Ter Stegen irá a la guerra: está indignado y no piensa negociar nada con el Barça
El portero está sorprendido y dolido por todas las filtraciones contra su persona

Ter Stegen, de momento, quiere seguir bajo la disciplina de Flick / Valentí Enrich
La próxima semana comenzará el primer asalto para intentar definir la salida de Marc-André Ter Stegen del Barça. La dirección deportiva del club blaugrana no ha querido realizar ningún movimiento hasta que el portero termine su temporada -está en activo con Alemania- y se complete oficialmente el fichaje de Joan García. A partir de entonces, Deco explicará al alemán y su entorno la decisión del Barça y se intentará negociar la mejor salida para todas las partes, pero va a ser complicado encontrar una solución.
Ter Stegen no ha querido hablar públicamente sobre esta situación. El alemán está sorprendido por todo lo que está sucediendo y muy dolido por lo que considera un ataque directo a su persona como profesional. Entiende que se han filtrado situaciones de vestuario de forma malintencionada y apunta directamente al club como una forma para apretarle para que decida marcharse por la puerta de atrás.
Hoy por hoy, Ter Stegen está dispuesto a ir a la guerra. Deportivamente se siente recuperado y preparado para luchar por la titularidad en el Barça si Hansi Flick se lo permite y lo más importante: tiene contrato hasta el 2028 en una renovación pactada con la actual directiva y no piensa renunciar a ello. Si esta decisión se hubiera dado en el 2026, una vez pasado el Mundial, la hubiese entendido, pero ahora no y mucho más con la forma que se ha hecho.
El escenario es complicado y en el Barça tienen claro que la sartén por el mango la va a tener el propio alemán si se aferra a su contrato, con uno de los salarios más altos de la plantilla. Pero el as que se guarda el club blaugrana es el famoso Mundial, una ilusión para un Ter Stegen que apunta a titular con su selección siempre que tenga minutos en algún equipo de nivel europeo. Y en el Barça no los va a tener.
La estrategia del Barça es clara: al alemán se le va a dejar claro que Joan Garcia es la apuesta estratégica del club y jugará sí o sí de titular. Y se le abrirá la puerta sin forzarle a salir. Si desea continuar, lo podrá hacer, pero teniendo claro su nuevo rol. Joan Garcia será el primer portero y Szczesny, cuando confirme su renovación, el segundo. Si eso es así, no tendría minutos ni en la Copa del Rey.
El alemán puede decidir enrocarse como es su actual decisión o negociar. Y el Barça en la negociación va a ir fuerte. Están dispuestos, no solo a darle la carta de libertad, sino a pagarle un año de contrato como compensación si renuncia a los dos siguientes. Están convencidos de que puede haber acuerdo si las aguas se calman, aunque el alemán no quiere hablar nada de nada. Si no lo quieren, que le echen asumiendo la totalidad del millonario contrato como el Barça hizo con el baloncestista Mirotic en su momento.
Ter Stegen está convencido que su caída en desgracia es un tema personal más que deportivo y apunta directamente tanto a Deco, como sobre todo, a Hansi Flick. No hay feeling y su caída en desgracia comenzó tras lesionarse. El alemán no entiende como se puede dejar tirado al portero titular y capitán tras pasar un tiempo durísimo de recuperación en el que acortó los plazos para intentar ayudar al equipo. Está absolutamente indignado.
También cree que se está intoxicando a su persona. Es cierto que el alemán dejó claro a finales de abril que estaba listo para jugar. Lo hizo internamente hablando con Flick y también que su entorno pidió al club que le inscribieran en la Champions en lugar de Szczesny, pero ve esta acción como normal en cualquier representante que se interesa por los minutos que juega un pupilo suyo. El Barça se está agarrando a este enfado deportivo para intentar echarle sin más explicaciones.
Ter Stegen no piensa salir a aventuras exóticas como Arabia Saudí, dónde podría tener ofertas importantes, y tampoco se va a buscar equipo. Sabe perfectamente que el mercado de porteros va a ser muy complicado este verano y no está dispuesto a jugar en según que proyectos. El tiempo puede suavizar su postura, pero en estos momentos su clara intención es venir a Barcelona para iniciar la pretemporada pete quien pete. E ir a la guerra. Un marrón en toda regla para Flick, para sus compañeros y, sobre todo, para un Joan Garcia que podría llegar enmedio de una guerra que ni le va ni le viene.
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