C. Tangana: "Me hace gracia la ambición desmedida de Cristiano"

C. Tangana fue uno de los fenómenos musicales de 2017 con su debut `Ídolo¿

C. Tangana fue uno de los fenómenos musicales de 2017 con su debut ‘Ídolo’ / Javier Ruiz

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Antón Álvarez (27 años, Madrid) estudió la carrera de Filosofía, conoció la precariedad laboral y se hizo un nombre en la escena del hip hop underground de este país. Hace unos años le leyeron la palma de la mano y le aconsejaron que rebajara sus ambiciones. Pero él hizo justo todo lo contrario: “Las multipliqué”.

Ahora proclama a los cuatro vientos que ha firmado el contrato más caro del gremio con Sony. Y durante unas semanas una lona de 1.500 metros cuadrados estuvo instalada en la Gran Vía de Madrid con su imagen. 

 "C. Tangana es solo una proyección de mí mismo de la que cojo cosas, las amplifico y las hago estéticas. Pero al final me defino más por cómo me relaciono con la gente que por lo que tengo", asegura al otro lado del teléfono.

A los deportistas y a los músicos se os pide que seáis un ejemplo ¿te sientes cómodo con eso?

A ver, yo sé que tengo la capacidad de influir a mucha gente. Y aunque la gente piense que no, lo vivo con un sentido mínimo de responsabilidad, pero me gustaría estar completamente liberado de eso. 

De hecho, a mí la mayoría de artistas que me han gustado, son artistas en decadencia.

¿A qué te refieres? 

Por ejemplo, no creo que hubiese estado bien decirle a Kurt Cobain que se moderara un poco. Hubiéramos perdido mucha parte de la poesía que ha tenido en la historia del mundo. Hay miles de ejemplos, el Marqués de Sade,  Allen Ginsberg, Kerouac, Bukowski.... ¿sabes? Yo entiendo que la función moralista no debe ser de los artistas y mucho menos de los futbolistas. Otra cosa es que yo, como artista, me expongo a todo el mundo y, por lo tanto, acepto que se me juzgue y se me diga que, según que contenidos de mis letras, son inapropiados para alguien. Pero vamos, mi principal mensaje es que vivimos en la sociedad del espectáculo. Nadie debe creerse nada que no pueda tocar. Todo son campañas de comunicación y luchas de poder. Y esto es algo de lo que yo también participo. 

Naciste en Madrid, pero eres del Celta, ¿qué te hizo ser hicha suyo?  

Soy del Celta por mi viejo. Antes era muy fan pero ahora lo sigue menos. Al final uno es del equipo que toca. Y mi padre es de Vigo y del Celta a muerte. 

¿En qué futbolista te ves más reflejado?

En el Zar. Por supuesto.  Mostovoi era el puto número uno. Era mi ídolo. Uno de los mejores centrocampistas que hemos tenido en la Liga. Era increíble. Además tenía un carácter espectacular. Era un hijo de puta de cuidado [risas]. Era un cabrón pero era el mejor. Este tío se paraba en la frontal y se paraba todo el estadio. Estaba todo el mundo quieto mirando a ver qué hacía. Cuando era pequeño fuimos a hacernos una foto a la salida del parking con él y era como que casi nos estaba haciendo un favor. Me acuerdo que fui ahí a saludarlo con mi primo. Y el tío era como: ‘quitad, quitad, que me voy para el carro’.

¿Qué te llama más la atención de los futbolistas? 

Admiro mucho el sacrificio que tienen. Con 15 años de repente toman una dirección y van ‘a full’ a por eso. Hay como ese valor de la sociedad occidental de que si te concentras y luchas por lo que quieres lo consigues al final. En el fútbol se ve  reflejado. También me gusta el valor de la competición. 

¿Y lo que más detestas? 

No creo que sea una cuestión de los futbolistas. Es más bien una cuestión de cómo el poder es capaz de convertir todo en un espectáculo o una forma de distracción. ¿Sabes? te ponen el fútbol muchas veces para que dejes de pensar en otras cosas. Usan la pasión de la gente para lucrarse. Quieren que la gente se vincule de una forma sentimental para luego poder usarlo para ganar dinero. Y luego está el uso de los medios de comunicación de los deportes para tapar cosas políticas. Hay un mundo turbio ahí que poco tiene que ver con los deportistas. 

"Cuando estás en un ring, da igual el momento que estés pasando en tu vida"

¿Como personaje público, quién te parece más interesante, Messi o Cristiano?

Creo que Messi es mejor jugador. Pero Cristiano tiene un punto hortera, de personaje chulo con una ambición desmedida, que me hace mucha gracia como personaje. Que esté tan focalizado en ser el puto mejor pase lo que pase. Me gustaría conocerle. Me gustaría ir a cenar con Cristiano y ver cómo piensa. Me parece interesante saber lo que se le tiene que pasar por la cabeza [risas]. 

¿A Messi cómo te lo imaginas fuera del campo?

Mira, todos los que nos exhibimos públicamente con nuestra profesión estamos locos. Tenemos como una especie de obsesión. Entonces me imagino que él también. Pero yo creo que él ha llegado más a su personaje público por el lado del Barça con ese relato de gente nomal, buena y con valores. Igual hay algo de eso, pero no tengo dudas de que es una persona muy ambiciosa y obsesionada con su trabajo.

Nunca has escondido tu interés por el boxeo; ¿qué es lo que más te gusta de practicarlo? 

A ver, el boxeo me gusta mucho y me aficioné a él por la práctica. Ahí fue cuando me empecé a enganchar y a ver combates y eso. Lo que más me gusta del boxeo es que, te pase lo que te pase en la vida, da igual el momento que estés pasando, cuando estás en un ring, el resto de las cosas del mundo dan igual. Porque, es que si no te dan igual, te parten la cara, ¿sabes? Para mí era una forma de decirme todos los días que no era tan relevante lo que me preocupaba. Porque yo iba directamente a un sitio en el que toda mi mierda no le importaba a nadie. Me iban a partir la cara si no estaba a lo que tenía que estar. Y para mí era muy terapéutico, porque yo soy un paranoico, soy muy obsesivo y mi cabeza a veces trabaja más de la cuenta. El boxeo te quita todas esas tonterías rapidito. Cuando no practico boxeo me cuesta mucho más pensar friamente.