¿Tendría que haber sido expulsado Diego Carlos?

Messi recriminó a Diego Carlos una brutal entrada que pudo haberle lesionado

SPORT.es

La imagen que creó más polémica en el Ramón Sánchez Pizjuán fue la acción en la que Messi, harto del juego duro de los sevillistas, se giró para recriminarle una entrada que le hizo Diego Carlos, casi criminal, y que pasó desapercibida por el árbitro.

Tras la acción, se creó una tangana entre los jugadores de ambos equipos que fue saldada con dos amonestaciones: una para Sergio Busquets, y otra para Fernando. En ese mismo momento, todas las miradas estaban puestas en Messi, que normalmente no suele encararse con adversarios, pero pronto se supo por qué.

A simple vista, la disputa de balón de Diego Carlos parecía limpia, pero no tardaron a surgir las imágenes que demostraron que no fue así. El central brasileño, una de las revelaciones de LaLiga esta temporada, intentó quitarle el balón a Messi, pero con mala intención. Diego Carlos realizó la disputa con el pie a la altura de la rodilla de Messi, con los tacos por delante y en forma de ‘plancha’. En esa ocasión, el contacto fue mínimo, pero pudo haberle hecho mucho daño al argentino que, consciente de la peligrosidad, le pidió explicaciones.

Una entrada de estas características es una de las acciones en las que los árbitros deben prestar más atención, en su objetivo de preservar la salud física de los jugadores. En ese sentido, esta entrada estaría catalogada dentro de una falta realizada con uso de fuerza excesiva, que supondría la tarjeta roja para el infractor.

“Jugar con uso de fuerza excesiva es la acción en la que el jugador se excede en la fuerza y la impetuosidad empleada o pone en peligro la integridad física del adversario, por lo que deberá ser expulsado”, define el propio reglamento del fútbol este término.

Como mínimo, la jugada podría haber sido catalogada como temeraria, que es “la acción en la que un jugador realiza una acción que entraña daño físico (no necesariamente grave) sin tener en cuenta el riesgo o las consecuencias para su adversario, por lo que deberá ser amonestado.”

Después, además, ambos jugadores se encararon, por lo que, por norma general, deben de ver la tarjeta amarilla por provocar dicha tangana. Messi empujó al central, y este protagonizó una escena más propia de teatro que de fútbol al dejarse caer. Los dos jugadores tenían que haber sido amonestados por la acción.

En todo el contexto, el árbitro, González González  tenía dos posibilidades de expulsar a Diego Carlos: por roja directa debido a la entrada o doble amarilla por la entrada y la tangana. No eligió ninguna de las dos, y el central sevillista terminó el partido sin ninguna cartulina en su historial.