Pancartas, una rojigualda y ocho guardias civiles 'reciben' a Piqué en Las Rozas

Gerard Piqué hace uso de su libertad de expresión para posicionarse sobre temas en la que una gran mayoría de futbolistas ni siquiera podrían discutir en privado. Su último tuit denuncia la extrema violencia policial durante la represión ocurrida este domingo en el referéndum por la independencia de Catalunya. Un día antes ya había invitado a todos los catalanes a votar.

Y eso no signfica que su compromiso con la selección española haya disminuido ni un ápice, aunque sí se puso a disposición de la RFEF para no acudir más a las concentraciones si su presencia molestaba en algún sentido. Como Lopetegui sigue contando con él, Gerard Piqué ya está en Las Rozas, donde ha sido recibido por un par de aficionados que portaban una pancarta, una bandera rojigualda y, también ocho guardias civiles. 

Los dos primeros mostraban en la pancarta un mensaje con un léxico rico y profundo: "CATALÁN QUE NO QUIERA SER ESPAÑOL QUE SE VAYA DE CATALUÑA ESPAÑA PERO POR LA PELA SI SE APUNTAN EJEMPLO PIQUÉ". La falta de signos de puntuación impide acabar de entender en toda su magnitud el mensaje, pero parece claro que piden a Gerard que no quieren que siga jugando con la Roja, algo que, en todo caso, decidirá él. Llegó veinte minutos después de las 17 horas acompañado de Pedro, Bartra, Busquets y Jordi Alba. 

En lo que respecta a los guardias civiles, su presencia se debía, única y exclusivamente, a proteger a todos los futbolistas de la selección española, aunque algo más a Piqué, que ha sido víctima de centenares de insultos en las redes sociales simplemente por estar en contra de la violencia y a favor del referéndum de independencia de Catalunya. De hecho, los agentes de seguridad tuvieron que descolgar alguna pancarta ofensiva en las gradas. Una de ellas rezaba lo siguiente: "Yo no quiero que te vayas. Quiero que te echen. Eres vomitivo". Al parecer la tinta del rotulador azul que usó para crear su lema se le fue acabando mientras escribía porque las últimas palabras se leen con mucho esfuerzo.