Una Liga adulterada

Toni Frieros

Toni Frieros

Vaya por delante que el Barça volvió a exhibir viejos vicios en Sevilla y que en el Benito Villamarín se vio, de forma más acusada en el primer periodo, un equipo excesivamente contemplativo, apático y muy alejado de ese Barça que nos deleitó ante Las Palmas o Real Sociedad.

Será por las rotaciones, será por lo temprano del encuentro (doce del mediodía), será porque lo quisieron dejar todo para el final... será por lo que sea, pero el Barça, con o sin cambios en su alineación habitual, tiene la obligación de dar una gran imagen. Siempre. Y ayer no la dieron. Y eso va a misa. Por lo tanto, no puede haber ningún barcelonista que esté contento ahora mismo con su equipo, que ya ha concedido seis empates y dos derrotas cuando acaba de empezar la segunda vuelta.

Todo eso debe admitirse con sinceridad y seriedad. Si el Barça hubiera sido el Barça, si hubiera jugado como venía haciéndolo, no hubiera sido necesario tirar de épica, dar por bueno un empate ‘in extremis’ y... poner el grito en el cielo por el injustificable error del equipo arbitral. No, porque seguramente hubiera podido quedar en un anécdota.

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Lamentable

Sin embargo, las cosas son como son y no siempre como nos gustaría que fueran. Iba perdiendo el Barça ante el Betis, sabían los jugadores que se podía escapar la Liga y, como no podía ser de otra forma, quisieron hacer en diez minutos lo que no habían sido capaces de hacer en los ochenta anteriores.

Y llegó la afrenta, el hazmereir del fútbol español, la abominación. El escándalo. No tiene defensa posible que ni el árbitro Hernández Hernández, ni tampoco su asistente en la banda no vieran el clamoroso balón que entró en la portería del Betis. No un palmo, no, tres. Lo vio todo el mundo. Sí, fue una jugada muy rápida, pero no se puede consentir que algo así suceda en la llamada “mejor liga del mundo”.

Un error que adultera un partido y, con todo lo que hay en juego, incluso una Liga. La FIFA ha puesto remedio a estos errores. La Premier League, también. ¿Para cuándo LaLiga Santander, el fútbol español, va a ponerse a la altura que exigen los tiempos modernos? 

Ese gol birlado al Barça ha dado la vuelta al mundo. Nunca sabremos si, de haberlo concedido el árbitro, hubiera podido cambiar el signo del encuentro. Ese es otro cantar. Aquí nadie disculpa el partido mediocre del Barça, pero sí que es necesario poner el grito en el cielo ante errores tan mayúsculos y visibles.

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El Sevilla, por su parte, también fue claramente perjudicado ante el Espanyol. Una temprana e injusta expulsión de Pareja, que acarreó penalti, acabó con un partido que prometía ser disputado e igualado. El Espanyol jugó muy bien y mereció el triunfo, pero también al Sevilla el colegiado le impidió pelear en igualdad de condiciones.

Total, que con los tropiezos de Barça y Sevilla, el Real Madrid se encontró con el camino expedito y superó, con muchos problemas, a una buena Real Sociedad que adoleció de mordiente arriba y de créerselo mucho más.

Queda mucha Liga. Solo pedimos que el Barça no vuelva a echar otra siesta, que juegue siempre despierto y que se acaben ya los clamorosos errores. El de ayer fue de  juzgado de guardia.