Ter Stegen se disfrazó de héroe y mantuvo al Barça con vida

Una vez más. Y van unas cuantas. Marc-André Ter Stegen, salvador de profesión, apareció cuando su equipo estaba al borde del precipicio para hacer otra locura, pararle un penalti a un especialista como Lucas Ocampos. Corría el minuto 70 en el duelo de vuelta de semifinales en el Camp Nou, el Barça estaba volcado sobre la portería de Vaclik y el Sevilla había logrado salir con efectivos en un contraataque clarísimo y con mucho peligro.

Uno de los futbolistas más desequilibrantes de la Liga, un Ocampos que volvía tras la lesión, encaraba a Òscar Mingueza en velocidad, con espacios, y el canterano le hacía una falta clara dentro del área. Pena máxima. Si marcaba el argentino, se acababa todo para el Barça, obligado con el 1-1 a marcar tres goles en poco más de 15 minutos. Pero apareció Marc-André, que adivinó el lado por el que chutó el ex del Marsella y se hizo con el esférico. Acción determinante.

Acto seguido, Mingueza fue a agradecerle con una mirada y una palmada que lo decían todo. Hubiera sido cruel para el chico que todo acabara así porque lo cierto es que hasta ese momento había hecho un partido impecable. El salvador nunca falla a su cita, ya lo saben.