Todo lo que debes saber sobre la lesión de Rafinha

Rafinha se reivindicó con esta maravilla de gol

 Rafinha anotó un golazo ante Boca Juniors /

Dr.Joan Leal

La lesión de Rafinha ante el Atlético, una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla, tal y como nos explica el doctor Joan Leal, traumatólogo de la Unidad de Rodilla de iMove-Clínica Mi Tres Torres, “es uno de los problemas más importantes que puede sufrir un deportista en disciplinas con pivotaje, como el fútbol o el baloncesto. Este tipo de lesiones es cada vez más habitual debido a la alta exigencia e intensidad con que los deportistas de élite practican sus disciplinas”.

El ligamento cruzado anterior de la rodilla nos permite estabilizarla, limitando la traslación anterior de la tibia. Gracias a él, el futbolista puede mantener el equilibrio cuando hace un cambio de sentido.

Rafinha ya había sufrido en 2015 una lesión de ligamento cruzado anterior en la rodilla derecha (la otra lesión de gravedad de su carrera, junto con una rotura de menisco en 2017). El doctor Leal afirma que “los principales factores de riesgo de la lesión de ligamento cruzado anterior son anatómicos, genéticos, lesiones previas y un control neuromuscular deficiente. Una buena preparación física es básica para que la musculatura de la zona esté preparada para soportar las exigencias mecánicas de este tipo de deportes”.

La rotura del ligamento cruzado anterior suele producirse por la combinación de diversos movimientos: la rotación interna de la cadera, asociada a un valgo de la rodilla (inclinación de la articulación hacia dentro), la rotación externa de la tibia o la pronación de la parte posterior del pie (flexión hacia dentro). La asociación de estos movimientos a la contracción violenta del cuadríceps, para recuperar el control de la rodilla, suele acabar provocando la lesión.

Habitualmente, “el futbolista al lesionarse está en carrera y cambia bruscamente de dirección mientras el pie continua apoyado en el suelo, con lo que fuerza la rotación externa o la torsión hacia dentro de la rodilla”, explica el Dr. Leal. “En todos estos mecanismos, el cuádriceps ocupa un papel importante, ya que la contracción del mismo hace que la tibia se desplace hacia delante y se produce la rotura del ligamento. Cuando se produce la rotura, el futbolista nota normalmente un crujido que le produce dolor y le impide continuar el partido con normalidad”.

Diagnóstico, tratamiento y recuperación

El diagnóstico de la rotura de ligamento cruzado anterior se realiza de diversas maneras: de forma clínica, con maniobras por parte del traumatólogo; mediante resonancia magnética nuclear que nos permite valorar la integridad del ligamento cruzado anterior; o bien a través de radiografías forzadas para valorar y calibrar la traslación de la tibia respecto al fémur.

Según explica el Dr. Leal, “una vez tenemos el diagnóstico, se plantea el tratamiento, que en los futbolistas de élite no puede ser otro que la cirugía, para restablecer la estabilidad y minimizar el tiempo de recuperación. Con la cirugía se aporta un nuevo ligamento que da al futbolista la estabilidad que tenía antes de la lesión”.

En la mayoría de deportistas, la cirugía consiste en “obtener un injerto del mismo paciente procedente de otros ligamentos, o bien una combinación de ligamento y hueso para que la integración de este injerto sea lo más rápida posible”. El pronóstico dependerá de esta integración del injerto al hueso donde se implante. Por norma general, el tiempo de retorno a los terrenos de juego de un futbolista después de una rotura de ligamento cruzado anterior está en torno a los 9 meses.