su intensidad, sus ganas de triunfar, su resiliencia. El extremo llegado del Girondins, al que el Barça tenía controlado desde 2014 (sí, es un fichaje de club), pasó, antes del examen del Giuseppe Meazza, un examen mucho más duro: no tirar la toalla y esperar paciente su momento, ese instante que cambia una carrera. Malcom, hablando claro, ha metido en un marrón a su entrenador.

otro 'marrón' para el técnico

El dilema está servido. Solo caben once en el campo y dieciocho en la convocatoria. Y Malcom, como le pasó a Arthur, como le ha pasado a Rafinha y desde la Copa también a Aleñá, merece estar en la lista. Llega el Betis y, tras perderse la Champions, Leo Messi tiene todos los números para regresar al equipo. Con el brasileño son dos futbolistas que Valverde deberá acomodar entre los elegidos. Son varias las opciones que tiene: desde empezar a rotar de verdad y dejar a un peso pesado fuera, la opción más contundente, hasta echar mano del eslabón más débil y optar por futbolistas como el propio Aleñá, Munir o incluso Rafinha.

Cualquier decisión que tome será injusta para el afectado, pero imprescindible para la gestión del equipo. Malcom ha puesto en otro aprieto a quien comanda el barco y, aunque los entrenadores siempre hablan del “bendito problema” que supone poder contar con todos sus futbolistas a disposición y en forma, a veces el inconsciente nos insinúa que lo políticamente correcto no siempre es la opción más cómoda.