El valor de Iniesta y el precio de las contras

Pichi Alonso

Pichi Alonso

Conte, satisfecho

Nada más finalizar el partido de Stamford Bridge, el técnico italiano del Chelsea mostró su satisfacción por el nivel de juego exhibido por su equipo. Conte solo se lamentó de la poca fortuna de sus jugadores en los metros finales y recordó que el Barça apenas si fue capaz de generar peligro en ataque.

Visto ese análisis, no es de extrañar que Conte repita esquema y no varíe un ápice su planteamiento táctico. Es decir, riesgos contados con la presión, el equipo bien ordenado atrás y calma y paciencia a la espera que el ataque del Barça abuse de los pases horizontales, se ralentice la circulación del balón y, en consecuencia, lleguen las imprecisiones necesarias para montar alguna contra que coja desguarnecida a la defensa azulgrana. En Stamford Bridge, con independencia del resultado final, el planteamiento de Conte dejó al técnico más que satisfecho.

De Kanté a Willian

En Londres ya advertimos de un nombre propio que marca el desarrollo del centro del campo del Chelsea: Kanté. El centrocampista francés es la gran referencia de Conte. Jugador inteligente en la lectura del juego, eficiente con el balón en los pies y dotado de un físico espectacular que le permite cubrir cuantos metros hagan falta en la zona ancha. Si el Barça es capaz de aislar a Kanté, tendrá mucho de ganado sobre el terreno de juego.

Con toda seguridad, Valverde y su cuerpo técnico tomaron buena nota de la conexión entre Kanté y Willian. Y no solo por el gol del brasileño, ni tan siquiera sus peligrosos disparos del centro del campo. Willian se convirtió en el factor clave para romper en diversas ocasiones el entramado defensivo azulgrana. A base de potencia y velocidad consiguió deshacerse de la presión y llegar con cierta facilidad hasta los dominios de Ter Stegen. Esa conexión entre Kanté y Willian debe contrarrestar en el Camp Nou.

La cuenta pendiente de Hazard

El verdadero crack del Chelsea no despuntó como de él se esperaba en Stamford Bridge. Un par de detalles de su innegable calidad técnica, y poco más. La defensa del Barça rayó a gran altura, supo atarle en corto y provocó que el belga cayera en una de sus recurrentes desapariciones. Sin lugar a duda, es su gran defecto. Si Hazard no entra en contacto con el balón se desvanece con cierta facilidad y el Chelsea, sin el desequilibrio de su gran referente ofensivo, pierde muchos enteros. Repetir el control del partido de ida es otro detalle esencial para evitar más sustos de la cuenta.

Las bandas y el juego aéreo

La potencia de Marcos Alonso y de Moses son detalles también a tener en cuenta. Bandas profundass, físicamente con mucho fuelle y con idea clara de alcanzar la línea de fondo para recurrir al juego aéreo. Si el Barça opta por jugar por dentro, atención al despliegue de los laterales del Chelsea si tienen opción a salir con facilidad.

Como acostumbra a suceder en estos casos, la defensa del Barça deberá andar muy atenta en todas las acciones aéreas. Prohibido forzar saques de esquina o faltas en la frontal que no sean estrictamente necesarias. Son acciones puntuales que alimentan la esperanza de un Chelsea que ha demostrado su gen competitivo. En estas acciones parece que Conte seguirá renunciando a Morata. En Stamford Bridge el exmadridista fue uno de los ilustres suplentes aunque, en función del desarrollo de la eliminatoria, lo normal sería que hiciera acto de presencia en los minutos finales si el Chelsea necesita de un gol a la desesperada.

Iniesta y el balón

El Barça necesita por encima de todo encontrar la manera de adueñarse del balón. Y ahí la figura de Andrés Iniesta es capital para negociar  como nadie los tiempos del encuentro. El estado físico de Andrés es una incógnita que, muy posiblemente, no se resolverá hasta poco antes del encuentro. Lo que sí parece evidente es que el diseño del juego azulgrana cambiará de forma ostensible en función de la presencia o no de Iniesta. Entre otros motivos porque nadie de la plantilla –Coutinho no puede jugar la Champions League– está en condiciones de asumir su rol.

Si Conte no tiene intención de  retocar su dibujo, al menos en el planteamiento inicial, tampoco es previsible que Valverde introduzca excesivas novedades respecto al 1-1 en Londres.

Finalización de las jugadas

Es una obviedad, pero el Barça acostumbra a perder balones en zona de tres cuartos. Hoy, frente al Chelsea, la consigna debe ser finalizar las acciones de ataque sin dar pie a que los ingleses puedan armar la contra. Para ello, máxima tensión en las circulaciones de balón y no arriesgar más de lo estrictamente necesario en las conducciones individuales y en los pases filtrados. Una pérdida con los laterales volcados puede conllevar serio peligro. En Stamford Bridge el Chelsea dejó constancia que se sentía cómodo cediendo la iniciativa, en el Camp Nou el Barça no puede cometer errores.