Rubi y Torras, el tándem triunfal del Huesca que unió Tito Vilanova

Dos entrenadores catalanes que trabajaron juntos en el Barça hicieron historia en la SD Huesca en 2018

Bajo su mando, el equipo oscense llegó por primera vez a la Primera División

Rubi y Torras, flanqueando a Tito Vilanova en 2013, en su etapa en el Barça

Rubi y Torras, flanqueando a Tito Vilanova en 2013, en su etapa en el Barça / FC BARCELONA

Lluís Payarols

Lluís Payarols

El Barça visita este domingo El Alcoraz, un coquetón estadio que se estrenó en Primera División en 2018. La SD Huesca, fundada en 1960, nunca había pasado de Segunda División hasta que llegó su gran oportunidad de la mano de dos técnicos bendecidos en su día por el recordado Tito Vilanova: Joan Francesc Ferrer Sicilia ‘Rubi’ y Jaume Torras.

Este equipo técnico vivió en Huesca su primera gran alegría después de dos sinsabores en forma de descenso. Era el triunfo de una experiencia que arrancó el 18 de julio de 2013, cuando el FC Barcelona anunció la incorporación de ambos al staff de Tito Vilanova. Años atrás, ya habían coincidido en el vestuario del Manlleu, pero como jugadores. Rubi -así le apodaban en su Vilassar de Mar natal por lo rubio que era de pequeño-, incisivo delantero. Torras, solvente portero.

Rubi y Torras, en su etapa como futbolistas en activo

Rubi y Torras, en su etapa como futbolistas en activo / Joan Monfort

Una vez retirados, hicieron sus pinitos en los banquillos de diversos equipos catalanes, Soñaban con llegar a la elite, pero el camino era duro. Incluso en algún momento se plantearon aceptar otra realidad y dedicarse al fútbol casi como un ‘hobby’. Jaume Torras tenía un cargo en un concesionario de automóviles de Malla, localidad cercana a Vic. Un negocio familiar, como también lo era la agencia de viajes en la que pudo trabajar Rubi.

Por suerte para ellos, la historia se escribió de otra manera. El Girona reclutó a Rubi, quien empezó como ayudante técnico y acabó como máximo responsable, la temporada 2012-2013. Bajo su mando, el equipo rojiblanco acarició su primer ascenso a Primera División –era segundo a cinco jornadas del final- pero la promoción perdida contra el Almería lo impidió.

La unión

Después de esa experiencia, Tito Vilanova le convenció. El de Bellcaire d’Empordà ya lo había intentado años atrás, pero fue entonces cuando obtuvo el sí de Rubi para incorporarle a un staff en el que también fichó a Torras.

Jaume y Tito habían coincidido tres años en la Masia, cuando jugaban en el fútbol base del Barça, Con Pep Guardiola y Jordi Roura formaron en esa época la ‘Penya dels golafres’  -peña de los glotones-, cuya misión era regresar cada fin de semana a la residencia blaugrana con embutidos para compartir. Las paredes del histórico edificio junto al Camp Nou podrían testimoniar los festines con las suculentas viandas de sus poblaciones de origen.

Valladolid fue la primera etapa de Rubi y Torras tras su adiós al Barça

Valladolid fue la primera etapa de Rubi y Torras tras su adiós al Barça / EFE

Ahora, todos iban a trabajar juntos por primera vez. Vilanova iba a iniciar su segunda temporada como entrenador del Barça. En la primera, había ganado la Liga de los 100 puntos y los 115 goles. Rubi iba a ser asistente directo de Tito, mientras que Torras se incorporaba como scouter, junto a otro conocido exjugador en el fútbol catalán, Jordi Melero. Pero en dos días, todo el proyecto cambió.

El 20 de julio de 2013, Tito Vilanova anunciaba que dejaba el Barça para concentrarse en la lucha contra el cáncer de parótida que le habían diagnosticado en 2011. Llegó Tata Martino al banquillo del Barça y siguió contando con Rubi como ayudante. Torras no lo tuvo tan fácil, ya que Martino contaba con otros asesores en esa parcela.

El despegue

La relación contractual de Rubi y Torras con el Barça acabó esa misma temporada, en el verano de 2014, pocos meses después del fallecimiento del técnico que les unió, Tito Vilanova. Pero esa unión se consolidó, ya que ambos empezaron una carrera muy intensa durante las siguientes temporadas. Rubi, como primer entrenador. Torras, como segundo. Con ellos, otros fieles ayudantes, como el preparador físico Xabi Gil y el scouter Manel González.

La primera etapa de su viaje fue Valladolid. El equipo pucelano había descendido a Segunda División A y en la temporada 2014-2015 rozó el retorno a Primera con Rubi y Torras. Desde la cuarta jornada no bajó de la quinta plaza, su posición final con 72 puntos. Pero en la promoción de ascenso cayeron ante la UD Las Palmas con sendos empates y por el doble valor de los goles en campo contrario.

Dos malos tragos

Las siguientes experiencias no fueron tan gratificantes. A Rubi –y, por lo tanto a Torras- le contrataron como intento de revulsivo en el Levante 2015-2016 y en el Sporting 2016-2017. En el caso de los ‘granotas’, sustituyendo a Lucas Alcaraz tras la jornada 9. En Gijón, tras la marcha de Abelardo en la jornada 18.

Rubi, el día de su presentación con el Sporting

Rubi, el día de su presentación con el Sporting / EFE

Sin embargo, en los dos casos se produjo el mismo final. Levante y Sporting descendieron a Segunda. Rubi y Torras no pudieron cambiar la dinámica pese a apostar por su estilo de juego habitual. Una mala racha para ambos, una especie de tormenta perfecta aunque, por suerte para ellos, pasajera.

La gesta

Y llegó su cuarto reto tras el adiós al Barça. El Huesca, que acababa de afrontar –sin éxito- un play-off de ascenso a Primera, apostaba por los catalanes para repetir o mejorar el objetivo. Rubi y Torras empezaron a trabajar en El Alcoraz, Con ellos, llegaron futbolistas como el meta Álex Remiro o los incisivos Cucho Hernández y Chimy Ávila, un colombiano y un argentino que eran el terror de sus rivales.

La llegada de Rubi y Torras a Huesca tras su ascenso en Lugo

La llegada de Rubi y Torras a Huesca tras su ascenso en Lugo / SD HUESCA

Tras un comienzo con muchas dudas –solo 5 de los primeros 30 puntos-, el Huesca puso la directa y se asentó en la zona alta. Tuvo otro bache entre febrero y abril, con ocho partidos seguidos sin ganar, pero los altoaragoneses reaccionaron y el 21 de mayo de 2018, en Lugo, a dos jornadas del final de la Liga, un 0-2 les dio el ascenso directo a Primera División. El primero en la historia de la SD Huesca.

Ascenso y adiós

Misión cumplida para Rubi y Torras, aclamados como nunca en la capital oscense. Pero también era el punto final a esa etapa, ya que no siguieron en El Alcoraz la siguiente campaña. “Cada día me demuestra más el fútbol que es mejor salir bien de los sitios que con una patada en el culo”, indicó Rubi en la rueda de prensa en la que anunció que se iba, dos días después del partido de Lugo.

Rubi y Torras llevaron al Espanyol a la Europa League

Rubi y Torras llevaron al Espanyol a la Europa League / EFE

Y es que esa ha sido hasta ahora la consigna de estos técnicos. Solo una temporada en cada club. En la 2018-2019 le fichó el Espanyol, club en el que Rubi ya había estado, jugando y entrenando a su filial. Allí, el tándem vivió otra gran alegría: la clasificación para la Europa League en la última jornada, contra la Real Sociedad. Fue inolvidable para la afición perica aquel 18 de mayo de 2019.

Destino Villamarín

El tándem Rubi-Torras volvió a hacer las maletas para vivir la que hasta ahora ha sido su última experiencia. El Betis les fichó en 2019 y, hasta la fecha, ha sido el único club en el que no acabaron una temporada. La junta verdiblanca decidió prescindir de sus servicios después de la jornada 30 de la pasada campaña, tras perder en Bilbao ante el Athletic. 

Actualmente, Rubi y Torras están sin equipo, esperando una nueva oportunidad. Pero en su intenso currículum siempre figurará la mágica temporada 2017-2018 en Huesca, con el histórico ascenso a Primera División. Eso no se olvida en El Alcoraz, escenario del partido de este domingo en LaLIga Santander entre el Huesca y el Barça, el club en el que un día su común amigo Tito Vilanova les unió.