Valverde examina a La Masia

Dídac Peyret

Dídac Peyret

El adiós de referentes estructurales como Iniesta y Xavi. La anecdótica participación de canteranos en el primer equipo los últimos años. Así como la salida del club de algunos de los padres de la metodología (el llamado ‘idioma Barça’) ha vuelto a poner a La Masia –y su vigencia– en el punto de mira

En el club insisten que la intención sigue siendo mantener la esencia; la idea de un equipo que se defina sobre todo por jugadores formados en la casa y con un estilo reconocible desde el protagonismo con el balón.

Hay también razones menos románticas: el Barça tiene problemas con la masa salarial y ahí los jugadores del filial pueden encontrar un espacio para tener un pie en el Barça B y otro en el primer equipo.  

Ni siquiera la distancia entre jugar en Primera y Segunda B es vista como un obstáculo insalvable: si el jugador tiene talento al más alto nivel y ha tenido una buena formación, puede tener su papel con los mayores.  

Así lo ve Valverde, que en los últimos días ha comenzado un casting con los jugadores jóvenes. El técnico está dando oportunidades a un grupo abierto (Cuenca es el único que ha repetido en todas las sesiones).

Una fórmula que le permite premiar –y tener motivados– a un número mayor de futbolistas y poder verlos de cerca antes de dar la lista para la gira de Estados Unidos. 

Ocurre que el contexto que maneja el técnico a día de hoy es muy distinto al ideal para poder encontrar un espacio para los más jóvenes. Lo dejó claro en los últimos encuentros de la pasada temporada cuando le recriminaron el papel de la cantera en su Barça.

“Me gustaría una plantilla no muy larga, porque quiero dejar espacio a los jugadores que puedan subir del filial”. Es decir, justo lo contrario de lo que está sucediendo a 19 de julio. A día de hoy, oficialmente el Barça tiene una plantilla de 29 futbolistas.

Es decir, a las antípodas de la petición del técnico. Es evidente que dentro de un mes la situación habrá cambiado. Pero también que parece muy poco probable que el club pueda aligerar la plantilla como le gustaría.

Estas semanas la dirección deportiva está viendo como hay una distancia importante entre las expectativas (el dinero al que aspiran llegar con ciertas ventas) y la realidad del mercado.  

De momento, han llegado dos futbolistas (Arthur y Lenglet) y tal y como avanzó el propio Valverde cuando pasó balance a la temporada pasada no habrá revolución.

La idea del técnico está clara: la base del once inicial será la que logró el doblete. Y las posibilidades de dar minutos a los jugadores del filial pasan por una plantilla más corta. 

También por un planteamiento distinto en las prioridades. Y esas prioridades pasarán esta campaña por la Liga de Campeones. La Copa será otra cosa. Y es en esta competición donde Valverde prevé encontrar un espacio para poner a prueba a los más jóvenes y ver sus posibilidades en el primer equipo. 

“Una plantilla entre 20 y 22 jugadores está bien para mí”, subrayó el Txingurri la temporada pasada. Un número que puede ser temerario, si se tiene en cuenta el apretadísimo calendario de un club como el Barça, pero que –insiste Valverde– es suficiente si puede usar como recurso a los jugadores del filial.

Ya lo hizo en el Athletic, donde jugadores como Iraola, Llorente, Iñaki Williams o Kepa tuvieron su oportunidad. En el Barça, de momento, ha sido conservador y ha preferido hacer equilibrios con los jugadores del primer equipo. 

En su primera temporada fue con pies de plomo con las jerarquías, aunque también se encontró con un filial permanentemente en el abismo, que terminó descendiendo.

Si algo quedó claro es que siente predilección por Aleñá. Y mostró inquietud cuando Riqui Puig parecía tener opciones de irse. En la gira de Estados Unidos examinará a La Masia.