Susila Cruyff: "Mi padre era como un niño grande"

Susila reconoce que se parece a su padre

Susila reconoce que se parece a su padre / VALENTÍ ENRICH

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Susila Cruyff (48 años) tiene en su perfil de WhatsApp una imagen junto a su padre siendo una niña de sus veranos en el Montanyà al lado de la piscina. Los dos sonríen y el parecido es evidente. “Yo siempre he sido muy niña de papá”, reconoce ahora, la directora de la Fundación Johan Cruyff. “A mi padre le encantaba. Pasábamos todo el verano ahí, tranquilos, en el jardín, sin teléfonos.  Él era como un niño grande la verdad. Siempre estaba haciéndonos trastadas”.

Con personajes así, que pasan tanto tiempo fuera de casa, se habla de la figura del padre ausente; ¿disfrutaste de él tanto como te hubiera gustado?

Desde luego. Nunca tuve esa sensación de padre ausente. Solo en su etapa en Estados Unidos. Porque en esa época los jugadores, en un país tan grande, pasaban diez días en casa y diez días fuera. Pero mi padre siempre ha estado muy presente. Él cuando entraba en casa se acababa el fútbol. 

Mucha gente no logra separar esos dos mundos…

Él sí. Daba igual si había ganado o perdido, no se le notaba mucho. Siempre ha sabido disfrutar de la vida. La gente podía tener una imagen suya seria de las ruedas de prensa. Pero, al revés, mi padre era como un niño pequeño. Siempre estaba con lo que llaman ellos el humor de vestuario.  Le encantaba jugar a lo que fuera pero quería ganar siempre, aunque fuera contra nostros [sonríe]. 

Bueno, el fútbol al final es eso: un juego....

Claro, la frase esa que hizo tan famosa de ‘salir y disfrutar’ era su lema para la vida en general. Él nos decía: ¿Para qué pasarlo mal? Tenemos la suerte de trabajar en lo que más nos apasiona pues hay que disfrutar. Para él iba ligado el rendir y disfrutar, era lo mismo.

"En casa mi padre no era famoso; mi madre Danny era la persona que le hacía poner los pies en el suelo"

En figuras así a veces conviven el personaje y la persona, ¿crees que estaba Johan y luego estaba Cruyff?

No creo que hubiera esa dualidad.  Él distinguía su vida privada de su trabajo. Tenía que hacer rendir a un grupo y había unas metas muy importantes. Sabía muy bien el momento que había que ser serio y cuando podía disfrutar. Koeman lo ha contado más de una vez. Era capaz de clavarle una bronca monumental y luego después del entreno decirle:  bueno, va... venga, Ronald, vámonos a comer. 

Desde fuera daba la sensación de que era una persona más racional que emocional, sus decisiones parecían ser más fruto de la lógica que del estómago… 

Yo creo que se movía sobre todo por intuición. Muchas veces los periodistas decían: ¿por qué no dices ya qué equipo va a ser el titular? Y él me decía, yo veo los ojos de los chavales por la mañana y veo quién está más en forma y quién no tiene su día. Lo veo menos racional de lo que la gente piensa. De hecho, a veces tomaba decisiones que a la gente le parecían una locura, pero él lo sentía así y lo hacía convencido.

Hay quién dice que eres la que más se parece a él... ¿Qué diría tu familia?

Mi familia te diría que soy la que se parece más físicamente. Yo creo que tengo mucho de mi padre. Aunque igual un carácter más explosivo como mi madre. A mi padre, en mi vida, no lo he visto gritar. Si te pasabas de la raya te pegaba una leche y a otra cosa [risas]. En eso no me parezco, yo me cabreo más rápido. Pero lo que sí tengo es que soy una persona igual de cabezota que él. Si creo que esto debería ser una manera nadie me hace cambiar de opinión. Y me da igual que nadie lo entienda. También soy tan positiva como él, hasta que no me digan que algo es irremediable no voy a estar preocupándome todo el tiempo por si algo sale mal. 

¿Qué papel crees que jugaba tu madre en la vida de Johan?

Básicamente le ponía los pies en el suelo. Se casaron muy jóvenes y hasta el último día estuvieron muy enamorados, aunque todas las relaciones pasan por sus fases. Mi padre era una persona muy normal, y en casa también. Ahí no era una persona famosa. Y mi madre le decía: ‘Ei, tú, ojo. Relájate’.  O le echaba broncas cuando montaba algún lío...  Él a veces llegaba a casa y decía: ‘hoy he soltado una bombita’. 

¿Qué era una bombita?

Pues nada, alguna que había soltado a la prensa aquel día. Una bombita que luego había unas polémicas de la hostia. Y él lo sabía y ya llegaba a casa riéndose. ‘Hoy he soltado una bombita’, decía. Y mi madre, ‘¿por qué? ¿Por qué has dicho eso?’ Mi padre era un poco así y a ella no le gustaba mucho. Creo que el resto de la familia vivíamos más a gusto en la sombra. 

Tu padre transmitía una autonconfianza brutal; ¿de dónde le venía?  

Yo creo que, si sabes mucho de una cosa y estás convencido, eso es seguridad en uno mismo. Y mi padre de fútbol sabía algo. Él siempre pensaba que tenía razón en todo incluso en cosas de las que no tenía ni idea. Pero por otro lado, había personas a las que admiraba y de las que le encantaba aprender. 

¿Qué momentos recuerdas verle especialmente emocionado?

[Se lo piensa].Con los niños de la Fundación. Era algo que vivía con mucha emoción. Y deportivamente recuerdo cuando ganan la primera Champions, que sale saltando la valla, esa imagen la tenemos todos en la cabeza. Se nota que estaba alterado. 

¿Con qué jugador se quedó con las ganas de haber entrenado en el Barça?

Hombre, hubo muchos. Pero sé que con Xavi quedaron muchas veces para comer y se pasaban horas hablando de fútbol. Algunas veces los pude ver juntos y te dabas cuenta de que tenían la misma forma de pensar, que eran de la misma escuela. Y sobre todo veías a dos personas disfrutando de lo que hablaban.

"Le gustaba escuchar cosas poco ruidosas como Nat King Cole y Julio Iglesias"

Cruyff tenía una imagen muy potente, de hecho parecía una estrella del rock en sus inicios, ¿era presumido?

Mira, te digo la verdad: él era muy consciente de que no tenía gusto. Pero le gustaba ir guapo [risas]. Fíjate que cuando era entrenador todos iban con chándal, pero él no. Yo igual le he visto una vez en mi vida con tejanos. Mi padre sabía que mi madre tenía buen gusto y cada mañana era:  ‘Danny, ¿qué me pongo hoy?’ Porque si no él hacía unas combinaciones horrendas. 

¿Qué le interesaba más: ¿la música, el cine o la lectura?

Leía mucho. Y me acuerdo que hacía muchos puzzles. Unos muy difíciles con letras de esos que no tienen ni principio ni final.  Era muy inteligente. La música también le gustaba. Un poco a la antigua, que no fuera muy ruidosa. Rollo Nat King Cole, todo esto. También escuchaba Julio Iglesias.

¿Y cine?

No era muy de ver películas. Él estaba todo el día viendo deportes. Se sabía todas las ligas europeas. Y si no era fútbol era ciclismo. Y si no golf. Y si no baloncesto. Sabía de todos los deportes.

Su otra gran pasión era su Fundación, ¿por qué le dedicaba tantas horas a los niños?

La frase que más me decía era, ‘Susi, mira qué sonrisas. Esto es la vida de verdad'. Él quería que todos los niños tuvieran su espacio para hacer deporte y una educación. A nosotros siempre nos decía: en la vida hay que tener un plan B. 

¿Cuál crees que era su Plan B?

Bueno, mi padre tuvo que escoger, ¿eh? Él estaba en la selección de fútbol, pero también de béisbol. Él tuvo que escoger porque no daba abasto. Y tuvo muchas dudas porque le encantaba el béisbol, pero al final eligió el fútbol.