La temporada de la irrupción de Ilaix, en cinco momentos

En ocho meses, el centrocampista de Guinea Conakri ha pasado de no ser excesivamente conocido entre el barcelonismo a estar en boca de todos

Moriba y el Barça han pasado de enamorarse a primera vista a separar sus caminos en solo 253 días

Ilaix Moriba: "Sueño en dar lo mejor de mi al equipo"

Ilaix Moriba habló al acabar el partido en los micrófonos de BarçaTV y comentó su primer tanto con el primer equipo /

Jordi Carné

Jordi Carné

Ilaix ya forma parte del pasado del FC Barcelona. El culebrón protagonizado por el centrocampista de Guinea Conakri ha finalizado con un traspaso al Leipzig, el equipo que más fuerte ha pujado para satisfacer las elevadas pretensiones económicas y ambiciones futbolísticas del canterano azulgrana. Menos de un año después de cumplir el sueño de cualquier joven formado en la Masia, Moriba hace las maletas e inicia su etapa lejos de un Camp Nou que llegó a imaginárselo en la columna vertebral culé del futuro. La línea que separa la ilusión de la decepción puede ser muy fina.

En ocho meses, Ilaix ha pasado de no ser excesivamente conocido entre el barcelonismo a estar en boca de todos. Primero por su inesperada irrupción en el equipo de Ronald Koeman y después por su poca solidaridad con un Barça que atraviesa una situación tan crítica que ha sido incapaz de renovar a Leo Messi, el mejor jugador del mundo, con quien había llegado a un acuerdo. De ser protagonista en los terrenos de juego a ser intransigente en los despachos. Desde el 21 de enero, cuando debutó con el primer equipo, hasta el 31 de agosto, en el que ha finalizado su corta etapa en el mismo, han transcurrido 253 días en los que Moriba y el conjunto blaugrana han pasado de enamorarse a primera vista a separar sus caminos.

Un debut ilusionante

Dos días después de cumplir 18 años y ser mayor de edad, el 21 de enero de 2021, Ilaix debutó con el primer equipo. Entró en escena con un buen partido en Cornellà, en la primera ronda de la Copa del Rey que disputó el Barça. Exhibió desparpajo, potencia física y calidad técnica. Jugó 74 minutos y su rendimiento fue más que satisfactorio. Fue más protagonista que un Pjanic al que poco tiempo después acabaría comiendo la tostada. “Hoy casi no he podido dormir. Estoy muy agradecido con el míster y con los compañeros”, declaró. Esa noche, Koeman descubrió que podía contar con un futbolista más en vistas al tramo decisivo de la temporada. Fuera por necesidad o por convicción, lo acabó haciendo.

Cara y cruz en el estreno liguero

No tardo demasiado el técnico neerlandés en darle continuidad. Menos de un mes después, el 13 de febrero, alineó como titular a Ilaix en el partido de Liga contra el Alavés. Estuvo una hora sobre el césped del Camp Nou y realizó dos intervenciones destacables. Hizo una asistencia, a Trincao, pero también cometió un error que su equipo pagó caro. Poco antes de ser sustituido, entregó un balón a un contrario, Rioja, y la jugada acabó en gol visitante. Más allá de esas dos acciones puntuales, la promesa volvió a manifestar que no era de los futbolistas que se amedrentan en los grandes escenarios. Su personalidad era incuestionable.

Graduación en Sevilla y primer (y único) gol

El 27 de febrero y el 6 de marzo son otras dos fechas muy importantes en la trayectoria de Ilaix en el primer equipo del Barça. En primer lugar, en el encuentro de Liga en el Sánchez-Pizjuán, se ganó el vestuario culé. Asistió a Messi en el tanto que sentencio el partido y, después del mismo, defendió a algunos pesos pesados de la plantilla cuando se encararon con futbolistas del Sevilla. Ni corto ni perezoso, el centrocampista tomó parte del rifirrafe sin pensárselo. Una semana más tarde, en Pamplona, se estrenó como goleador y redondeó unos días inolvidables en los que dio un paso hacia delante que le permitió consolidarse en el conjunto de Koeman. A partir de ese momento solo disputó un compromiso más con el filial y, en cambio, tuvo minutos en escenarios de máxima exigencia como por ejemplo los campos del Real Madrid, donde estuvo a punto de marcar, y del PSG.

Aviso a navegantes

El 16 de abril todo empezó a torcerse. Mientras las cosas no le podían ir mejor en el ámbito deportivo, su padre concedió una entrevista en el ‘Què t’hi jugues’ de la ‘Cadena SER’ que se convirtió en una especie de aviso de navegantes. La ilusión de la joya quedó a un segundo plano: Mamady Moriba admitió ofertas en el pasado de Chelsea, Manchester City y Juventus y no desmintió una propuesta del Real Madrid. “Estamos centrados en el Barça… de momento”, dijo. El club ya tuvo que apostar muy decididamente por él en edad juvenil y ese día pudo constatar que el verano sería largo. Sus agentes no iban a desperdiciar una oportunidad tan buena para luchar por un gran contrato.

Triste final

Ilaix acabó la campaña 2020/21 completamente consolidado en el primer equipo. Llegó a jugar 14 partidos. Y, aunque parecía que el futbolista acabaría renovando con el “club que me lo ha dado todo” –así definieron él y su padre al Barça en más de una ocasión–, a principios de julio saltó todo por los aires. La entidad catalana no lo citó para la pretemporada porque no estaba dispuesta a consentir el pulso que le estaba haciendo el jugador. Laporta aplicó mano dura para ‘lanzar’ un mensaje claro a Moriba: si no renovaba, no volvería a tener minutos. La carta del año en la grada no sirvió para convencer a la joven promesa, pero como mínimo sí que ha permitido, tras semanas de incontables rumores y polémicas, que el Leipzig haya pagado 16 millones fijos más variables por un futbolista que acababa contrato en 2022.