¡Susto con la rodilla de Gavi!

El ambiente se quedó helado en el minuto 40 del Barça-Atalanta en el Estadi Olímpic Lluís Companys, aunque no por el gol de los italianos que posteriormente anuló el VAR. Tras la decisión de Oliver, el conjunto de Flick quiso recuperar de nuevo el control del balón en el centro del campo, pero la presión del equipo de Gasperini impidió que los azulgranas se sintieran cómodos.

El 1x1 del Barça - Atalanta al descanso

En una de esas presiones de los de Bérgamo para recuperar el esférico en el centro del campo, el barcelonismo aguantó la respiración cuando vio a Gavi caer al suelo tras un mal gesto con la rodilla izquierda. El canterano culé, que esta temporada ha regresado tras una lesión de cruzados de la derecha que se rompió con España, se fue al suelo con las manos en la cara, a lo que los servicios médicos saltaron en avalancha.

De Jong y Araujo fueron los primeros en acercarse, interesándose por el estado de su compañero y ofreciendo su ayuda al de Los Palacios para levantarse. Ya en pie, todo pareció volver a su sitio. El propio Gavi pudo comprobar que podía pisar el césped con normalidad pese al dolor por el mal gesto.

Aunque tuvo que abandonar el terreno de juego durante unos instantes porque fue atendido sobre el césped de Montjuïc, Michael Oliver no tardó ni un minuto en volver a dar permiso al '6' del Barça para que regresara a la acción. Un minuto después, en la frontal del área de Szczesny, el centrocampista se lanzó al suelo sin temor alguno para achicar agua en otra de las internadas de La Dea.

Solo un jugador todo corazón como el sevillano podría realizar una acción defensiva así tras un susto monumental en su rodilla sana. Además, lejos de pedir descansar pese a que la clasificación para octavos estaba asegurada, el canterano saltó también al césped en la segunda parte. Simplemente, Gavi, que antes de que acabe la semana pasará por las oficinas de Joan Laporta para firmar la renovación de su contrato.

Si no hay cambio de planes, este jueves o viernes el sevillano estampará su firma y unirá su futuro al FC Barcelona hasta el 30 de junio de 2031, manteniendo su cláusula de rescisión de 1.000 millones de euros.